Lucía Marrero.
Comisiones Obreras (CCOO) ha presentado hace unos días su nuevo proyecto: un órgano con el que el sindicato pretende sensibilizar, formar, prevenir y recoger datos sobre el acoso sexual y el acoso por razón de sexo. Este Observatorio nace a raíz de la campaña que CCOO llevó a cabo el año pasado con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, celebrado anualmente el 25 de noviembre, cuyo lema fue “el acoso sexual también es violencia machista”.
La respuesta ante esta campaña y la falta de datos al respecto de esta cuestión han llevado a la organización a dar un paso adelante y profundizar en estos dos tipos de acoso laboral, esencialmente distintos a otros tipos de acoso en el ámbito del trabajo.
El acoso sexual y el acoso por razón de sexo se encuentran definidos en el Artículo número 7 de la Ley 3/2007. El Artículo determina que el acoso sexual es “cualquier comportamiento verbal o físico, de naturaleza sexual que tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo” mientras que el acoso por razón de sexo es “cualquier comportamiento realizado en función del sexo de una persona, con el propósito o el efecto de atentar contra su dignidad y de crear un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo”.
Hasta este momento ninguno de ellos había sido definido y, aunque esta ley haya servido para hacerlo, no se especifica en ella que estas modalidades de acoso están dirigidas a las mujeres en particular. Sin embargo, hay datos que así lo demuestran.
Según la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE, el 90% de estos acosos los sufren las mujeres. Por su parte, la Macroencuesta de violencia contra las mujeres del año 2019 constata que el 17,3% de las mujeres han sido acosadas en su centro de trabajo, y que en el 98,2% de los casos los acosadores han sido hombres.
Según la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE, el 90% de estos acosos los sufren las mujeres
El Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo del año 2019 sobre la violencia y el acoso señala que esta “violencia afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque las mujeres se ven desproporcionadamente más afectadas”.
Por tanto, aunque hay datos suficientes y el consenso general es que, efectivamente, las mujeres sufren el acoso sexual y el acoso por razón de sexo en mayor medida que los hombres y que, la mayoría de los acosadores son hombres, estos tipos de acosos no han sido considerados como violencia sexual hasta este mismo año.
La Ley 10/2022 de garantía integral de la libertad sexual, del pasado mes de septiembre, reconoce por primera vez, en su Artículo 12, el acoso como violencia sexual en el ámbito laboral. En ella se explicita también la importancia de recopilar datos y de llevar a cabo investigaciones que lo hagan posible.
Igualmente, propone la elaboración de medidas de prevención y tratamiento del acoso sexual y por razón de sexo mediante la negociación colectiva con la representación legal de las personas trabajadores, es decir, con los sindicatos.
Esto mismo ya se contemplaba en la Ley 3/2007, en la que se definen tanto el acoso sexual como el acoso por razón de sexo. De hecho, en su Artículo 48 se establecen medidas específicas para prevenir ambos tipos de acoso:
La primera de ellas, recoge que “las empresas deberán promover condiciones de trabajo que eviten el acoso sexual y el acoso por razón de sexo y arbitrar procedimientos específicos para su prevención y para dar cauce a las denuncias o reclamaciones que puedan formular quienes hayan sido objeto del mismo. Con esta finalidad se podrán establecer medidas que deberán negociarse con los representantes de los trabajadores, tales como la elaboración y difusión de códigos de buenas prácticas, la realización de campañas informativas o acciones de formación”
Y la segunda afirma que “los representantes de los trabajadores deberán contribuir a prevenir el acoso sexual y el acoso por razón de sexo, mediante la sensibilización de los trabajadores y trabajadoras frente al mismo y la información a la dirección de la empresa de las conductas o comportamientos de que tuvieran conocimiento y que pudieran propiciarlo”.
Por tanto, la legislación apela directamente a los representantes de las personas trabajadoras, a los sindicatos. Esto último ha sido uno de los motores que han propiciado la creación del nuevo Observatorio de Acoso Sexual y Acoso por Razón de Sexo de Comisiones Obreras. Tal y como explicaba el sindicato, la creación de este órgano es “un paso significativo”, “una iniciativa pionera frente a una realidad oculta y ocultada” que era “muy necesaria”.
En palabras de Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de Comisiones Obreras, el Observatorio es “un paso más” con el que el sindicato pretende “denunciar públicamente el acoso sexual y por razón de sexo” y crear “un cordón sanitario contra el acoso”.
Para Vidal el problema reside en que, al tratarse en ambos casos de un “acoso tolerado y naturalizado” las mujeres que lo sufren “se responsabilizan del acoso y no denuncian”. Situación que se agrava aún más para aquellas mujeres que trabajan en pequeñas empresas o que son empleadas del hogar.
Además, ha hecho hincapié en la importancia de elaborar códigos de buenas prácticas, puesto que, aunque la negociación de los mismos es obligatoria para todas las empresas, con independencia del número de personas que trabajen en ellas, y formen parte del plan de igualdad, muchas compañías no disponen de estos códigos, sobre todo las PYMES y las administraciones públicas.
La socióloga y adjunta a la Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, Begoña Marugán, ha añadido al respecto que “la norma es necesaria pero insuficiente”. De ahí nace el compromiso de continuar trabajando con las empresas y patronales para elaborar estos códigos de buenas prácticas a través del Observatorio.
Asimismo, Marugán ha declarado que, a pesar de esto último, “España es una referencia europea en cuestiones de igualdad”.
Sin embargo, como ha apuntado su colega Elena, también socióloga involucrada en el proyecto, tanto el acoso sexual como el acoso por razón de sexo “son problemas estructurales que solo se pueden resolver en común”.
El Observatorio pretende, precisamente, aportar herramientas para luchar contra estos tipos de acoso y para ello cuenta sobre todo con su página web, “una ventana”, en palabras de Carolina Vidal, para la formación, para ofrecer datos “más cercanos a la realidad” y recursos legislativos que ayuden a los abogados, entre ellos, jurisprudencia.
Desde el sindicato esperan que el portal sea una página “viva” y “actualizada”, a través de la cual puedan cumplir con su principal objetivo: “orientar a las mujeres acosadas”.
Para ello, la página web cuenta con un formulario anónimo, “una ventana a la ciudadanía”, en la que cualquier persona puede alertar de una situación de acoso sexual o acoso por razón de sexo. Este “buzón” tal y como ha explicado Vidal “no es un método de denuncia” sino una herramienta de orientación y de recopilación de datos, necesarios para paliar la “falta de investigación” que existe acerca de esta problemática que actualmente suscita “más preguntas que respuestas” y que serán contabilizados y valorados cualitativamente.
Más de 8 millones de mujeres sufren o han sufrido acoso sexual en España, 2 millones de ellas lo han sufrido en el último año. Según datos del Ministerio del Interior, el 17,3% de los episodios de acoso sexual se producen dentro del ámbito laboral. Estas cifras contrastan con el número de condenados por acoso sexual en España: 74.
«El acoso sexual sí tiene género a pesar de lo que digan partidos de derecha y ultraderecha», según Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CC.OO.
Vidal ha afirmado en repetidas ocasiones durante la rueda de prensa que “el acoso sexual sí tiene género a pesar de lo que digan partidos de derecha y ultraderecha”, que “las mujeres somos personas estigmatizadas” y que “lo que estigmatiza no es denunciarlo sino no contarlo”. Con esto último la secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo ha querido mostrar el apoyo del sindicato a las mujeres acosadas y animarlas a que cuenten sus historias.
Las expertas del Observatorio coinciden en que si hay que estigmatizar a alguien es a quienes cometen estos delitos. Además, aseguran que los hombres son parte de la solución, puesto que el acoso sexual y el acoso por razón de sexo son problemas estructurales derivados de la desvalorización de las mujeres y del trabajo femenino y del sexismo presente en los entornos laborales, que dificulta que muchos hombres puedan identificarse con las mujeres y que muchas mujeres apoyen a aquellas que padecen estos tipos de acoso.
Desde Comisiones Obreras esperan que el Observatorio sea un órgano de referencia en el ámbito de el acoso sexual y por razón de género, que ofrezca datos acordes con un realidad ocultada y silenciada, que sirva como herramienta pedagógica para profesionales involucrados en estas situaciones.
Bajo el lema #VamosAContarlo Comisiones Obreras pone en marcha esta iniciativa que también será la protagonista de la campaña de este año del 25N, en la que el sindicato compartirá testimonios reales de mujeres que han sufrido en primera persona el acoso sexual y el acoso por razón de sexo.