
El Acento/ Inmaculada Sánchez.
Si usted está jubilado y cobra una pensión contributiva, enhorabuena: este mes de enero verá su pensión incrementada un 8,5 por ciento, la cifra de inflación media del año 2022 calculada a 30 de noviembre. Una subida histórica a la que el Gobierno se comprometió cuando confirmó que la igualaría al incremento del IPC para que las pensiones no perdieran poder adquisitivo. El cumplimiento de la promesa supondrá un aumento del coste público en pensiones de más de 3.500 millones de euros, situando el total en unos 13.600 millones, cantidad que cobran alrededor de 9 millones de pensionistas en nuestro país.
Si su pensión es no contributiva la subida aún será mayor ya que lo aprobado en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 incluye la revalorización de las pensiones mínimas en un 15 por ciento, con el objetivo de ir acercándolas al salario mínimo interprofesional, un SMI que se ha incrementado a lo largo de esta legislatura más de 250 euros al mes (desde los 735 en que estaba fijado en 2017 a los 1.000 euros actuales). Nada de tirar cohetes, tal como están los precios, pero, al menos, algún ingreso que sube.

La media de subidas salariales de los convenios colectivos negociados para el 2023 asciende al 2,8 por ciento, una cifra que no era tan abismalmente distante del incremento de los precios desde 2004. Solo los pensionistas, con su subida del 8,5 por ciento, equiparan la evolución de sus ingresos a la inflación
Hasta aquí las mínimas ‘alegrías’. El resto de asalariados no sólo no recuperaremos poder adquisitivo este enero, sino más bien todo lo contrario, aunque no todos por igual. Si es usted funcionario habrá visto subir su nómina ya antes del fin de 2022 un 3,5 por ciento, tras el incremento adicional del 1,5 aprobado por el Gobierno, que se sumaba al 2 ya pactado para el año. Llegado el 31 de enero, su sueldo subirá un 2,5 por ciento que podría convertirse en el 3 si el IPC del año supera el 6.
¿Y si formamos parte de la amplia mayoría de trabajadores por cuenta ajena del sector privado?. Esta semana el Ministerio de Trabajo ha dado a conocer las subidas salariales pactadas en los convenios colectivos negociados para el 2023. La media asciende al 2,8 por ciento, una cifra que no era tan abismalmente distante del incremento de los precios desde 2004, lo que confirma casi seis puntos de pérdida de poder de compra en los últimos 12 meses.
Pero aún hay disgustos mayores para muchos más asalariados. El número de trabajadores cubiertos por estos convenios es el menor de los últimos 10 años (salvo el de la pandemia) debido a la negativa de la CEOE de pactar un acuerdo estatal de negociación colectiva que sirva de referencia. Apenas unos 8 millones de trabajadores estarán cubiertos en 2023 por un pacto que garantice una mínima subida de su nómina.
El resto, mayoritariamente y en el mejor de los casos, verá su sueldo congelado este enero si es que no ha reducido sus ingresos por encontrarse incluido en uno de los muchos ERTE que todavía ejercen de paraguas público a los estragos de tanta crisis económica sucesiva. No obstante, a nuestras cuentas del mes habrá que añadir la rebaja en el IRPF anunciada por Hacienda y su ajuste en las retenciones mensuales en las nóminas más bajas para saber si tendremos cambios positivos o negativos en nuestro salario de enero.
Todo ello nos encamina a la mayor devaluación salarial de España de los últimos cuarenta años.
Periodista y directora de ‘El Siglo’ desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas ‘Cambio 16’ y ‘El Nuevo Lunes’ y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid