Luis Carlos Ramírez
Maestro de profesión, Ander Gil preside la Cámara Alta desde julio de 2021. El senador burgalés comenzó su andadura parlamentaria en 2011, y fue portavoz del Grupo Socialista en el Senado entre 2017 y 2021. Su capacidad de negociación le llevó a conseguir la aprobación del 86% de las iniciativas socialistas debatidas, a pesar del control absoluto del PP en la Cámara Alta. Persona de confianza del presidente del Gobierno, Gil considera importante que Sánchez elija el Senado como escenario de los debates con Feijóo porque ponen a la Cámara en el foco informativo de una legislatura que seguirá siendo trascendental.
Ander Gil sigue a apelando al diálogo, el entendimiento y la moderación a la hora de defender las ideas en el Parlamento. También advierte del peligro de favorecer a los populismos y a la ultraderecha en Europa que puede llevar al fracaso del proyecto comunitario. En octubre de 2017 defendió desde la tribuna, en nombre del PSOE, la aplicación del artículo 155 en Cataluña, después de la celebración del Referéndum de independencia.
En sus quince meses al frente de la institución ¿ha conseguido rebajar la falta de respeto y la confrontación en los debates, sobre todo de las sesiones plenarias? En su estreno como presidente ya apelaba a la moderación a la hora de defender las ideas en el Parlamento.
Siempre he apelado al sentido del fair play, del respeto y del cumplimiento de las normas de todos los senadores. Y siempre les he pedido que, desde la legítima defensa de las posiciones políticas de cada uno, contribuyamos entre todos a mantener debates sosegados en los que el tono, el respeto y las buenas formas contribuyan a la rebaja de la tensión política. Creo humildemente que lo vamos consiguiendo poco a poco.
«El compromiso del presidente para debatir con Feijóo es firme, con un formato pactado por la Mesa sin reparo del PP»
Al final, han sido el presidente del gobierno y el líder de la oposición quienes devuelven el protagonismo a la cámara alta, con la iniciativa de Sánchez de debatir sobre política sectorial o general, más allá del reglamentado cara a cara que instituyó Zapatero en 2004. ¿Se mantendrá la iniciativa de manera permanente?
Siempre que ha habido un gobierno socialista, el Senado ha salido ganando. Efectivamente, fue Zapatero quien en 2004 institucionalizó el control al presidente del Gobierno en la Cámara Alta. Ahora es el presidente Sánchez quien, por su compromiso con el parlamentarismo, sigue con esa obligación y ha apostado además por hacer debates de calado con el líder de la oposición en esta Cámara. El compromiso del presidente es firme; tras el debate energético dijo que habría más, y vamos ya a por el segundo. Pero, aunque el foco esté en el cruce del presidente del Gobierno con el líder de la oposición, el debate del presidente es también con el resto de grupos y portavoces. Unos son más grandes que otros, pero todos son igual de importantes y merecen su consideración.
¿Habrá reforma del reglamento para mantener un debate más amplio y equilibrado entre Presidente y líder de la oposición?
Es cierto que tras el pasado debate sobre las medidas energéticas hubo quejas por el reparto de los tiempos de palabra. Pero he de decir que ese debate se rigió en el mismo formato y con los mismos tiempos que cualquier otro de los que se celebran en Cortes Generales, o en muchos parlamentos autonómicos donde el presidente habla sin límite de tiempo, y el líder de la oposición tiene 20 minutos entre su exposición y la réplica. Esto ha sido así siempre: con el presidente Aznar, con el presidente Rajoy y con el señor Feijóo en los 13 años al frente de la Xunta.
Pero, es más, el formato y los tiempos de aquel debate, como los del resto de debates, se pactaron y se pactan en la Mesa del Senado y en la Junta de portavoces. Todo ello conforme al reglamento. Ninguno de los representantes del PP en estos órganos de dirección del Senado tuvo reparo alguno ni con el formato, ni con los tiempos porque son los que siempre se han usado.
¿Se siente cómodo con la presencia de Feijoo en la cámara?
Si, claro. El señor Feijoo tiene una designación como senador del Parlamento de Galicia, y tiene el mismo derecho de estar en esta Cámara que cualquiera del resto de los senadores.
«Reforzar las capacidades del Senado y su papel de Cámara territorial, ayudaría a tener una presencia mayor»
¿Quedan colmadas las pretensiones de los sucesivos presidentes del Senado, cuya queja a lo largo de los años ha sido la falta de atención y el protagonismo de unos debates que, aunque intensos, no han sido reflejo de los medios de comunicación?
El Senado siempre ha tenido menos visibilidad que el Congreso, es cierto, pero eso tiene que ver sobre todo con el papel que la Constitución da a esta Cámara. Reforzar las capacidades territoriales del Senado y su verdadero papel de Cámara territorial, ayudaría a tener una presencia mayor. Pero eso pasa por una reforma de la Constitución que, de momento, no parece estar en el horizonte.
«El verdadero cordón sanitario al populismo es desechar las posiciones extremas, ultra liberales y nacionalistas»
¿Sigue pensando que el triunfo de los populismos son un fracaso y una gran catástrofe para Europa? En la Cumbre de Presidentes de Parlamentos europeos usted ya advertía del riesgo que supone para el proyecto europeo quienes “blanquean” a la ultraderecha.
Por supuesto. Dije y mantengo que blanquear y favorecer el avance de la ultraderecha puede llevarnos a una UE sin principios y al fracaso del proyecto europeo. Y eso es así porque, sencillamente, la ultraderecha no cree en Europa ni en sus valores de solidaridad y justicia. Tampoco son defensores del estado del bienestar, sino del “sálvese quien pueda”. Las crisis, y especialmente la que vivimos derivada de la guerra de Ucrania, junto con el constante cuestionamiento por parte de la ultraderecha de los logros del Estado de bienestar, son el caldo de cultivo perfecto para que estos movimientos desplieguen todo su populismo y aumente el descreimiento y la distancia entre los ciudadanos y el poder político.
Y ante esto, solo cabe la defensa de los valores europeos, la democracia y el estado del bienestar. El verdadero cordón sanitario frente al populismo es desechar las posiciones extremas, ultra liberales y nacionalistas, y afrontar el futuro de Europa de forma justa, solidaria y dialogante, impulsando un escudo social y político que proteja a los ciudadanos europeos y, especialmente, a los más vulnerables.
Con el nuevo reglamento de la Conferencia de Presidentes aprobado en La Palma, el Senado se convierte en la sede oficial de este importante foro multilateral que reúne al presidente del Gobierno y a los presidentes y presidentas autonómicos. ¿Habrá nueva reunión antes de las próximas elecciones?
La reforma de este reglamento de la Conferencia de Presidentes otorga al Senado un papel de mayor protagonismo en el propio funcionamiento de la Conferencia, ya que puede introducir nuevos asuntos en el orden del día por su condición de Cámara de representación territorial. Pero si se convoca o no antes de las elecciones, depende del presidente del Gobierno que es a quien le corresponde la convocatoria.
Cómo va su ronda de visitas autonómicas para «fomentar el diálogo interterritorial»
Estupendamente. Uno de los objetivos que me propuse al asumir la presidencia del Senado fue el de potenciar el papel territorial de la Cámara Alta. Por eso, comencé hace ya unos meses lo que he llamado un proceso de “escucha territorial”, que no tiene otra finalidad que la de impulsar el diálogo y la participación de las CCAA en la actividad de la Cámara Alta.
Ya ha visitado oficialmente el País Vasco, Cataluña, Galicia, Andalucía, Asturias, y Cantabria. Así hasta recorrer todas las CCAA por orden de creación de los estatutos de autonomía. Es la primera vez que un presidente del Senado se interesa por saber qué piensan los presidentes y presidentas autonómicos y los Parlamentos regionales sobre cómo se puede mejorar la función representativa del Senado.
«Necesitamos que Europa actúe con urgencia en la lucha contra la despoblación»
Como buen burgalés, ¿sigue defendiendo el reto demográfico como la nueva lucha por la igualdad» y la necesidad de «romper el ciclo de la despoblación»?
Por supuesto. Lo defiendo por convicción, puesto que vengo de Valle de Mena, un pequeño municipio del norte de Burgos, pero también como presidente de la Cámara territorial. Y lo hago cada vez que tengo oportunidad. En la última cumbre parlamentaria del G20 reclamé más apoyo para las regiones de la UE con la población más envejecida y con mayor escasez de oportunidades laborales. Necesitamos que Europa actúe con ambición y urgencia en la lucha contra la despoblación.
Tenemos que ser capaces de atajar este problema desarrollando políticas encaminadas a ayudar a los pequeños municipios que se ahogan en los mercados globales. Debemos garantizar la igualdad en la prestación de servicios en el mundo rural, y generar oportunidades de emprendimiento impulsando la actividad económica local de las zonas más afectadas por el problema de la despoblación.
¿De qué le han servido sus dotes de buen negociador como portavoz de la oposición en tiempos del PP, cuando el PSOE conseguía aprobar el 86% de sus iniciativas debatidas en la cámara?
Me ha servido de mucho. En la presidencia de la Cámara también se negocia y se tiene que buscar el consenso a través del diálogo y el acuerdo, tanto en la Mesa del Senado, como en la Junta de Portavoces. Me enfrento a ello todos los martes cuando hay que acordar los órdenes del día de las sesiones, o cuestiones de toda índole relacionadas con el funcionamiento de la Cámara. Mantener un buen ambiente de confianza y dialogo es importante en todos los ámbitos de la política, y más en la presidencia de la cuarta institución del Estado.
«La situación en Cataluña es muy distinta que cuando el Senado aprobó el 155. Hoy hay un Gobierno que trabaja por el reencuentro de los catalanes»
Presidente, ¿volvería a defender un 155 para Cataluña, o considera que son tiempos pasados que no deben volver, ahora que el independentismo parece hibernado?
Suspender la autonomía de una comunidad es lo último que uno espera y quiere hacer en una democracia. Afortunadamente, hoy la situación en Cataluña es muy distinta. Hoy hay un Gobierno que apuesta y trabaja por el diálogo, la convivencia y el reencuentro de los catalanes. El propio movimiento independentista está hoy también en una situación diametralmente distinta, como estamos viendo. Hay que perseverar en ese camino para que la política, el acuerdo y el diálogo, prevalezcan sobre el conflicto y el enfrentamiento.
¿Sigue defendiendo un uso «más intenso» de las lenguas cooficiales en la cámara, más allá del que se hace en el pleno, aunque solo para debatir mociones?
Claro. Esta es la Cámara territorial. El uso de las lenguas cooficiales no divide, sino que cohesiona. El plurilingüismo está en la Constitución, en su artículo 3, que habla de «un patrimonio cultural que debe ser objeto de especial respeto y protección». Yo entiendo este tema como un asunto clave en la concepción de una España plural. Las culturas y las lenguas no son patrimonio de los nacionalistas, sino que forman parte de la identidad y del acervo cultural de todo el país. Por eso he impulsado acuerdos entre el Senado y las academias de la Lengua Vasca, catalana y Galega, para la utilización de las lenguas cooficiales en la actividad de la Cámara Alta.