
Sin Maldad / José García Abad
Juan Carlos I celebró el pasado enero su tercer cumpleaños en Abu Dabi. Ha quedado claro que su permanencia en el emirato, al exiliarse voluntariamente de España, no era algo provisional, una impresión reforzada por el hecho de que estrenará una casa esplendorosa que pone a su disposición el jeque del emirato, Mohamed Bin Zayed, en el barrio residencial de Al Bateen. Allí se reunirá Don Juan Carlos con todos sus muebles, cuadros, condecoraciones y recuerdos que trasladará desde su domicilio durante medio siglo en el Palacio de la Zarzuela, donde ahora reside su hijo, el Rey, y su madre la reina Sofía acompañada de su hermana Irene.

Si la huida fiscal de Don Juan Carlos se confirma, deberían revisarse los honores establecidos en el documento de abdicación y el propio carácter que en el se señala, que no es de “Emérito”, como le hemos bautizado los periodistas erróneamente, sino “Honorario”. Me parece bien que no se pueda quitar la condición de español a ningún español, pero bien se lo merecía Don Juan Carlos de Borbón
Lo confirma el hecho lamentable de que el exmonarca esté tramitando ante la Agencia Tributaria su cambio de residencia fiscal al emirato.
No me extraña que ante este bochornoso asunto, el embajador de España ante los Emiratos Árabes, Íñigo de Palacio, evite todo contacto con el personaje, según se desprende de un artículo publicado por Carlos Espinosa de los Monteros en el diario ‘El Mundo’.
Del honor al deshonor
Si la huida fiscal de Don Juan Carlos se confirma, deberían revisarse los honores establecidos en el documento de abdicación y la propia condición que en él se señala, que no es de “Emérito” como le hemos bautizado los periodistas erróneamente, sino de “Honorario”. Pasaría del honor al deshonor.
En 2014 se rectificó el Real Decreto del 6 de noviembre de 1987 sobre “Régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los regentes”, añadiendo una disposición transitoria que dice: “Don Juan Carlos de Borbón, padre del Rey Don Felipe VI, continuará vitaliciamente en el uso con carácter honorífico del título de Rey, con tratamiento de Majestad y honores análogos a los establecidos para el Heredero de la Corona, Príncipe o Princesa de Asturias, en el Real Decreto 684/2010, de 20 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Honores Militares”.
Se añade que “el orden de precedencia de los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía en el Ordenamiento General de Precedencias del Estado, será el inmediatamente posterior a los descendientes del Rey Don Felipe VI”; y que ambos permanecen como miembros de la Familia Real.
El Real Decreto citado justifica “el otorgamiento de un tratamiento singular al Rey que, voluntariamente, pone fin a su reinado y a la Reina Consorte, además de continuar la senda de precedentes históricos y de la costumbre en otras monarquías, no es sino la forma de plasmar la gratitud por décadas de servicio a España y a los españoles”.
No pretendo que se elimine la gratitud por los méritos merecidos del monarca que facilitó la transición pacífica de la dictadura a la democracia, pero en mi opinión habría que añadir una reprobación de su evasión fiscal que choca con la regla básica, solidaria, de la democracia, imprescindible para una convivencia justa.
Me parece bien que no se pueda quitar la condición de español a ningún español, pero bien se lo merecía Don Juan Carlos de Borbón.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.