Pablo Casado aprendió la lección el 28-A y, en esta nueva oportunidad en las urnas, ha decidido dejar a Vox los votos de la derecha extrema porque en el centro se vive –electoralmente– mejor. Acusar a Pedro Sánchez de electoralismo y de vivir del pasado mientras el PP mira al futuro para solucionar los problemas “que de verdad” importan a la gente se ha convertido en un mantra para él y los suyos cada vez que les preguntan por la exhumación de Franco. O habría que decir casi todos los suyos.
Porque Isabel Díaz Ayuso parece no haber actualizado su argumentario. En su primera sesión de control parlamentario en la Asamblea de Madrid y conocida la sentencia del Tribunal Supremo, la presidenta de la Comunidad de Madrid leía en un alegato contra Pedro Sánchez: “¿Qué será lo siguiente? ¿La cruz del Valle? ¿Todo el Valle? ¿Las parroquias del barrio? ¿Arderán como en el 36?”.
Su amigo y jefe de filas habló con ella y, aunque no la desautorizó, Ayuso se excusó diciendo que había empleado un recurso “retórico”. Ahora, en una doble pirueta argumental contra el líder socialista ha vuelto a caer en sus propias redes.
Así, este pasado miércoles pedía explicaciones a la Delegación del Gobierno sobre “por qué si se autoriza” la manifestación del sábado 19 de octubre a favor de la “amnistía de los presos políticos”, según los convocantes, no permitió las protestas franquistas convocadas este jueves en el cementerio de Mingorrubio. “Si puede haber un problema de orden público en un cementerio, qué no puede pasar en el corazón de la ciudad de Madrid” donde, dijo, “a todas luces era previsible” que la protesta acabara con “sillas volando” y “personas mayores corriendo” por la plaza de Callao.