El PP de Madrid ya es un partido de ‘ayusers’. Se acabó la época de una gestora remando a favor de la dirección nacional para tratar de evitar que la dirigente con más tirón en la calle y en las urnas hiciera sombra a un líder inseguro. Isabel Díaz Ayuso se deshizo del presidente acomplejado, alcanzó un pacto de no agresión con la nueva Génova y se corona el penúltimo fin de semana de mayo como la baronesa popular con más poder en el partido. Su objetivo más inmediato es superarse a sí misma y, en las municipales de 2023, arrebatarle a la izquierda su hegemonía en el área metropolitana de región. De lograr acreditar semejante conquista electoral, a ver quién podría ponerle techo a ‘la más grande’.
Sólo el ‘retorno del rey’ ha logrado hacer sombra a Isabel Díaz Ayuso, coronada ‘reina’ del PP en un fin de semana de ajuste de cuentas y gestos magnánimos por parte de quien ya es, tras meses de celos, traiciones, un magnicidio y un pacto de no agresión con la nueva dirección del partido, la baronesa más poderosa de la derecha española.
Arropada por Alberto Núñez Feijóo y sus colegas de Andalucía, Castilla y León, Murcia y Galicia, Ayuso consigue en este congreso regional lo que quieren y tienen todos los presidentes autonómicos, un poder orgánico imprescindible para liderar una región sin sobresaltos y que, tradicionalmente, Génova ha tratado de evitar en la comunidad con mayor proyección y riesgo de asomar la cabeza más de la cuenta.
Cuenta con Almeida. Sobre todo, por una cuestión práctica; no hay mejor candidato para formar tique electoral con ella en 2023
Cuando Pablo Casado y Teodoro García Egea maniobraron contra la jefa del Ejecutivo madrileño no se dieron cuenta de que ya era demasiado tarde para frenar a un auténtico fenómeno de masas conservadoras. Cuando Alberto Núñez Feijóo se postuló para coser al partido, supo que debía darle carta blanca para garantizar una cohabitación pacífica.
Otra cosa es que el líder gallego fracase en unas próximas elecciones generales. Pero, antes de llegar a esa pantalla, la presidenta madrileña ha de hacer méritos para ganarse el respeto de sus colegas en un congreso nacional y, además de garantizarse el respaldo de los compromisarios de su partido regional en el cónclave del 20 y 21 de mayo en el pabellón 6 de Ifema, ha de acreditar resultados en su próxima cita con las urnas.
Por eso cuenta con José Luis Martínez-Almeida, el mismo que se prestó al ardid de la Génova de Casado para presentar una candidatura alternativa a Ayuso.

Sobre todo, por una cuestión práctica; no hay mejor candidato que él para hacer tique electoral con Ayuso en las municipales y autonómicas de 2023 y, después de ser el primero en respaldar la candidatura de su ‘partner’ a la presidencia del PP de Madrid y ponerse a su disposición, la flamante lideresa le ha dado cobijo en una formación donde, ya había advertido semanas atrás, no caben traidores. Aquellos que, según sus propias palabras, dudaron de su honorabilidad cuando ella misma desveló la comisión que su Administración pagó a su hermano por una operación de compra de mascarillas.
Por eso, también, ha nombrado secretario general a Alfonso Serrano, persona de su máxima confianza que ejerce de portavoz del grupo popular en la Asamblea regional y que dirigió, con gran éxito, la campaña electoral del 4-M.
El ‘cinturón rojo’
Con él y tras el congreso del PP de Madrid emprenderá el asalto a la zona metropolitana, territorio gobernado por la izquierda prácticamente inexpugnable y todo un reto para Ayuso, que necesita atesorar ‘trofeos’ electorales ante los suyos, frente a Vox y contra Pedro Sánchez, con quien confronta con toda la intención política desde la Puerta del Sol.
Necesita atesorar ‘trofeos’ electorales en las municipales ante los suyos, frente a Vox y contra Pedro Sánchez
Ayuso elegía presidente del cónclave de mayo a Miguel Ángel Recuenco, portavoz del PP en Leganés, donde el partido apenas ha llegado a tocar poder. El aniversario de su victoria del 4-M lo celebró en Fuenlabrada, donde el PP no ha llegado nunca a gobernar. Y Feijóo participa de esta misma estrategia desde que, en el congreso que le proclamó presidente, integrara en el Comité Ejecutivo Nacional a José Manuel Zarzoso, portavoz popular en Parla, otro de los municipios que tradicionalmente ha estado en manos de la izquierda.
Tras ser aclamada en el congreso y presentar un partido con estructura pequeña y sin consejeros en la cúpula –Enrique López o David Pérez podrían ‘pagar’ sus dudas en la crisis con Casado en una eventual remodelación del Gobierno autonómico–, la baronesa autonómica empezará a armar las líneas maestras de la convención donde, el próximo mes de octubre, espera “ensanchar” su base electoral frente a quienes “nos disputan el voto”.
Centrada en el debate ideológico o lo que denominan ‘guerra cultural’ con la izquierda, Ayuso se propone depender aún menos de Vox acercándose a la mayoría absoluta que, tras el fin del bipartidismo, sólo Alberto Núñez Feijóo ha sabido acreditar. Si Juanma Moreno no lo consigue en las elecciones del próximo 19 de junio, todas las miradas estarán puestas en ella. El fervor popular de derechas lo tiene. Y, desde ahora, el poder orgánico, también.