Isabel Díaz Ayuso quiere atraer inversores a Madrid. Juanma Moreno, a Andalucía. Tras los éxitos del 4-M y el 19-J, los dos barones del PP mejor valorados en las urnas van a celebrar un segundo asalto en el terreno económico, donde el partido espera librar sus próximas batallas electorales contra Pedro Sánchez. La primera, desafiando a las políticas del Gobierno central en materia fiscal. El segundo, subiéndose a la ola tecnológica que pasa por Málaga. Los dos quieren destacar, pero sólo uno puede ser el primero. En juego, su futuro político. Dentro y más allá de sus propios territorios.
Isabel Díaz Ayuso suena a Born in the USA y Juanma Moreno, a Streets of Philadelphia. No lo hizo expresamente pero, por la comparación, ese parece el reparto lógico de Elías Bendodo. Ha sido en un desayuno informativo del Foro Nueva Economía donde al coordinador general del PP, a propósito de las diferencias entre los dos barones con más peso orgánico y electoral en el partido, se le ocurrió hacer una analogía con la música nada menos que del Boss. “Nadie discute que es el mismo Bruce Springsteen, el mismo artista es capaz de crear dos himnos, dos números uno, con matices diferentes, pero todo el mundo reconoce a ambos en Bruce”, dijo.
Los populares quieren zanjar así la idea de la presunta rivalidad entre pares, sosteniendo que las dos formas de hacer política en Madrid y Andalucía, una más cañera y otra más relajada, no sólo no desentonan sino que forman parte de un mismo repertorio. La ocurrencia, sin embargo, pierde fuerza cuando se ve competir a los dos hits por ser el número uno en la lista de éxitos populares, con permiso –de momento– de Alberto Núñez Feijóo.
Ayuso desafía al Gobierno central a cuenta de la sede de la Agencia Espacial Española, a la que opta la andaluza ciudad de Sevilla
“Si ellos traen empresas, yo traeré más; y nosotros tenemos playa, querida presidenta”. Exultante como estaba tras alcanzar la mayoría absoluta en las elecciones del 19-J, el presidente andaluz se atrevió a desafiar a Ayuso durante su intervención en la Junta Directiva Nacional del PP, convocada para valorar y celebrar su resultado en las urnas. Lo hizo entre risas y guiños de complicidad, pero no estaba bromeando.
Ayuso tenía entonces preparadas las maletas para volar a Miami en el que ha sido su segundo viaje como presidenta regional a Estados Unidos –a finales de septiembre estuvo en Nueva York y Washington– para captar inversores, reuniéndose con los presidentes de Sony Music y de Universal Music para América Latina y España y con empresarios de la Cámara de Comercio España-Estados Unidos, aunque el discurso haya sido de consumo interno con mensajes como el de que Madrid es la comunidad “más estable de toda España” a pesar de las “atrocidades que comete la izquierda y el uso torticero de la justicia”.
Guerra de territorios
La jefa del Ejecutivo madrileño espera sacar adelante el blindaje fiscal en la región para atraer empresas también internacionales y consolidar una política que, desde el resto de regiones, califican de “dumping fiscal”. Como la valenciana, donde su presidente, Ximo Puig, ha vuelto a pedir “corresponsabilidad fiscal, no se puede permitir el dumping fiscal que provoca la deslocalización de empresas”, decía en un reciente desayuno informativo a propósito de la política de Ayuso, a la que acusaba de generar “desigualdad” y “competencia desleal”.

En el mismo foro, volvió a reclamar una reforma del sistema de financiación que, en la actualidad, genera diferencias de recursos entre comunidades y, sostiene, penaliza a la valenciana o a la andaluza. De hecho, Puig y Moreno Bonilla celebraron una ‘cumbre’ en el sevillano Palacio de San Telmo el pasado mes de septiembre para reclamar un “fondo de compensación transitorio”.
No parece que su colega en el PP vaya a volver a sumar fuerzas con el barón socialista, sobre todo ahora que ha conseguido uno de los objetivos de aquella cita –la imagen de líder pactista y moderado–, pero pretende mantener el foco sobre la economía. Sobre todo, la economía de grandes titulares que impiden ver la letra pequeña de los salarios bajos o la demora sanitaria en hospitales y atención primaria.
A favor de Moreno Bonilla juega la provincia y, particularmente, la ciudad de Málaga, tan de moda entre los emprendedores tecnológicos que desde la Junta andaluza fomentan la idea de que la autonomía es la Silicon Valley o la California del sur de Europa gracias a la joya de la corona, el Málaga TechPark que congrega a 600 empresas digitales y 20.000 trabajadores. De gran relumbrón fue el Digital Enterprise Show 2022, celebrado en el Palacio de Ferias y Congresos de la ciudad y que contó con la participación estelar del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Pelea por la agenda
Moreno quiere convencer de que Andalucía es California celebrando que Málaga se haya puesto de moda entre las startups
Ayuso pretende el mismo impacto en la agenda política y mediática, pero ella prefiere meter unas notas de rock & roll. Por ejemplo, ofreciendo la Comunidad de Madrid para albergar un gran premio de Fórmula 1 por carta a Stefano Domenicali, presidente y consejero delegado de la competición deportiva. La iniciativa no es nueva y su Ejecutivo la anunció a principios de año –el pasado febrero se presentó con un mono rojo en el Circuito Madrid Jarama-RACE–, pero hay que recordar que la baronesa regional quedaba fuera de juego en plena resaca andaluza y ha estado buscando la manera de recuperar el foco.
Otro punteo de guitarra lo daba la presidenta con otra carta, la que enviaba a Pedro Sánchez para que rectifique y permita que el municipio madrileño de Tres Cantos forme parte del proceso de selección como candidato para albergar la Agencia Espacial Española, sabiendo que el plan del jefe del Ejecutivo es descentralizar las sedes de los organismos públicos de la Administración central.
Precisamente es una localidad andaluza la mejor posicionada entre las candidatas. Desde Sevilla, su alcalde, el socialista Antonio Muñoz, defiende que las infraestructuras, la localización y el vínculo de la ciudad con el sector aeroespacial la convierten en la opción más idónea. ¿Qué ha dicho Moreno Bonilla sobre esta pugna por la futura sede? De momento, guarda silencio. Pero seguro que piensa que, aunque Sevilla no tiene playa, está más cerca del mar que Madrid.