J.Q.
Tras las críticas de la candidata popular a la presidencia de las Baleares, Marga Prohens, a la exigencia a los hoteles de las islas del Ejecutivo autonómico acerca de la instalación de camas elevables, las `kellys´ han vuelto a ser protagonistas esta semana. Y es que el Gobierno balear ha anunciado que estos hoteles tendrán que estipular durante la temporada alta de turismo el número máximo de habitaciones y de carga de trabajo que sus camareras de piso pueden asumir sin riesgo para su salud. Para medir estas cargas se aplicará una metodología diseñada por el Ejecutivo de las islas, en colaboración con la patronal hostelera y los sindicatos. La iniciativa afectará a más de 20.000 trabajadoras, y pone fin a una reclamación histórica de este sector laboral. Se trata de una medida pionera a nivel estatal.
Se creará un grupo en cada establecimiento que evaluará las condiciones de trabajo de las empleadas. Estará formado por representantes de las trabajadoras, de la empresa y de los servicios de prevención de riesgos laborales, y tendrá en cuenta las dimensiones de las habitaciones del hotel o el tipo de limpieza que se realiza antes de especificar la carga máxima de trabajo para las camareras de piso. “El límite tiene que ser la salud. Hay que concretar la carga máxima antes de que afecte a la salud de las trabajadoras”, ha señalado el consejero de Trabajo de la autonomía, Iago Negueruela.