José Luis Martínez-Almeida ha tratado de defender a Isabel Díaz Ayuso después de que su colega de partido negase las evidencias científicas sobre la contaminación el mismo día de la entrada en vigor de las nuevas medidas medioambientales del Ayuntamiento de Madrid.
La presidenta regional no negó “la relación entre contaminación y salud» y sus palabras “se sacaron de contexto”, aseguraba el alcalde en alusión a la entrevista a Ayuso en la Cadena SER, donde preguntada por los efectos de la contaminación sobre la salud, decía: “Nadie ha muerto por esto. Tal y como se expone muchas veces, creo que no es real”.
Al margen de la polémica, la capital amanecía el 1 de enero con nuevas restricciones para los coches sin distintivo ambiental, que no podrán aparcar en superficie en toda la zona SER –el interior de la M-30– salvo los residentes, que sólo podrán hacerlo en sus barrios. La oposición ha sido crítica con una medida que considera insuficiente. Más aún con otra de las novedades municipales que ha traído consigo el nuevo año: las calles Mártires de Alcalá y Seminario de Nobles, en el entorno de Moncloa, salen del perímetro de Madrid Central para evitar los atascos que había provocado su restricción al tráfico.
En Barcelona, el plan anticontaminación de Ada Colau es más ambicioso y restrictivo: la prohibición de entrada a los vehículos más contaminantes afecta a un área de 95 kilómetros cuadrados y a 50.000 coches en horario de trabajo. Aunque ya se han instalado más de 60 cámaras para vigilar la circulación, el Ayuntamiento no empezará a multar hasta abril.