Lucía Hernández.
Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, ha interrumpido su viaje a Polonia, esta semana, para hacer una visita inesperada en Kiev, con la intención de mostrar su apoyo a Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, en una fecha cercana al aniversario del comienzo de la guerra con Rusia. Durante esta visita, de apenas unas horas, Biden ha anunciado la entrega de 500 millones de dólares más de ayuda militar, junto con nuevas sanciones para Moscú. Además ha recalcado el objetivo de la visita declarando, “Pensé que era crucial que no hubiera duda, ninguna de ningún tipo, sobre el apoyo de EEUU a Ucrania en la guerra”.
Las autoridades de Estados Unidos han asegurado que la visita había sido previamente informada a Rusia. No obstante, Zelenski ha mostrado reconocer ante este encuentro, “una clara señal de apoyo”, ya que a pesar de que occidente no haya entrado oficialmente en la guerra, Ucrania sigue recibiendo armamento tanto de Estados Unidos como de Europa. En este sentido, la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada el pasado fin de semana, aseguraba la necesidad de aumentar las ayudas de occidente, a la que han reaccionado con compras conjuntas de armamento para Kiev y el décimo paquete de sanciones a Rusia.
Además de mostrar el apoyo ante la guerra, Biden muestra un doble sentido con esta parada dirigida a China, por los rumores de estar preparando envíos de armas letales a Rusia para utilizarlas contra Ucrania. Ante estas acusaciones, Pekín defiende que son falsas y declara que su posición en la guerra es la de mantener la paz y el diálogo. Por su parte, Putin insiste en su plan de atacar todos los puntos del frente ucraniano hasta abrir una brecha en la defensa de Kiev, mientras que Ucrania, que desde un principio pensaba que sería más débil, sigue defendiéndose de los ataques rusos.