La cumbre del clima de la ONU celebrada en Glasgow ha dejado pocas medidas concretas y muchas anécdotas. La mayoría, ironías de la vida, por el poco interés de los líderes políticos en asumir la lucha contra el cambio climático desde el momento en que aterrizaron en jet privado. Mención especial merece Joe Biden. De poco ha servido que el presidente de Estados Unidos se comprometiera a reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero entre un 50% y un 52% en 2030 respecto a los niveles de 2005. Su flota de cuatro aviones, un helicóptero y 85 vehículos y su ‘cabezada’ en una conferencia le han convertido en el invitado más contaminante y ‘distraído’ de la COP26.