E. M.
Desde hace años, la biotecnología es un sector floreciente en España, consolidado como la actividad industrial que más invierte en I+D, con casi 770 millones de euros en 2019. Sin embargo, la brutal expansión de la Covid19, hace diez meses, situó este sector primordial y en primera línea de defensa frente al virus, en parte debido a la búsqueda de vacunas que puedan frenar la pandemia. De esta forma, la biotecnología ha pasado de ser un valor refugio para las inversiones a convertirse en uno de los sectores que más rapidamente se están recuperando de la crisis.
Hace apenas unos días, una mujer británica de 90 años se convirtió en la primera receptora de la vacuna aprobada contra la Covid-19 desarrollada por Pfizer. A ella, sin duda, le seguirán muchas más, ya que, de un total de 175 proyectos en desarrollo, según datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS, ya hay 13 –incluida la de Pfizer– en fase 3.
Sin duda, la crisis sanitaria por la que atraviesa el mundo ha puesto en primer plano no solo el sector farmacéutico, sino también el biotecnológico. No en vano, las vacunas que mejores perspectivas presentan se basan en tres tipos de estrategia molecular desarrollados en biotecnología, con desarrollos basados en ADN, ARN y en proteína (la que conforma el nuevo coronavirus inactivado).
Buena prueba de que el sector biotecnológico y farmacéutico está en pleno auge en España es que en nuestro país hay varias vacunas en desarrollo, con varias que están dando resultado en ensayo animal, hasta el punto de que se están planteando hacer ensayos con humanos, y podrían estar disponibles a mediados el año que viene.
Esto no sería posible si no contáramos con el sólido bagaje investigador y de apuesta por la innovación del sector de la biotecnología, un sector dinámico que nació con el descubrimiento de la molécula de ADN, en 1953.
Las biotecnológicas son ahora responsables del 70% de los ensayos clínicos en todo el mundo
Desde su despegue en la década de 1970, la biotecnología se ha asociado ante todo con el desarrollo de curas para enfermedades y aplicaciones médicas. Pero el sector es mucho más que eso, ya que también abarca ámbitos como el de los alimentos transgénicos (GM por sus siglas en inglés), la clonación genética, los biocombustibles, entre otras muchas aplicaciones. Por ello, los expertos suelen dividir el sector en tres grandes categorías: la médica, la agrícola y la aplicada a los procesos industriales y manufactureros.
El sector de la biotecnología se está convirtiendo en un agente fundamental para impulsar la innovación biofarmacéutica, y las empresas de biotecnología son ahora responsables de alrededor del 70% de los ensayos clínicos en todo el mundo (de los cuales el 42% se realizan en asociación).
La presencia de la biotecnología en la investigación y el desarrollo biofarmacéuticos está aumentando y, entre 2018 y 2019, el número de productos biotecnológicos en fase de investigación y desarrollo aumentó en un 14%. En particular, más de 300 terapias de próxima generación, como las terapias génicas y celulares, se encuentran actualmente en la fase final de la tramitación de la biotecnología (tres veces más que en 2009) y, entre 2018 y 2019, la expansión de la tramitación de esas terapias fue superior al 20%, según datos un reciente informe elaborado por Deloitte.

Y si Amgen Inc es considerada como la mayor compañía de biotecnología del mundo por capitalización de mercado, con un valor de más de 100.000 millones de libras, en España el ranking de empresas dedicadas a la Investigación y desarrollo experimental en biotecnología está conformado por compañías como Biokit Research & Development, con sede en Barcelona, Pharmaceutical Product Development Spain, Tigenix, Biosearch o Igenomix. Pero también por las “grandes”, como son Merck, Bayer o Glaxosmithkline Investigacion y Desarrollo.
Estas empresas conforman un sector potente, que sitúa a España en la 9ª posición en producción científica en biotecnología, con 27 nuevas compañías biotech creadas en 2019, siendo España el país con el porcentaje más alto de artículos científicos, con el 83,3% de publicaciones, según datos del informe “Preparados para la España del mañana”, elaborado por la Asociación Española de Bioempresas (Asebio).
De hecho, la biotecnología se ha consolidado en 2019 como el sector industrial que más invierte en I+D en España, con casi 770 millones de euros. El 71% de la inversión ha sido realizada por empresas puramente biotecnológicas, lo que sitúa este sector como el primero en inversión en términos relativos.
Según Asebio, el sector biotecnológico ha aumentado un 13% su inversión en I+D respecto al ejercicio anterior. De esta forma, continúa con la tendencia de crecimiento de los últimos 5 años. De acuerdo a los datos anteriores, las empresas biotech se situaron en 2018 en primera posición como sector industrial que más ha invertido en I+D después de los servicios y el sector educativo, al tiempo que se sitúan entre los diez sectores que más crecen en inversión en I+D. Estas cifras han situado al sector, por primera vez, por delante del sector farmacéutico.
El tejido empresarial del sector biotecnológico en España está sobre todo compuesto por PYMES, y el 65% son micropymes, con menos de 10 trabajadores. En 2019, el aumento del número de empresas que realizan actividades en el sector ha alcanzado las 3.000 compañías, de las cuales 751 son puramente biotecnológicas.
En 2019 se consolidó como el sector industrial que más invierte en I+D en España
Por sectores, más del 47% de las biotech actúan en el ámbito de la salud humana, seguidas por las aplicaciones destinadas a la alimentación, donde se sitúan un 38% de estas empresas. A mayor distancia se posicionan las aplicaciones biotecnológicas en el sector primario (acuicultura, salud animal, agricultura y producción forestal) con alrededor de un 15% de empresas, y las industriales o medioambientales, que se sitúan ligeramente por debajo del 10%.
En cuanto a su reparto por áreas geográficas, Cataluña, con cerca del 24% del total de empresas biotech, se presenta como el mayor centro de actividad biotecnológica en España, tanto en términos de número de empresas biotech como de facturación, acumulando más del 50% de la facturación total realizada en el año 2018.
Algo más rezagadas se encuentran la Comunidad de Madrid y Andalucía, con el 18,6% y el 14,4% respectivamente, si bien, en el caso de Madrid, su peso relativo en términos de facturación supone el 30% del nacional total, como consecuencia de su facturación media por empresa significativamente superior.
En términos de empleo, el sector de la biotecnología también destaca por su peso y su evolución positiva en los últimos años. Las empresas biotech españolas generan más de 100.000 empleos, al tiempo que, por cada empleo directo, se generan casi otros tres empleos indirectos e inducidos. El impacto directo en términos de empleo del conjunto de empresas que realizan actividades biotecnológicas ha crecido de forma continuada desde el año 2014, hasta superar los 217.000 empleos durante el año 2018. De ellos, un 12% se sitúan en empresas estrictamente biotecnológicas (biotech), un 57% en las empresas que tienen la biotecnología como actividad secundaria, y el 31% restante, en empresas que la utilizan como herramienta de producción.
Cataluña es la autonomía con más empresas biotech, el 24 por ciento, seguida de Madrid y Andalucía
El sector biotecnológico, en su conjunto, se situó así a la cabeza de todas las actividades productivas en crecimiento del empleo en 2018, por delante, por ejemplo, de sectores como el de la construcción y las actividades inmobiliarias.
Por lo que respecta a la financiación, sin duda se grata de un sector que atrae fuertemente el capital, gracias a su alta rentabilidad. En 2019 las ampliaciones de capital privado y el capital riesgo se consolidaron como los principales instrumentos de financiación de estas empresas. Durante todo el año 2019 ha aumentado el importe comprometido y desembolsado por las entidades gestoras de capital riesgo que invierten en compañías biotecnológicas española, con más de 74 millones de euros.
Asimismo, las empresas de capital riesgo especializadas en ciencias de la vida de origen español canalizaron 74 millones de euros en compromisos de inversión nuevos a lo largo de 2019. Y la tendencia se mantiene, o incluso acelera, ya que, tras el parón debido a la pandemia, esta industria se ha recuperado rápidamente, hasta el punto de que los volúmenes de capital en el primer semestre incluso son superiores a los del año anterior. En el caso de España, la liquidez que presentan las gestoras de capital riesgo especializadas hace prever que se logre batir el récord de inversión de 2019.
Con ello, el sector ha pasado de ser un valor refugio de las inversiones a convertirse en un objetivo clave.
Por las cifras que ya se están manejando, el sector espera que este año y el que viene sean muy activos en cuanto a inversión. Además del interés que ha despertado la industria de la salud debido a la Covid-19, también se da otro hecho clave que favorece al sector: los principales fondos de capital riesgo han finalizado o están a punto de finalizar sus respectivos procesos de captación de fondos.
En los primeros seis meses, según un informe elaborado por Biocat, CataloniaBio&HT y EY, sólo el hub de Barcelona ha levantado 55,6 millones de euros en inversiones en capital riesgo. En cuando el sector en todo el ámbito nacional, logró 103 millones en 2019, según los datos de la patronal Asebio. l
Un panorama complejo en Europa
En un primer momento, España quedó fuera del primer acuerdo firmado por Alemania, Francia, Italia y Países Bajos con la compañía farmacéutica Astra-Zeneca -con sede en Reino Unido- para el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19. Esta notoria ausencia parecía demostrar que España estaba lejos de posicionarse a la cabeza de la investigación biotecnológica en Europa. El puesto, a la vista de los más recientes movimientos, lo quiere claramente ocupar Alemania, que incluso ha llegado a invertir 300 millones de euros – el mismo importe que la Comisión Europea ha anunciado que donará a la Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización (GAVI), para el periodo 2021-2025- en la compañía alemana Curevac, conocida por ser la empresa que, al parecer, el presidente norteamericano saliente Donald Trump quiso comprar. Y es que la apuesta merece la pena.
La biotecnología en Europa movió 5.489 millones de euros en el primer trimestre de este año y 4.811 millones en el segundo. En total, 10.300 millones de euros, un 9,5% más que un año antes.

Sin embargo, el europeo no es un mercado fácil para las biotech. Normalmente, las empresas de biotecnología centran sus esfuerzos en el mercado de los Estados Unidos o, cuando menos, en su mercado de origen. A medida que crece el interés por sus productos, el siguiente paso de una compañía es expandirse a otras geografías, incluida la captación de oportunidades en Europa, que representa más del 20% del total del mercado farmacéutico mundial.
Sin embargo, Europa es un panorama biofarmacéutico complejo y fragmentado, con 31 mercados dentro de la Unión Europea, que requieren la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos, así como otros mercados con sus propias autoridades reguladoras, como son Rusia y o Suiza. También hay sistemas de atención de la salud y procesos de reembolso distintos para cada mercado. Además, los recientes cambios en la reglamentación de la UE y otras incertidumbres del mercado (incluido el Brexit) hacen cada vez más difícil seguir adelante. En consecuencia, para muchas empresas de biotecnología, la expansión de sus productos en Europa resulta compleja. Sin embargo, y pese a esta complejidad, también es un polo de atracción, en la medida en que hay tres factores que hacen que el mercado biotecnológico de Europa sea interesante para los inversores: por un lado, una apuesta fuerte en la mayoría de los países, por el otro, una investigación potente y conocimientos especializados de la industria para apoyar la ciencia básica y la innovación, así como una gran cantidad de investigadores altamente cualificados.
De esta forma, las empresas europeas de biotecnología lograron capital para financiarse en cantidades muy superiores a las del año pasado. Así, en 2019 el sector biotecnológico privado recaudó un récord de 3.300 millones de dólares en dinero privado. Esto es casi un 35% más de lo que se recaudó en el anterior año récord de 2018.
Sin embargo, el entorno regulatorio sigue siendo uno de los principales obstáculos. Así, en 2019, el Consejo de la Unión Europea pidió a la Comisión Europea un estudio para analizar el impacto de la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo sobre las nuevas técnicas de edición genética.
Esta sentencia, emitida en verano de 2018, fue todo un impacto para el sector, al establecer que los organismos obtenidos mediante nuevas técnicas de mutagénesis debían ser consideradas Organismos Modificados Genéticamente (OMG), de acuerdo a la normativa europea y, por ello, estarían reguladas bajo la restrictiva directiva sobre el uso de organismos modificados genéticamente. Esta decisión fue considerada por el sector como peligrosa al poner trabas al trabajo de investigadores e innovadores del sector biotecnológico europeo. Con el mandato del Consejo se ha abierto una puerta a la revisión de esta regulación en la que las distintas patronales del sector ya trabajan.