J.Q.
Boris Johnson ha anunciado este jueves su dimisión como primer ministro británico tras un último intento de mantenerse en el poder. El líder tory ha comparecido en Downing Street ante los medios, declarando que “es clara la voluntad del Partido Conservador de que haya un nuevo líder del partido y, por tanto, un nuevo primer ministro (…) Nadie en política es ni remotamente indispensable». Johnson ha comentado su voluntad de continuar en el cargo hasta que el partido elija un nuevo líder, cuyo proceso de selección comenzará la semana que viene y podría prolongarse hasta después del verano.
Sin embargo, algunos tories ven inadecuado que Johnson se mantenga en el poder hasta otoño. Por su parte Keir Starmer, líder laborista, ha opinado que no ve justo para el país que Johnson continúe en el puesto varios meses más. “Se tiene que ir, no puede aferrarse (…) Su propio partido ha decidido que le ha llegado la hora, así que no pueden imponérselo al país en los próximos meses”, opina Starmer.
Johnson ha presentado su dimisión dos días después de que dimitieran más de 50 altos cargos del Ejecutivo, incluidos varios ministros, a pesar de haber dejado claro en el Parlamento esta misma semana que pretendía mantenerse fuerte frente a las adversidades que su gobierno ha soportado en los últimos tiempos. Johnson ha tenido que enfrentarse a una moción de censura de su propio partido, a escándalos sexuales de miembros de su gobierno o al polémico “partygate”, que confirmaba que el propio primer ministro y su equipo más cercano habían celebrado fiestas en Downing Street mientras el país estaba obligado a un duro confinamiento por la pandemia.
Tras la dimisión de Johnson, se abre el debate sobre quién debería sucederle. Rishi Sunak y Liz Truss eran los candidatos que sonaban con más fuerza en los últimos meses, pero a la lista de futuribles hay que añadir a Penny Mordaunt, ex ministra de Defensa, y a Ben Wallace, hasta hoy titular de Defensa.