La Comisión Europea ya tiene elaborado su plan de emergencia energética, en el caso de que Rusia corte el suministro de gas en los próximos meses. En primer lugar, se plantea a los estados miembro un recorte voluntario del consumo a partir del 1 de agosto, hasta el 31 de marzo de 2023. Pero el documento contempla la posibilidad de decretar un estado de emergencia que obligue a los países europeos a recortar el consumo en un 15%. Un recorte que se efectuaría sobre la media del consumo del país en concreto durante los últimos cinco años.
Habrá que ver cómo la medida impacta en el debate al respecto que debe efectuar el consejo europeo. En las últimas semanas, algunos gobiernos ya han manifestado sus dudas acerca de una medida que podría suponer una injerencia en las competencias nacionales. Países como Polonia ya han dejado claro que tampoco están de acuerdo con una solidaridad energética obligatoria. Prefieren que sea voluntaria, ya que, en su opinión, la obligatoriedad podría afectar a la seguridad energética de los países obligados a ceder gas a sus socios.