J.Q.
La Comisión Europea presentó el pasado martes su propuesta de reforma para el mercado eléctrico. Se trata de un programa que tiene como protagonistas a las energías renovables y la desaparición del gas, apostar por contratos a largo plazo centrados en energías que no sean fósiles y conseguir que las facturas no sean tan dependientes de un mercado tan voluble como es el eléctrico. La propuesta de Bruselas no afecta al sistema marginalista de precios, uno de los principales ejes del actual modelo. Esta era una de las principales exigencias del gobierno español. Así pues, el precio a pagar seguiría estando fijado por la tecnología de producción más cara (actualmente, el gas).
No obstante, el Ministerio de Transición Ecológica se ha mostrado en parte satisfecho con la propuesta europea. «Acogemos con satisfacción la propuesta de la Comisión Europea. Lo que hace un año se nos decía que era imposible, hoy se plasma en una propuesta legislativa que se inspira y recoge buena parte de las soluciones propuestas por España para mejorar el diseño del mercado eléctrico”, indicó el ministerio en una nota de prensa.
España, que asumirá la presidencia rotatoria del Consejo de la UE en julio, quiere dar forma a la propuesta final antes de fin de año. No obstante, otros países de la zona euro como Alemania no parecen tener tanta prisa por cerrar un acuerdo.