Ada Colau vuelve a jugar un papel protagonista en la política nacional y catalana, después de mucho tiempo en un segundo plano, centrada en su trabajo como alcaldesa de Barcelona. Lo hace de la mano de una Yolanda Díaz, de la que es su principal apoyo en la construcción de su candidatura para las generales de 2023, y como clave de bóveda de la legislatura en Cataluña, tras el acuerdo presupuestario con el Govern de Pere Aragonès. Todavía está por ver si Colau repite como candidata al Ayuntamiento o acompaña a la vicepresidenta en las listas para el Congreso. La valoración de la alcaldesa no es la mejor y la ERC de Ernest Maragall va en cabeza en las encuestas, pero Catalunya en Comú no tiene ningún candidato de peso que pueda tomar el testigo.
Hace un año, la valoración de Ada Colau se desplomaba a mínimos históricos. Según los datos del propio Ayuntamiento de Barcelona, recogidos en su barómetro semestral de diciembre de 2020, Colau recibía una valoración de 4,3 sobre 10. Un suspenso que la dejaba por detrás del portavoz de ERC, Ernest Maragall (5,2), su vicealcalde, el socialista Jaume Collboni (4,7), y de la candidata de Junts, Elsa Artadi (4,4). En ese momento, desde el equipo de Colau se quitaba hierro a la nota que recibía la alcaldesa señalando que Barcelona en Comú seguía siendo la primera fuerza en intención de voto. Sin embargo, según el último barómetro publicado por el consistorio barcelonés, el de junio -todavía no se ha presentado el de diciembre-, ERC ya se ha colocado en cabeza, con el 13,8%, un punto y medio por delante de Barcelona en Comú (12,3%), que también ve como el PSC le recorta ventaja y ya está en el 9,6%. Y aunque Colau recibe una nota mejor y empata con Collboni (4,7), sigue suspendiendo y estando por detrás de un Maragall que mejora y recibe un 5,5.
Ernest Maragall supera en valoración a la alcaldesa y ERC es primera fuerza en intención de voto para el ayuntamiento
Sobre este escenario se asientan los movimientos de Colau y los comunes que, en unos pocos meses, se han colocado como los principales aliados políticos de Yolanda Díaz, por un lado, y como soporte fundamental del Ejecutivo de Pere Aragonès, por otro. Gracias, además, a un acuerdo presupuestario por el que ERC se compromete a retirar la enmienda a la totalidad a las cuentas públicas barcelonesas que Maragall se había comprometido a presentar hace pocos días. Aragonès ha ganado estabilidad a cambio de desgastar a su candidato en la capital catalana.
La alcaldesa, sin herederos

A año y medio para las elecciones, todavía está por ver que repita como candidata. Y más a la vista de los datos que recogen las encuestas. Pero lo cierto es que en el seno de los comunes no hay ningún candidato de peso que pueda llenar el vacío que deja y que pueda competir con garantías con Ernest Maragall. En las quinielas por la sucesión estaría, por ejemplo, el nombre de Jordi Martí, que se ha colocado como el hombre fuerte del consistorio, desde su papel como mano derecha de la alcaldesa. Pero este ex del PSC, con muchos años de experiencia en la gestión cultural, ya perdió unas primarias contra Collboni, lo que no contribuye precisamente a reforzar una hipotética candidatura que ya de entrada despierta muchas dudas.
En el Parlament, la figura de Jessica Albiach ha salido reforzada por su papel en los últimos meses. Heredó el timón del grupo en la cámara catalana en un momento muy complicado, tras la renuncia de Xavi Domènech, y ha conseguido evitar que Catalunya En Comú cayera en la irrelevancia. Salvó los muebles en las elecciones de febrero, manteniendo la representación, y ha liderado las negociaciones para cerrar un acuerdo presupuestario que multiplica su músculo político y abre camino a la opción de gobierno en la Generalitat que los comunes vienen defendiendo desde hace años: un acuerdo a tres entre ERC, el PSC y ellos.
Sin embargo, Albiach cuenta con un impedimento relevante a la hora de afrontar una hipotética candidatura a la alcaldía de Barcelona: es de Podemos. No viene del núcleo fundador de En Comú ni tenía vinculación directa con el núcleo duro de la alcaldesa. De hecho, Albiach proviene del errejonismo, pero fue poniendo distancia con el ahora diputado de Más País, hasta que se consumó la ruptura de éste con Unidas Podemos.
Así las cosas, a día de hoy, lo más probable es que Colau repita como candidata. Solo depende de ella. El núcleo duro de Barcelona en Comú se inclina por que así sea y si existen dudas es porque ella no ha dado el sí. Hace pocos días, en la tercera Asamblea Nacional de los comunes, celebrada en Barcelona, Yolanda Díaz le instaba a Colau a que repita como candidata. Pero es precisamente la evolución de la candidatura de Díaz la incógnita que influye en si la alcaldesa se presenta de nuevo o no.
La huella de los comúnes en Yolanda Díaz
La Asamblea Nacional de los comunes ha sido el último acto público en el que Díaz y Colau han estado juntas y se han dedicado elogios mutuos. Desde antes del verano han multiplicado sus encuentros y visitas, en Madrid y Barcelona, y han protagonizado el acto en Valencia, junto a Mònica Oltra y Mónica García, que ha simbolizado el punto de partida de una candidatura conjunta a la izquierda del PSOE.
Pero al margen de la presencia mediática que le está brindando su cercanía a la vicepresidenta segunda, y mientras deshoja la margarita de su candidatura, Colau ha ganado una influencia enorme en la política nacional. Una influencia que no depende de que sea candidata en las próximas generales y que ejerce a través del jefe de gabinete de Díaz, Josep Vendrell. Fue con él con quien Díaz contactó en cuanto supo que Pablo Iglesias abandonaba el Gobierno y le tocaba a ella liderar la representación de Unidas Podemos.
Antes de su fichaje por parte de la vicepresidenta, Vendrell ejercía como coordinador del grupo de los comunes en el Parlament catalán, del que también proviene el actual responsable de discurso y estrategia en el equipo de Díaz, Rodrigo Amírola. Díaz y Vendrell forjaron una muy buena relación en los años en los que coincidieron como diputados de Unidas Podemos, ya que Vendrell fue el número tres de la lista que encabezaba Xavier Domènech y que ganó las elecciones en Cataluña en diciembre de 2015. En 2016 repitió y mantuvo su escaño hasta 2019. Vendrell, a sus 52 años, tiene un amplio currículum en la tramoya de la política. Por ejemplo, este histórico de ICV -partido fundador de Catalunya en Comú- ejerció como jefe de gabinete para Joan Saura en la época del tripartito.
Catalunya en Comú ‘empuja’ a Colau para que repita
A la espera de que Colau dé el sí definitivo a su candidatura -si lo da-, en la dirección de Catalunya en Comú resaltan algunos datos positivos sobre su gestión. Hace pocos días se conocían los resultados de la macroencuesta anual de servicios municipales que realiza el Ayuntamiento de Barcelona, un estudio de más calado que los barómetros semestrales -en los que tan mal parada sale la alcaldesa desde hace un año-, con 6.000 entrevistas presenciales a los ciudadanos de la capital catalana. Y según este sondeo, la gestión de Colau es aprobada por el 76,9% de los encuestados, que le conceden a la alcaldesa una nota media del 5,9.
¿Cómo se explica este contraste entre los datos de unas y otras encuestas del propio ayuntamiento? Según los dirigentes de Catalunya en Comú, se basa en que, al margen de consideraciones políticas y de las críticas que la alcaldesa recibe tanto del independentismo como del constitucionalismo, que influyen de forma determinante en las encuestas de intención de voto, los barceloneses están muy satisfechos con la gestión de su Ayuntamiento. Es sobre esta fortaleza sobre la que el núcleo duro de Catalunya en Comú espera convencer a Colau para que repita en 2023.