
Sin Maldad / José García Abad
Como señala Casimiro García Abadillo, Iván Redondo necesita un asesor de imagen. Quien fuera todopoderoso personaje, la mano derecha de Sánchez, a quien la prensa le atribuía la verdadera Vicepresidencia Primera, que desbordaba el cargo oficial de jefe de Gabinete para encarnar el extraoficial de valido, se ha autorretratado malamente en su entrevista con Évole.
Con sus desmañadas declaraciones ha situado los límites de estos brujos de la Corte que fascinan durante algún tiempo a los jefes de gobierno y ha dejado al presidente Sánchez en mal lugar por confiar tanto poder a este personaje atrabiliario.

Uno de los errores de Redondo fue su exhibición de prepotencia. Envidiado y celosamente odiado por quienes se disputaban la proximidad al Jefe, se despeñó desde las alturas sin que Sánchez le agradeciera los servicios prestados para satisfacción de la parroquia socialista, que desabasteció de champán las tiendas del distrito de Moncloa
Asegura Redondo: “Si a mí una eléctrica me pidiera asesoramiento, me lo tendría que plantear”. Me imagino que después de esta entrevista no habrá nadie ni en política ni en el mundo empresarial que lo contrate, pues lo menos que se puede pedir al depositario de tantos secretos es que no se prodigue ante la prensa con sus indiscreciones y mentiras. A lo más que puede aspirar Redondo es a escribir en la Prensa como ha conseguido como columnista de ‘La Vanguardia’, un refugio de moda para los ‘ex’ al que han acudido como tertulianos de radio Pablo Iglesias y Carmen Calvo. Salvando las distancias, claro está.
No es tarea fácil permanecer en un cargo que tiene mucho de escudo del Gran Jefe aunque hay gente que lo consiguió, como Miguel Barroso con Zapatero y Pedro Arriola, que asesoró a Aznar y a Rajoy durante tres décadas y que acabó cesado por Pablo Casado, lo que, por cierto, aprovechó Iván Redondopara ofrecerse para sustituirlo sin complejos, como profesional aséptico.
La prepotencia se paga
Uno de los errores de Redondo fue su exhibición de prepotencia. Envidiado y celosamente odiado por quienes se disputaban la proximidad al Jefe, se despeñó desde las alturas sin que Sánchez le agradeciera los servicios prestados para satisfacción de la parroquia socialista, que desabasteció de champán las tiendas del distrito de Moncloa.
Cayó, oficialmente, por el fracaso estrepitoso de la campaña del PSOE en la Comunidad de Madrid, en la que Redondo asumió un papel protagonista a la vera de Sánchez aunque ahora lo niegue, pero hubiera caído tarde o temprano por lo que suelen caer los validos, porque no supo hacerse perdonar su Gran Poder (vicario) desplegando encanto con los más próximos al Gran Poder (efectivo).
Para sustituirlo como director del Gabinete de la Presidencia, Sánchez echó mano de Óscar López, un clásico del PSOE, un ‘apparatchik’ que no fue sanchista cuando éste inició su automovilística marcha de las primarias frente a Susana Díaz. Pelillos a la mar. Pero la condición de segundo de a bordo lo desempeña ahora Félix Bolaños como ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Un acierto.
Félix Bolaños, nacido en Madrid en 1975, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, secretario de la Comisión de Ética y Garantía del partido desde 2014, ocupaba cuando fue ascendido a ministro el puesto de secretario general de la Presidencia del Gobierno, donde se ocupó de delicadas tareas. Fue uno de los muñidores del acuerdo con Podemos y de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos.
La parroquia se ha vengado
Bolaños ha estado siempre con Sánchez, sirviéndolo desde las primarias con sabiduría y lealtad, a quien el presidente colma de elogios en sus memorias, calificándolo como “una de las personalidades más brillantes de la nueva hornada de socialistas”. Con Bolaños y López, el partido ha ganado al Brujo.
La parroquia se ha vengado tras la entrevista con Évole. Según fuentes del partido consultadas por La Sexta, los calificativos más comunes que se han utilizado para valorar su intervención son «sinvergüenza», «mentiroso» e «irresponsable». En líneas generales, creen que no se puede caer tan bajo y que la entrevista lo retrata muy bien. Hablan de un ego «que no le cabe en el pecho», adjudicándose siempre las victorias y cargando sus errores a los demás.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.
Buen comentario y acierta descripción de Ivan redondo, el brujo….
No podía ser menos, de un periodista como la copa de un pino, que lo es… José García abad… A seguir…