
Sin Maldad / José García Abad
Desde un tiempo próximo a lo inmemorial, cuatrienio a cuatrienio, en las elecciones municipales y autonómicas constato que, punto arriba o punto abajo, la mayoría de los madrileños se han hecho de derechas. Con la excepción del 13 de junio de 2015, cuando Carmena alcanzó la Alcaldía de Madrid.

La reiterada pérdida de Madrid, en la ciudad y en la región, simboliza la frustración del PSOE por recuperar unas plazas cuyo desenganche marcó la decadencia del partido que más ha gobernado en España, cuyo fundador fue concejal de Madrid, al mostrar sus dificultades para enganchar a las grandes urbes, una debilidad del mensaje socialdemócrata aquí y en el resto de Europa
La reiterada pérdida de Madrid, en la ciudad y en la región, simboliza la frustración del PSOE por recuperar unas plazas cuyo desenganche marcó la decadencia del partido que más ha gobernado en España, cuyo fundador fue concejal de Madrid, al mostrar sus dificultades para enganchar a las grandes urbes, una debilidad del mensaje socialdemócrata aquí y en el resto de Europa.
El PSOE se empezó a joder cuando las capas urbanas empezaron a abandonarlo, lentamente, a partir de 1986. Se fue convirtiendo en un partido de implantación rural.
Un doloroso símbolo fue la pérdida de la ciudad de Madrid en junio de 1989. Y su derrota en 1994 en la Comunidad cuando Alberto Ruiz-Gallardón se impuso holgadamente en las urnas a su buen amigo Joaquín Leguina, que permaneció en el cargo 12 años, de 1983 a 1995 y que ahora apoya a Isabel Ayuso. Todo un simbolismo.
En 1986, los socialistas perdieron el Ayuntamiento de la capital
En 1986 los socialistas perdieron el Ayuntamiento de la capital, cuando el PSOE gozaba todavía de potencia y hasta de prepotencia. Ya en esa fecha se inocularon virus durante mucho tiempo dormidos ante la falta de alternativa fiable por la derecha pero que terminarían con la hegemonía socialista, llevando a los socialistas al diván del psicoanalista.
Se ha dicho que quien ganaba Madrid ganaría los generales. Lo que está por ver si algún día se invertirán los términos, si el gobierno de la nación puede hacerse con el castillo famoso.
El fracaso en las elecciones municipales y autonómicas de 2007 como candidato a la Alcaldía de Madrid lo tiene clavado Miguel Sebastián como una grandiosa espina. El PSOE obtuvo en Madrid el peor resultado de su historia
Rompeolas de las Españas
En los 45 años de la España constitucional se ha conseguido un acercamiento económico, social y cultural entre todos los ciudadanos de cualquier región o ciudad en que residan. No se da ahora un centro potente de ciudadanos ilustrados y una periferia yerma.
No puede decirse en propiedad que en Madrid viva la crème de la crème, pero sigue siendo el rompeolas de las Españas y donde reside la mayor parte del funcionariado, la mayor parte de las multinacionales y todas las embajadas y centros internacionales, donde hay más universitarios, y en general más clase media. Sigue siendo un símbolo.
El PSOE de Sánchez, que había levantado la moral socialista, se estrelló estrepitosamente en la Comunidad de Madrid donde, aunque sea por los pelos, ni siquiera ha conservado el liderazgo de la izquierda.
Dos acontecimientos significativos
Hemos visto, además de la frustración del PSOE, dos acontecimientos significativos: el primero, la retirada institucional de un Pablo Iglesias que tuvo el mérito de meter en las instituciones al movimiento de los indignados sin partido pero que últimamente no se cansaba de cometer errores, el más nocivo para su persona su dimisión como vicepresidente del Gobierno.
Tras las elecciones en las que Sánchez no obtuvo el crecimiento de votos que esperaba para gobernar en solitario, Iglesias tuvo que aceptar gobernar con él. Pero Sánchez había dejado claro su lamento sobre “la falta de visión política de Iglesias”. El segundo acontecimiento es la desaparición de Ciudadanos, un partido prometedor que con la bandera de un centro difuso ha ido de error en error hasta la derrota final.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.