S.N.
Durante la madrugada del martes ha sido destruida la presa de Nueva Kajovka, que se encuentra en la zona controlada por Rusia de Jerson, en el sur de Ucrania. Las masas de agua, que salieron a consecuencia de la destrucción, han empezado a inundar 80 localidades que se hallan dentro de la región.
Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, acusa a Moscú de haber volado la presa con minas colocadas en el interior de la construcción. Rusia, por el otro lado, acusa de la destrucción a los bombardeos ucranianos en la región. Ucrania niega las acusaciones, «Es físicamente imposible volarla de esta manera desde el exterior, mediante bombardeos. Se colocaron minas. Fue una explosión deliberada. Sabían exactamente lo que estaban haciendo», ha declarado el mandatario ucraniano.
Zelenski señala que la explosión es una de las peores catástrofes medioambientales en Europa. Más de 100.000 personas viven en la región afectada por las inundaciones y el gobierno ucraniano pide la evacuación de la población que se halla en la orilla derecha del Dniéper. Además de la destrucción infraestructural, se suma que la presa es un vital suministro de agua potable en la región y de una enorme importancia para la agrícola. Debido a la gran destrucción medioambiental y el vertido de 150 toneladas de aceite de motor tras la explosión de la presa, Zelenski habla de un ecocidio.
La Unión Europea, condena la voladura de la presa y acusa a Rusia y a sus aliados de haber cometido un crimen de guerra con este acto de agresión deliberado.