
Durante el 12º congreso confederal de CCOO, celebrado entre el 21 y el 23 de octubre en Madrid, el sindicato mandó algún mensaje al Gobierno y, de todos ellos, me quiero detener principalmente en uno: pedíamos prudencia y tranquilidad para que la legislatura no finalizase abruptamente y, sobre todo, para sostener una acción de Gobierno guiada por una marcada agenda progresista. Era un aviso a navegantes en víspera de una controversia en el seno de la coalición de Gobierno a cuenta de la reforma laboral. Volvía la idea interesada que parece atraparnos entre lo posible y lo necesario.

Una regulación laboral ambiciosa que diera la espalda a las restricciones de derechos que hemos conocido en los últimos 35 años significaría un verdadero punto de inflexión en la historia reciente del país
En el campo, las cosas casi nunca pasan por casualidad. Por eso el símil parece oportuno: reclamamos prudencia y tranquilidad que resultarán la savia necesaria para que la legislatura termine de germinar y ofrezca todos sus frutos. La cizaña de los agoreros y las presiones de los profetas del granizo se van a multiplicar desde distintos frentes para contaminar la recolección y hacer descarrilar la reforma más sustancial dentro de la agenda reformista que marcó el pacto de Gobierno. A nadie se le puede escapar que si la reforma laboral de Rajoy se deroga y el sol continúa saliendo cada día para alimentar la cosecha, el trampantojo neoliberal tendría difícil sustento.
¿Y desde lo positivo? Las repercusiones que tendría en la vida, las rentas y la salud de millones de personas trabajadoras serían notables. Una regulación laboral ambiciosa que diera la espalda a las restricciones de derechos que hemos conocido en los últimos 35 años significaría un verdadero punto de inflexión en la historia reciente del país. Y, junto a la llegada de los fondos europeos, la aprobación de los nuevos Presupuestos para 2022 y el resto de reformas modernizadoras pendientes, como la fiscal, conformarían la pista de despegue para conseguir un país más justo, democrático e inclusivo conforme a los cambios de paradigma que, por otra parte, se observan tanto en el seno de la UE como en Estados Unidos.
Pero sería una tarea incompleta que el conjunto de normas que salieran, primero, del diálogo social y, después, fueran convalidadas por el Parlamento se quedaran, hoy, en derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral del ‘austericidio’. Aquella reforma de 2012 fue aprobada sin consenso para ofrecer campo expedito a la devaluación salarial y social del país y sobra en la actual coyuntura.
Pero para completar los acuerdos de legislatura no sirve solamente volver a 2009. El objetivo escrito en los programas electorales tanto de UP como del PSOE era poner en pie el mercado de trabajo del siglo XXI. Un pacto alrededor de esa idea debe contener la ambición de ensancharse. De no ser posible, la democracia parlamentaria tiene sus aritméticas. Y la sociedad sus urgencias. Al Gobierno se llega para gobernar y trasladar al BOE todas las buenas intenciones.
Diplomada en Relaciones Laborales por la Universitat de València. Máster en Prevención de Riesgos Laborales (técnica superior en Ergonomía y Psicosociología) por la Universitat Politècnica de València. Máster en Género y Políticas de Igualdad por la Universidad Rey Juan Carlos I. Community Management por la Fundación UNED. Formadora Ocupacional por FOREM PV. Vinculada a CCOO desde 1996 de forma militante en la Secretaría de Juventud de CCOO PV. Se incorpora como miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal de CCOO PV en el 8º Congreso como secretaria de Juventud del País Valencià. En el 9º Congreso asume la Secretaría de Comunicación y Política Lingüística en CCOO PV. En el 10º congreso se incorpora a la Dirección Confederal estatal de CCOO como secretaria de Movimientos y Redes Sociales. En el 11º Congreso es nombrada secretaria de Comunicación, cargo que mantiene actualmente en el 12º Congreso de CCOO.