
Sin Maldad / José García Abad
El hundimiento del PSOE de Andalucía, donde gobernó desde 1978 (en la preautonomía) y desde mayo de 1982 en las autonómicas, de forma ininterrumpida hasta enero de 2019, 41 años desde la primera, tiene importancia para Andalucía y para el Partido Socialista Obrero Español de Ferraz, cuya refundación por Felipe González nació andaluz y que fue en Andalucía donde ganó las elecciones antes de ganarlas en España.
Con el desastre del pasado día 19, cuando el PP consiguió por primera vez la mayoría absoluta, se ha abierto el debate sobre si la apabullante derrota del partido en esta comunidad, donde obtuvo el peor resultado de su historia con 30 diputados, es extrapolable a las próximas elecciones generales, pero no he visto ni oído análisis profundos en el campo socialista sobre el origen y las causas del hundimiento del partido en lo que en su día se calificó como ‘territorio comanche’, inaccesible a la derecha.

Obviamente, los resultados no son mecánicamente extrapolables pues las circunstancias cambian entre una y otra elección pero desde luego son un buen indicador a tener en cuenta, un fuerte aviso. Es lo que constata la sabiduría popular cuando aconseja: “Cuando las barbas del vecino veas pelar pon las tuyas a remojar”
Sólo he escuchado la voz interesada del sevillano César Giner Parreño, profesor de Derecho Mercantil en la Universidad Carlos III de Madrid, exdiputado del PSOE, susanista contra viento y marea en las primarias de mayo de 2017, que ganó Sánchez contra quien se lanzó con frases como ésta: “He visto a Pedro Sánchez defender la reforma constitucional de Zapatero y después denostarla; enarbolar la bandera del liberalismo y alzar el puño cantando la internacional. Su credibilidad es escasa; su impostura, alta”. Un enemigo acérrimo de Pedro Sánchez a quien atribuye el desastre electoral del pasado 19.
“La gente –concluye– se cansó, quiso pasar página a esos cuarenta años de Gobierno del PSOE, que perdió la mayoría en las elecciones autonómicas de 2018”.
Discrepancias con los intereses del Gobierno central
Ciertamente, 2018 es una fecha importante sobre la caída socialista pero hubo otras que la marcaron. En realidad, empezaron los problemas muy pronto, casi siempre por discrepancias con los intereses del Gobierno central.
Por ejemplo, cuando el 24 de octubre de 1983 el entonces presidente andaluz, Rafael Escuredo, presentó en Carmona su proyecto de Reforma Agraria que chocaba con las intenciones de Felipe González, que quería tranquilizar a los inversores en el sentido de que no procedería a nacionalizaciones y que recibió la inquietud del gobierno estadounidense, asustado por lo que la reforma agraria, muy moderada, de Escuredo le sonaba a comunismo.
Al mismo tiempo, en un encuentro de Felipe con inversores alemanes, como cuenta el expresidente andaluz José Antonio Griñán, “uno de los participantes, que tenía fuertes intereses agrarios en la provincia de Huelva, le reprochó a Felipe González que la oferta para que invirtieran en España que éste les estaba haciendo, difícilmente podía ser creíble cuando en Andalucía había un gobierno radical, socialista también, que patrocinaba la reforma agraria”.
En 1988 el V Congreso del PSOE de Andalucía se convirtió en un asalto del sector guerrista que quiso revertir el resultado del IV congreso cuando Rodríguez de la Borbolla intentó una dirección propia. Griñán, en su libro ‘Cuando ya nada se espera’, comenta: “La realidad demostraría que es imposible gobernar una comunidad cuando no tienes poder para gobernar a tu propio partido”. “No iba ser infrecuente –añade– que dirigentes regionales del partido convocaran a consejeros de la Junta de Andalucía para darles instrucciones no sólo sobre los nombramientos más adecuados que deberían hacer, sino también sobre el modo en que se deberían ejercitar las competencias del cargo institucional que ocupaban”.
Mutua incomprensión hasta que llegó Chaves
Desde 1988 la relación entre la presidencia de la Junta y la dirección del partido en Andalucía era de mutua incomprensión. En 1990 Felipe decidió mandar a Chaves a presidir a Andalucía, que a éste no le apetecía como la prensa percibió al señalarle como “candidato a palos”. Chaves consiguió dos escaños más que en las elecciones de 1986 pero con una altísima abstención del 44, 5% del censo electoral y con la circunstancia de que los votantes socialistas, que habían sido el 32,63% del censo electoral en 1986, fueron en 1990 sólo del 27,3%.
El candidato a palos fue el presidente de más largo mandato en la Junta de Andalucía donde permaneció durante 19 años, desde el 27 de julio de 1990 al 7 de abril de 2009. Él no se llevó un duro a su bolsillo pero durante su mandato ocurrieron escándalos que afectaron al socialismo andaluz y al de toda España. La Audiencia de Sevilla estimó que tanto él como Griñán, su sucesor, y cinco ex consejeros del Gobierno andaluz: Antonio Ávila, Carmen Martínez Aguayo, Manuel Recio, Francisco Vallejo y José Antonio Viera, “eran conscientes de la palmaria ilegalidad” de los ERE. Y el 19 de noviembre de 2019, Chaves fue condenado a nueve años de inhabilitación especial para empleo o cargo público por el delito de prevaricación.
José Antonio Griñán tomó posesión de la presidencia de la Junta el 24 de abril de 2009. “Pronto, asegura en el libro citado, iba a surgir la vieja cuestión de la bicefalia entre las direcciones del Gobierno y del partido que tanto había alborotado el patio del socialismo andaluz, primero con Rodríguez de la Borbolla y después con Chaves”. Chaves seguía siendo secretario general del PSOE-A.
“Tener autoridad sin poder –reflexiona Griñán– tal vez sea una aspiración para el ejercicio de las bellas artes, las ciencias, el periodismo o para la vida en sociedad o en familia, pero es bastante desaconsejable en el ejercicio público”. En el Congreso extraordinario del 12 y 13 de marzo se acabó la bicefalia. Fue nombrado Griñán secretario general por unanimidad menos un voto en blanco que sería el suyo”.
En Andalucía los resultados electorales del 25 de marzo de 2012 fueron desastrosos aunque menos que las generales encabezadas por Rubalcaba. El PSOE-A obtuvo el 39,52% de los votos superado por el PP, que consiguió el 40,66%.
Griñán dimitió el 27 de agosto de 2013. Reconoció que “hubo un cúmulo de irregularidades injustificables en la Consejería de Empleo”. Susana ganó las primarias y en la rueda de prensa que dio Griñán reconoció que en el deterioro de la política habían influido de forma manifiesta los escándalos de corrupción. “El caso de los ERE, del que no se puede pasar página con ligereza –resaltó– es un asunto de gravedad (…) que ha dañado la imagen de la Junta de Andalucía, ha supuesto un gravísimo obstáculo para ejercer la acción política desde la normalidad y, sobre todo, ha supuesto una ofensa gravísima para tantas y tantas personas que pasan privaciones”.
Susana Díaz, un peronismo rociero
Con Susana Díaz Pacheco (Sevilla, 18 de octubre de 1974), licenciada en Derecho, secretaria general de la federación andaluza del PSOE y presidenta de la Junta de Andalucía entre 2013 y 2019 el partido cambió las alianzas, sustituyendo a Izquierda Unida por Ciudadanos poniendo el énfasis en un nacionalismo andalucista un tanto folclórico que fue calificado como “peronismo rociero”.
En su pugna con Pedro Sánchez, al que afeó sus vinculaciones con Podemos y los independentistas y su negativa a apoyar a Rajoy con su abstención, con su “no es no” llegó el cisma y su defenestración en unas primarias con las que contó con el aparato de Ferraz.
Su línea política, más conservadora que la de sus antecesores, de familias burguesas de la meritocracia, resultaba sorprendente dada los orígenes obreristas de Susana con un padre y un abuelo fontanero en el sentido estricto del término, aunque en el sentido figurado, el de fontanera política, demostró unas habilidades que aplicó a su cargo de secretaria de Organización y consejera de la Presidencia ostentada en el gabinete de Griñán.
Susana procedió a dos adelantos electorales, en 2015 y 2018, en los que el PSOE-A siguió siendo la fuerza más votada pero perdiendo escaños. En la de 2018, el PP junto a Vox sacaron más votos que los socialistas. Estos partidos más Ciudadanos invistieron a Juan Manuel Moreno como presidente de la Junta de Andalucía
Las primarias del 21 de mayo de 2017 para la Secretaría General del PSOE las ganó Pedro Sánchez de forma arrolladora y en las celebradas en junio de 2021 para decidir el candidato para presidir la Junta ante un esperado adelanto electoral Susana fue derrotada por Juan Espadas, a la sazón alcalde de Sevilla. En la actualidad Susana Díaz es senadora por designación autonómica.
No son extrapolables pero son un aviso
Obviamente, los resultados no son mecánicamente extrapolables pues las circunstancias cambian entre una y otra elección pero desde luego son un buen indicador a tener en cuenta, un fuerte aviso.
La victoria del PSOE en las elecciones andaluzas de mayo de 1982 pronosticaban en parte, entre otras circunstancias, la espectacular victoria de Felipe González en las generales unos meses después. Suele concluirse que el resultado de las municipales son un fuerte indicio del obtenido en las generales. Es lo que constata la sabiduría popular cuando aconseja “cuando las barbas del vecino veas pelar pon las tuyas a remojar”.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.