Javier Quintana.
La cumbre de la OTAN de esta semana en Madrid se ha producido justo 4 meses después del estallido de la guerra entre Ucrania y Rusia. Uno de los principales objetivos de esta reunión es definir la nueva estrategia de la Alianza Atlántica, ya que el último fue acordado en 2010, hace más de una década. Este cambio de estrategia estará profundamente marcado por la amenaza rusa, la pujanza con China o las tecnologías emergentes.
En Madrid, donde han estado presentes 44 delegaciones internacionales, también ha atendido cuestiones referentes a la ciberseguridad, las amenazas híbridas o el flanco sur, donde la grave situación del Sahel preocupa a la OTAN. El suministro energético, el terrorismo yihadista o el incipiente flujo migratorio en la zona son cuestiones que se han estudiado estos días. Además, se ha lanzado una nueva iniciativa para promover la colaboración en tecnologías críticas, que tomará por nombre Acelerador de Innovación de Defensa del Atlántico Norte (DIANA). El gasto militar y el cambio climático han sido otros temas clave de la cumbre.
La OTAN ha señalado a Putin como una amenaza potencial, por lo que la hoja de ruta marcada en Madrid para los próximos diez años se caracteriza por un mayor gasto militar. Así pues, el secretario general de la Alianza Atlántica ha anunciado el aumento de 40.000 a 300.000 soldados de reacción rápida en suelo europeo, listos para movilizarse. Por otro lado, Joe Biden ha anunciado que EEUU aumentará su arsenal en Europa, empezando por incrementar a seis el número de destructores situados en la base naval de Rota. Medida que, eso sí, deberá ser aprobada por el Congreso español y que ya cuenta con el rechazo de Unidas Podemos. Estados Unidos también establecerá un cuartel general permanente en Polonia para el Quinto Cuerpo del Ejército, y mantendrá una brigada rotatoria adicional, de 3.000 soldados, en Rumania.