Que Gabriel Rufián no termina de encajar al sector más nacionalista e independentista de ERC es un hecho desde hace tiempo. Rufián y su predecesor en la portavocía del Congreso, Joan Tardà, siempre han marcado un perfil izquierdista que no siempre ha casado bien ni con la dirección que encabeza Oriol Junqueras ni con un Pere Aragonès que apuesta por reforzar su posición institucional y quiere ganar terreno en el centro político. De ahí que la petición del propio Junqueras para que Rufián sea el candidato a la alcaldía en su localidad natal, Santa Coloma de Gramanet, -un feudo socialista en el que ERC ocupa una posición minoritaria- pueda ser el primer paso para desplazarlo del primer plano mediático.
“Es una petición de la militancia, y concretamente de Oriol Junqueras y Marta Rovira”. Así explicaba Gabriel Rufián hace unos días la posibilidad de que sea el candidato a la alcaldía del municipio barcelonés de Santa Coloma de Gramanet, donde nació y se crio, en las elecciones municipales de dentro de un año. El portavoz de ERC en el Congreso explicaba a los medios que “no es la primera vez” que esta posibilidad está sobre la mesa y que “hay gente que tiene ganas” de que suceda. Eso sí, ha lanzado un “aviso a navegantes”: “pase lo que pase, no me voy a ir de aquí”, en alusión al Congreso. “La única condición a todo esto, si es que pasa, es que yo continúe aquí”, ha remarcado Rufián.
El PSC tiene 17 concejales en Santa Coloma, por los tres de ERC, por lo que parece muy complicado que Rufián pueda darle la vuelta a la situación y gobernar
Para medir lo que representa que Rufián lidere la lista de ERC en Santa Coloma, hay que tener en cuenta que la actual alcaldesa, la socialista Nùria Parlón, gobierna con mayoría absoluta y una abultada distancia sobre los republicanos. Tan abultada que, en las elecciones de 2019, fueron 40 los puntos en el nivel de voto que separaron al PSC, que tiene 17 concejales, y a ERC, que tiene tres. Según los sondeos que maneja la dirección de ERC, Rufián tiene tirón en el cinturón rojo de Barcelona, pero quizá no tanto como para dar la vuelta a la situación. Parece muy complicado que Rufián pueda ser el próximo alcalde de Santa Coloma, por lo que la petición de Junqueras se ha interpretado en los círculos políticos y mediáticos de Madrid y de Barcelona como una manera de empezar a relegar a una persona que siempre ha ejercido de verso suelto y que desde la marcha de Adriana Lastra de la portavocía socialista -con quien mantenía una buena relación-, tiene menos capacidad de negociación en el Congreso.
Contra los ‘James Bond’ de Junts
Joan Tardá ha defendido las críticas de Rufián a Junts por las reuniones con el Kremlin porque Junqueras “no había actuado con suficiente contundencia”
El último ejemplo de Rufián como verso suelto ha tenido lugar, precisamente, justo después de que se desvelara la petición de Junqueras. Al hilo de los contactos que Josep Lluís Alay, jefe de gabinete de Carles Puigdemont, mantuvo con diferentes cargos del gobierno de Vladimir Putin en los momentos álgidos del procés, Rufián afirmó que “son señoritos que se paseaban por Europa reuniéndose con la gente equivocada y jugando a ser James Bond”. Unas palabras que han incendiado los ánimos en Junts, que ha llegado a pedir la comparecencia de Rufián en el Parlament para dar explicaciones -vetada por ERC-. Rufián ha pedido disculpas, si su “contundencia había molestado” a Junts. Pero la portavoz en el Congreso, Mìriam Nogueras, ha afirmado que “es obvio que las disculpas no han existido” y se ha resistido a dar la crisis por cerrada.
En la dirección de ERC hay una posición ambivalente hacia las salidas de tono que Rufián suele protagonizar. En ésta en concreto, la cúpula del partido había decidido poner distancia con Junts y dejar claro que no apoyan esas reuniones con el entorno del Kremlin, pero sin llegar tan lejos como llegó Rufián. Ante las dudas de la cúpula de ERC, Rufián ha recibido la cobertura del que fuera su predecesor en la portavocía del Congreso, su mentor político, Joan Tardà. Este lunes, Tardà en una entrevista concedida a El Cafè de les Idees, de RNE y La 2, agradecía “la rotundidad de sus palabras”. Según él, sirvieron para “remachar el clavo”, teniendo en cuenta que Junqueras “no había actuado con suficiente contundencia”.
Tardà y la posibilidad de un nuevo tripartito
Como telón de fondo de todos estos movimientos en Esquerra late la discrepancia sobre la conveniencia, o no, de gobernar con Junts y, por tanto, de abrirse a alianzas con los Comunes y el PSC en Catañuña. Lo señalaba el portavoz de Junts, Josep Rius, tras conocer las declaraciones de Rufián y de Tardà, preguntándose si detrás de sus palabras hay una “voluntad constructiva” o “tratar de romper el gobierno con el apoyo de los socialistas”. Tardà, aunque está fuera de los núcleos de decisión de ERC, sigue teniendo peso en el partido por su trayectoria y ha sido la voz que más se ha significado en contra de la coalición con Junts. Tras las elecciones de hace un año, el exportavoz en el congreso señalaba que repetir esa fórmula de gobierno, aunque fuera con Aragonès como president, sería “un fracaso” y “un Vietnam diario”.
“Vietnam” fue también el término que ha empleado Rufián en sus ‘disculpas’ hacia Junts, recriminándoles su actitud y las críticas que le habían dedicado. “Nunca hablo de Junts. Junts puede hablar de nosotros, es la normalidad. Y si nosotros respondemos, es un Vietnam”. Según Rufián, la cuestión de los supuestos contactos con Rusia “era tan grave” que “había que actuar con contundencia”.
Lo cierto es que ni Rufián ni Tardà pierden ocasión de disparar sobre Junts. Hace algunas semanas, la consellera de Exteriores, Victòria Alsina, cercana a Junts, organizaba un acto con Carles Puigdemont y los expresidentes de la Generalitat, entre los que se encontraba Jordi Pujol. Ante los medios, Rufián afirmó que “no estoy de acuerdo con blanquear la corrupción y actos de este tipo. Con todo respeto hacia quienes asistieron y lo montaron, no ayudan”, señalando además que “yo soy de Santa Coloma de Gramanet y allí Pujol no es una figura magnánima, ni muchísimo menos, sino que está mucho más cerca de Bárcenas”. Mientras, Tardà escribía en Twitter que “da vergüenza la operación para rehabilitar a Pujol”. Aragonès no acudió al acto -y el socialista José Montilla participó con un vídeo grabado-, pero quien sí estuvo fue Junqueras.