Ricardo Martín.
Tres presidentes socialistas, Felipe González, José Luis Rodriguez Zapatero y Pedro Sánchez han liderado durante 9 de las 14 legislaturas de la democracia, nacida de la Constitución de 1978, el cambio que ha llevado a la modernización de España en apenas cuarenta años, con hitos como la integración de nuestro país en las Comunidades Europeas, la internacionalización de las empresas españolas, la universalización de la sanidad, el final del terrorismo etarra, una de las legislaciones en derechos individuales y sociales más avanzada del mundo o unas infraestructuras que han colocado a España a la cabeza de la Alta Velocidad mundial.
Cuarenta y cuatro años después del último gobierno de izquierdas, exiliado tras la victoria de Franco en la Guerra Civil, el Partido Socialista Obrero Español, el partido hegemónico de la izquierda española volvió al presidir, hace hoy cuatro décadas, el Gobierno de España de la mano de su secretario general, Felipe González Márquez, que logró en 1982 una gran victoria, alcanzando 202 escaños de los 350 que componían el Congreso de los Diputados, superando los 10 millones de votos.
Felipe, socialdemócrata liberal
Felipe González fue un presidente reformista y pragmático, un socialdemócrata de corte liberal, que modernizó la economía española y logró el pleno reconocimiento de España en el contexto internacional, particularmente en Iberoamérica, apagando los rescoldos franquistas que se encontró en 1982 a su llegada a La Moncloa. José Luis Rodriguez Zapatero, identificado como un presidente “de izquierdas”, destacó por un desarrollo legislativo ambicioso de derechos individuales y sociales que colocaron a España en vanguardia de la igualdad, logrando –además- culminar un proceso de paz que llevó a la rendición de ETA.
Pedro Sánchez, tuvo que afrontar como secretario general la ruptura del modelo bipartidista español, rescatando al PSOE de una decadencia que puso en riesgo su hegemonía en la izquierda española tras la irrupción de Podemos. Su ejecutoria como Presidente del Gobierno ha estado condicionada por la crisis sanitaria del Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, además de enfrentarse con éxito a las consecuencias del referéndum ilegal del 1-0 en Catalunya.
Felipe González fue un presidente reformista y pragmático, un socialdemócrata de corte liberal, que modernizó la economía española y logró el pleno reconocimiento de España en el contexto internacional
El PSOE se ha mantenido como el partido referente de la izquierda española desde 1977, superando la crisis del abandono del marxismo, que llevó a la dimisión de Felipe González en el 28 Congreso del PSOE (mayo 1979), y la crisis más reciente, la de 0ctubre de 2016, cuando tras la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE se creó una Comisión Gestora. La crisis, que perdió Sánchez, se saldó con la abstención de los diputados socialistas para que Mariano Rajoy lograra ser investido Presidente del Gobierno de España.
Las malas relaciones González-Sánchez
Aquella crisis fraccionó al PSOE en dos bandos, Susana Díaz –presidenta de la Junta de Andalucía- alineada con históricos dirigentes del Partido Socialista, entre otros Felipe González; y Pedro Sánchez, que mantuvo su posición de no llegar a acuerdos con el PP para forjar un gobierno “de gran coalición”, movilizando a las “bases” socialistas, que le respaldaron en las Primarias celebradas el 12 de marzo de 2017.
Fruto de aquel enfrentamiento, las relaciones de Felipe González con Pedro Sánchez nunca se han recompuesto, a pesar de haber sido el actual Presidente del Gobierno el favorito de González cuando se presentó a liderar el PSOE por primera vez (junio 2014), en unas primarias que venció frente a la candidatura de Eduardo Madina.
Mientras Felipe González se expresa críticamente con Sánchez, por haber pactado un gobierno en coalición con Unidas Podemos, otro presidente socialista, Rodriguez Zapatero, se ha erigido como un firme y constante apoyo de Pedro Sánchez, que se reclama continuador de las grandes reformas progresistas que inició Rodriguez Zapatero en su paso por La Moncloa.
El divorcio PSOE-UGT
Desde su llegada a La Moncloa, Felipe González se propuso enderezar el rumbo de la economía española emprendiendo reformas duras, principalmente la reconversión industrial, que provocó en los primeros meses de 1983 miles de despidos y una elevada conflictividad social, a pesar de las ventajosas condiciones de recolocación que llevó adelante el ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, apoyado por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Joaquín Almunia.
El enfrentamiento con la Unión General de Trabajadores fue una constante de la etapa de Gobierno de Felipe González (1982-1996), culminando el desencuentro de las dos organizaciones que fundó Pablo Iglesias en la huelga general del 14 de diciembre de 1988, que paralizó España e impactó profundamente en la identidad del PSOE como “partido de izquierdas”.
La rectificación de la OTAN.
Entre las rectificaciones del programa electoral con que Felipe González llegó a La Moncloa destaca su propuesta de convocatoria del Referéndum para la permanencia de España en la Alianza Atlántica, saliendo de la ambigüedad del “OTAN, de entrada no”, que había tenido un gran éxito en la campaña electoral para las generales de 1982. Tras un proceso convulso que volvió a desgarrar al electorado socialista el resultado del Referéndum (31 de enero de 1986), fue favorable al “sí”, por un 56,88% de los votos.
En los libros de Historia, González aparece ya como un estadista que elevó el prestigio de España en todo el mundo- Su paso por el Gobierno español se saldó con una evolución prodigiosa de la conomía, cuyo crecimiento pasó de los 190.291 millones de euros en 1982 a los 489.203 millones de euros en 1996.
La ciénaga de la corrupción
El fenómeno de la corrupción comenzó a ser un problema visible para los españoles como daño colateral del gran momento económico tras el ingreso de nuestro país en las Comunidades Europeas (CE) en 1986.
En junio de 1991 aparecieron en los medios de comunicación los primeros indicios del que luego se llamó “caso Filesa”, la financiación ilegal del PSOE, descapitalizado por las sucesivas y carísimas campañas electorales de aquellos años.
Tras las elecciones de 1993 en que el PSOE venció, estropeando la fiesta a José María Aznar que ya se veía investido Presidente, explosionó un rosario de casos de corrupción de alto voltaje, que afectaron al gobernador del Banco de España, Mariano Rubio; al ministro de Agricultura, Vicente Albero, al director de la Guardia Civil, Luis Roldán; y a un rosario de altos cargos socialistas bajo sospecha, que contribuyeron a enrarecer el clima político y fueron la causa principal de la pérdida de las elecciones en 1996.
Almunia alumbra las primarias
A pesar de la “dulce derrota” de 1996, los socialistas seguían siendo un partido de referencia, y la llegada de José María Aznar a La Moncloa no supuso la debacle que muchos presagiaban; siendo así que 8 años después el Partido Socialista volvería a ganar las elecciones generales.
En el XXXIV Congreso de junio de 1997, Felipe González presenta su dimisión irrevocable, y los compromisarios elijen, sin candidato alternativo, a Joaquín Almunia nuevo líder del PSOE.
El antiguo ministro de Felipe González decidió implantar el sistema de Primarias para la elección de candidatos tanto en el plano orgánico como para encabezar listas electorales, una revolución en la política española que contagió años después al conjunto del sistema de partidos españoles.
Al tiempo, mueve ficha para presentarse como candidato por el PSOE de la mano de Francisco Frutos, secretario general de IU, “en pie de igualdad” para derrotar a José María Aznar.
A pesar de la contundente victoria del candidato del PP por mayoría absoluta, la estrategia de Almunia de un acuerdo con IU inauguró un nuevo tiempo de sintonía dentro de la izquierda española, que enterraba años de rivalidad y desencuentros.
Zapatero, feminista militante
Rodriguez Zapatero llega a la Presidencia en 2011, identificándose como “feminista convencido”, rodeándose de mujeres para los cargos públicos de mayor peso en su Gobierno. Su mandato de casi 8 años (2004-2008) tiene un punto de inflexión en 2007, con la afectación de España en la crisis económica internacional originada por el despilfarro económico, el dinero “barato” y el hundimiento de grandes compañías financieras de Estados Unidos.
Rodrìguez Zapatero, el presidente más de izquierdas conocido hasta hoy, desplegó un ambicioso programa legislativo que colocó a España en vanguardia de los derechos civiles a nivel mundial
El presidente más de izquierdas conocido hasta hoy, decidió a las pocas semanas de llegar a La Moncloa repatriar las tropas españolas que habían sido enviadas a la guerra de Irak por su antecesor, el Presidente Aznar.
Además, Rodriguez Zapatero desplegó un ambicioso programa legislativo que colocó a España en vanguardia de los derechos políticos a nivel mundial. Impulsó, entre otras, la Ley de Igualdad, la Ley de reconocimiento del matrimonio homosexual, la Ley de Memoria Histórica o la Ley de Dependencia, introduciendo la asignatura de “Educación para la Ciudadanía” en su reforma educativa.
El presidente “de la ceja” logró su segunda mayoría en 2004, exhibiendo en 2007 –justo antes de la gran crisis económica internacional- el mejor panorama económico de España en Democracia, con superávit de las cuentas públicas, un nivel de desempleo cercano al 6%, desconocido en la etapa democrática, una inflación controlada y un déficit público en línea con las recomendaciones de Bruselas.
ETA abdica de la violencia
Pero si por alguna cuestión pasará Rodriguez Zapatero a la gran historia es por haber protagonizado junto a Arnaldo Otegi un “proceso de paz” que desembocó en el abandono unilateral y sin contrapartidas de la “lucha armada” por parte de la banda asesina ETA.
Contando con Pasqual Maragall, al frente de la Generalitat entre 2003 y 2006, Rodriguez Zapatero propuso la modificación del Estatut de Cataluña, cuyo texto reformado obtuvo el respaldo mayoritario de los catalanes en un referéndum consultivo, boicoteado por ERC.
La interposición de un recurso del Partido Popular ante el Tribunal Constitucional se tradujo en una sentencia que “cepillaba” algunos artículos considerados intocables por los partidos catalanistas e independentistas, lo que se tradujo años después en el grave desafío separatista del 1-0 de 2017.
El 15-M rompe el bipartidismo
Después de la presidencia de Rodriguez Zapatero, que perdió el Gobierno en las elecciones de 2011 frente a Mariano Rajoy, el PSOE vive una etapa de desconcierto que viene determinada por la aparición y éxito electoral de Podemos, partido político surgido del llamado Movimiento 15-M, que surgió espontáneamente el 15 de mayo de 2011 como respuesta de colectivos, mayoritariamente de izquierdas, que acamparon en el centro de diferentes ciudades españolas.
En la primavera de 2014, un joven diputado socialista –Pedro Sánchez- fue elegido en primarias abiertas a los simpatizantes nuevo secretario general del PSOE, con el 49% de los votos, frente a Eduardo Madina, que obtuvo el 36%.
Meses más tarde, contra todo pronóstico, Sánchez fue proclamado candidato a la presidencia del Gobierno, para enfrentarse a Mariano Rajoy el 20 de diciembre de 2016. La derrota de Pedro Sánchez fue estrepitosa, logrando 85 escaños frente a 137 del Partido Popular y 71 de Unidos Podemos.
Sánchez llega a Moncloa tras la Censura
Para salir de un escenario que aboca al Partido Socialista a un callejón sin salida, Pedro Sánchez decide presentar una Moción de Censura al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en junio de 2018, logrando desalojar al presidente “popular” del Ejecutivo con el respaldo de Podemos, PNV, ERC, PDeCAT, Compromís y Bildu.
La “agenda social” ha sido el eje central del Gobierno de Pedro Sánchez, aunque la crisis sanitaria cambió radicalmente el programa del líder socialista, obligando a la coalición PSOE-UP a abordar medidas de emergencia que han condicionado la primera parte de la Legislatura
En noviembre de 2019, los socialistas repitieron su mayoría parlamentaria, tras el triunfo logrado meses antes –en abril de 2019-, consiguiendo 120 escaños frente a los 89 del Partido Popular y la inesperada irrupción electoral de VOX, que logró 52 escaños.
Desde el triunfo de Pedro Sánchez hasta la declaración de pandemia por la OMS en febrero de 2020, a causa del Covid-19, apenas transcurrieron tres meses. La gestión de la crisis sanitaria cambió radicalmente el programa de Gobierno del líder socialista, obligando a la coalición formada por el PSOE y Unidos Podemos a abordar medidas de emergencia que han condicionado la primera parte de la Legislatura (2019-2022).
La “agenda social” ha sido el eje central del Ejecutivo, revertiendo en buena medida las políticas puestas en marcha por los gobiernos de Mariano Rajoy. Entre las actuaciones más destacables figuran el llamado “escudo social” para hacer frente a las consecuencias del parón económico motivado por la pandemia: prohibición de desahucios, aplicación de Ertes en empresas que protegieron a más de 6 millones de trabajadores o el bono social eléctrico para proteger a los españoles más vulnerables.
De la pandemia a la guerra de Ucrania
Complementando las medidas de apoyo al conjunto de los españoles, el Gobierno Sánchez ha aprobado la subida del Salario Mínimo Interprofesional para acercar su cuantía a los estándares europeos; se han regulado las plataformas digitales a través de la “ley rider”, o se ha puesto en vigor una nueva Ley de Vivienda y una “contrarreforma laboral” que ha elevado la contratación indefinida a niveles históricos.
La invasión rusa de Ucrania ha servido para que PSOE y Unidas Podemos bajen el tono de discrepancias y “ruido” que ha caracterizado la Legislatura, acordando medidas de marcado carácter progresista, como los impuestos a las eléctricas y al sistema financiero, o el “impuesto a los ricos”, al tiempo que se ha rebajado el esfuerzo fiscal de las rentas más bajas.
Fuera del ámbito económico, el Gobierno de Sánchez ha legislado sobre Educación (LOMLOE); violencia de género; aborto; infancia; cambio climático y transición energética o teletrabajo.
Apenas quedan 8 meses para la siguiente cita electoral, el 28 de mayo de 2023 y un año para las elecciones generales de finales de 2023. Desde aquel 28 de Octubre de 1982 han pasado cuarenta años en los que tres presidentes socialistas han llevado las riendas de la nación, propiciando avances en todos los órdenes que permiten a España ser uno de los países centrales de Europa y un actor relevante en el contexto internacional.