El Gobierno ha retomado el diálogo con sindicatos y patronal para pactar una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de los 900 a 950 euros brutos, un asunto sobre el que rara vez ha habido ‘fumata blanca’ entre el Gobierno y los agentes sociales. De hecho, normalmente el Ejecutivo ha recurrido a su facultad legal para fijarlo. Se apunta así un tanto importante la nueva ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, apenas una semana después de tomar posesión del cargo, un logro que le han reconocido los agentes sociales, si bien ella ha preferido valorar el esfuerzo de patronal y sindicatos en una negociación exprés en la que «todos han cedido». Díaz ha dejado claro que el compromiso del Gobierno es situar el SMI en el 60% del salario medio, unos 1.200 euros, un objetivo al que no va a renunciar y con el que se daría cumplimiento a la Carta Social Europea.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha agradecido a la ministra que haya contado con el punto de vista de los agentes sociales y que haya dado así valor al diálogo social. «El acuerdo es positivo y lo es por la cuantía, pero también por la perspectiva que iniciamos en el diálogo social de poder empezar a trabajar en acuerdos», ha remarcado el líder de UGT, tras resaltar que además es un acuerdo que posibilita que el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) se pueda desarrollar «plenamente» sin interferencias del SMI. Por su parte, su homólogo en CC OO, Unai Sordo, ha puesto en valor la autonomía de los agentes sociales y su grado de madurez tras haber posibilitado llegar a este acuerdo, que es coherente con el IV AENC y que supone un incremento del salario mínimo de convenio hasta los 1.000 euros en 14 pagas este año. «El acuerdo de subida del SMI es una buena noticia económica para el país y no hay ninguna prueba empírica ni medianamente empírica que demuestre que la subida del SMI ha destruido empleo en España», ha apostillado Sordo.