Isabel Díaz Ayuso es capaz de decir una cosa en menos de una semana. Así, el 10 de octubre decía en el Canal 24 horas que Telemadrid “ya no es un servicio público esencial” debido a la “gran fragmentación de la oferta informativa y televisiva” por la existencia de de plataformas como “HBO y Netflix”.
Seis días después y según adelantó ABC, se quejaba por carta al director de general de la televisión autonómica, José Pablo López, porque “su carácter público” obliga a la cadena a “brindar a los ciudadanos la información objetiva, veraz y de calidad que todos los madrileños merecen”.
Lo hacía a propósito de El Madroño, programa satírico sobre personajes del couché. En él, en una pieza sobre la supuesta afición de la infanta Elena al punto de cruz, una voz en off decía: “De ahí a bordar las iniciales de Victoria Federica en sus braguitas hay una línea muy delgada”.
Según la presidenta de la Comunidad de Madrid, los comentarios fueron “lamentables” e “incomprensibles”, subrayó, en “una cadena pública”. “Ni TVE, ni la propia televisión pública de Sánchez trata así a la Monarquía”, insistió.
En su batalla contra la cadena y su directiva, a la que ya ha advertido que no contará con un euro más en los próximos presupuestos autonómicos, Ayuso no parece haber reparado en la publicidad que ha dado a un comentario que ella misma califica de “ofensivo” y que, de no ser por ella, no habría tenido más alcance que la audiencia de un programa regional.