L.H.
La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, ha renunciado a su cargo el miércoles de esta semana después de que su marido haya sido citado para comparecer por un caso de corrupción. Gámez ha declarado que la decisión era “la única posible” para proteger a “su familia y a la Guardia Civil”. Mercedes González, la que era delegada del Gobierno en Madrid, ha sido nombrada nueva responsable máxima del instituto armado.
El esposo de Gámez, Juan Carlos Martínez, ha sido imputado en una de las piezas derivadas del caso ERE, donde se investigan presuntos delitos de prevaricación, malversación y blanqueo de fondos por unas transferencias de dinero procedentes de subvenciones de la Junta de Andalucía a varias empresas de su propiedad y de sus hermanos. Según la UEDF, las consultoras de los hermanos Martínez habrían obtenido “importantes ingresos de sociedades que reciben al mismo tiempo ingresos de la Junta de Andalucía” y estas sociedades eran los principales clientes de Job Management, la empresa de Martínez dedicada a la consultoría y gestoría.
A pesar de que había logrado en 2020 ser la primera mujer en ocupar este puesto, Gámez, declara que ha dejado el cargo “por principios de honestidad” ha mostrado su agradecimiento al cuerpo y ha recordado en la comparecencia al ministro Fernando Grande-Marlaska y al presidente Pedro Sánchez. La semana que viene debía comparecer en la Comisión de Interior del Congreso para dar explicaciones sobre los ‘caso Mediador’ y el ‘caso Cuarteles’, por el que se investiga una supuesta adjudicación irregular de obras en 13 comandancias entre 2015 y 2018. El ministro Marlaska ha dicho que lamenta la “injusta” salida de su colaboradora. Además destaca que su legado deja en la Guardia Civil “una cultura en la que el amiguismo y el nepotismo han sido abolidos”.