Destacado Económico / N. L.
Los resultados de la muestra de la Central de Balances del Banco de España publicados el pasado 1 de diciembre evidencian que en 2021 la actividad de las empresas repuntó, tras la fuerte caída experimentada el ejercicio anterior como consecuencia del impacto de la pandemia del Covid-19. La facturación del conjunto de las empresas contempladas por el Banco de España aumentó en 2021 un 16,3%, evolución que contrasta con el extraordinario descenso del año previo, del 13%.
El incremento de las ventas fue algo más intenso en el segmento de las empresas más grandes (16,6%) que en el de las pymes (14%). El detalle por sectores pone de manifiesto que aquellos que se habían visto más afectados por la crisis en 2020 experimentaron, en promedio, una recuperación más acusada de sus ventas, del 18%, frente al aumento del 15,5% en los sectores menos.
El mayor dinamismo de la actividad productiva en 2021 se reflejó también en un incremento sustancial tanto del resultado económico bruto (REB) como del resultado ordinario neto (RON), que crecieron en ambos casos en torno a un 25%, frente a las caídas del 26,9% y del 42,5% registradas, respectivamente, el año anterior. A pesar de esta tendencia expansiva, estos resultados se situaron aún por debajo de los niveles de 2019 (un 8,7% y un 27,7%, respectivamente).
El aumento de los beneficios ordinarios se tradujo en un ligero crecimiento de la rentabilidad media del activo, que se situó en el 4,1%, una décima más que el año anterior. La rentabilidad del activo aumentó en 2021 en la mayoría de las empresas. En las que el Banco califica de “Empresas Representativas” (la Central de Balance recoge datos de 920 empresas, entre las que no aparecen bancos ni aseguradoras), esta ratio se elevó 1,9 puntos porcentuales, hasta situarse en un 2,6%, con un crecimiento más acusado en las pymes que en las grandes empresas.
La recuperación de la rentabilidad en 2021 también conllevó un descenso significativo de la proporción de empresas con valores negativos en este indicador, de modo que un 33,7% de las compañías se encontraría en esta situación el pasado año, 6,1 puntos porcentuales menos que en 2020.
Aumentaron las deudas
A pesar del progresivo descenso de la incertidumbre, no hubo una reducción de los colchones de liquidez que muchas empresas acumularon en 2020. Así, la ratio media de liquidez se situó en 2021 en el 7,1%, valor prácticamente idéntico al del año anterior.
La deuda bruta de las empresas se situó, en septiembre de 2022, un 15% por encima del nivel del final del año anterior, aumento que se reflejó en un ascenso de la ratio media de deuda sobre el activo neto de algo más de 3 puntos, que se situó en un 48,1%.

El detalle por sectores muestra una evolución heterogénea, con incrementos de esta ratio en las ramas de industria y, sobre todo, en la de energía, descensos en el sector de información y comunicaciones, y una cierta estabilidad en el de comercio y hostelería.
En cambio, la ratio media de deuda sobre los resultados corrientes, la suma del resultado bruto sumado a los ingresos financieros, se redujo, favorecida por el avance de los beneficios, hasta situarse en un 699%, 78 puntos porcentuales menos que un año antes, aunque se encuentra todavía claramente por encima de los niveles de 2019. Se evidencia un descenso en la mayoría de las ramas, con la única excepción del sector de energía, donde este indicador siguió aumentando, hasta situarse en la cota más elevada desde el inicio de la serie trimestral (en 1994).
En 2022 la facturación creció en casi el 50%
En los tres primeros trimestres de 2022 la facturación de las empresas creció un 48,7% en comparación con el mismo período del ejercicio precedente, frente al incremento del 16,2% del año anterior. Representa el mayor crecimiento de la serie trimestral, muy condicionado por el aumento de los precios de venta.
Esta misma dinámica se aprecia en la evolución de los consumos intermedios, que aumentaron a una tasa incluso más elevada durante el mismo período (un 54,3%), en un contexto de fuerte subida de los costes de la energía y de otras materias primas. Como resultado, el Valor Añadido Bruto (VAB) aumentó hasta septiembre de 2022 un 21,1% (12% el año previo), el crecimiento más elevado registrado por este excedente en toda la serie trimestral.
Los crecimientos más intensos del VAB se produjeron en el sector industrial (32,6%), condicionado por el avance en el subsector refino, vinculado al fuerte aumento del precio del crudo, que estas empresas han trasladado a sus precios de venta; en el de comercio y hostelería (25,1%), y en el agregado que engloba al resto de las actividades (24,2%), impulsado por el buen comportamiento de las empresas de transporte. En las ramas de energía y de información y comunicaciones, el VAB también creció, pero a un ritmo más moderado, del 16,2%6 y 2,6%, respectivamente.
A pesar del notable avance del Valor Añadido en 2022, los datos referidos exclusivamente al tercer trimestre evidencian una pérdida de dinamismo con respecto a la evolución del trimestre anterior, lo que resulta consistente con la fuerte desaceleración de la actividad económica que se recoge en la estimación preliminar del PIB del mismo período. Esta pauta se produjo en la mayoría de las ramas de actividad, afectó especialmente a la de la industria y, en menor medida, a la de comercio y hostelería y a la de transporte.
Los dividendos se elevaron mas del 75 %
Los ingresos financieros crecieron, entre enero y septiembre de 2022, un 62,6%, en comparación con un año antes. Ello fue consecuencia de la evolución tanto de los dividendos recibidos (que se elevaron un 75,5%) como de los intereses cobrados (que aumentaron un 33%).
Por su parte, los gastos financieros crecieron un 11,2% debido principalmente al mayor endeudamiento, ya que el coste medio de la deuda viva de las empresas durante los tres primeros trimestres de 2022 se situó sólo ligeramente por encima del nivel del mismo período del año anterior. La evolución trimestral de este coste muestra una pauta creciente a lo largo del año, ya que ha pasado del 1,5% en el primer trimestre de 2022 al 1,7% en el tercero, como reflejo de la traslación gradual de la subida de los tipos de interés del mercado a media que se actualizan las condiciones de la financiación captada a tipo variable o se renuevan las deudas que vencen.
Todo ello llevó a que la rentabilidad neta del activo prácticamente doblara su valor en los nueve primeros meses de 2022 (94,7%), lo que habría permitido que, para el conjunto de la muestra, este resultado presentara ya un nivel similar al registrado antes de la pandemia.
Los salarios crecieron un 3,2%
Los gastos de personal aumentaron un 6,9% entre enero y septiembre de 2022, en términos interanuales, evolución que se ha visto impulsada tanto por el incremento de las plantillas medias efectivas (3,6%) como por el ascenso de las remuneraciones, que crecieron un 3,2%.

El crecimiento del empleo se registró exclusivamente en el colectivo de trabajadores fijos, que aumentó un 6,4%, en tanto que el personal con contrato temporal descendió un 13,4%, lo que se explicaría tanto por algunos ajustes de plantilla como por el impacto asociado a la reforma laboral aprobada este año, que habría provocado un traspaso hacia el empleo fijo de trabajadores que tenían contratos temporales. / EP
El crecimiento del empleo se registró exclusivamente en el colectivo de trabajadores fijos, que aumentó un 6,4%, en tanto que el personal con contrato temporal descendió un 13,4%, lo que se explicaría tanto por algunos ajustes de plantilla como por el impacto asociado a la reforma laboral aprobada este año, que habría provocado un traspaso hacia el empleo fijo de trabajadores que tenían contratos temporales.
En línea con la positiva evolución del empleo, casi la mitad de las empresas (un 49,7%) incrementaron sus plantillas efectivas, 4,8 puntos más que en el mismo período del ejercicio anterior, mayormente en los servicios.
Así, en el de comercio y hostelería se produjo un incremento del 4,3%; en el de información y comunicaciones, del 2,9%, y en el denominado «resto de actividades», del 4,6%; dentro de este último destaca el buen comportamiento experimentado por las empresas de transporte.
La fuerte expansión del empleo en estas ramas refleja la notable recuperación de la actividad asociada en gran medida a la eliminación de las restricciones que se impusieron por la pandemia del COVID-19, en comparación con un año antes. En las ramas de energía e industria también aumentaron las plantillas medias, aunque más moderadamente (1,7% y 1,3%, respectivamente).
Aumentó el Valor Añadido que se quedan las empresas
La recuperación de los beneficios ordinarios habría permitido que el indicador que mide la proporción del excedente que se quedan las empresas, siguiese aumentando en 2022, hasta situarse en niveles similares a los existentes antes de la pandemia.
Ello habría sido compatible con una ligera contracción del margen sobre ventas, que permite aproximar en qué medida las empresas han sido capaces de trasladar a sus clientes el aumento de los costes de producción.
Este indicador se habría visto presionado a la baja durante 2022 por el fuerte incremento de estos costes, en particular, de los asociados a los insumos. No obstante, se observa una elevada heterogeneidad en su evolución tanto por sectores como dentro de cada sector, que refleja la distinta facilidad que han tenido las compañías en trasladar el alza de sus costes a los precios de venta.