
El Acento/ Inmaculada Sánchez.
Esta próxima semana asistiremos en el Congreso de los Diputados al debate de la segunda moción de censura presentada contra el Gobierno de Pedro Sánchez con un insólito candidato a sustituirle: sin posibilidad alguna de conseguirlo, sin partido político ni grupo o colectivo social al que representar y sin capacidad para, siquiera, afrontar el debate desde la tribuna de oradores.
Ramón Tamames, candidato independiente elegido por Vox para protagonizar su moción, no conquistará un lugar en la historia del parlamentarismo español pese a la expectación despertada estos días entre políticos, periodistas y público en general. Su longeva edad, a solo unos meses de cumplir los 90 años, se suma a su reconocida trayectoria como economista tanto como a su criticado devenir ideológico, desde su compromiso como dirigente del PCE de la Transición hasta su actual complicidad con la ultraderecha,
Un cóctel, sin duda llamativo, al que incorporará el próximo martes la inusual imagen de un candidato que interpela y responde al presidente que censura desde una silla a pie de hemiciclo ya que sus condiciones físicas le impiden mantenerse en pie el tiempo necesario en la tribuna del Palacio de la carrera de San Jerónimo. Nada que objetar a las dificultades de movilidad. Pero sí a las de reconocimiento del tiempo y el espacio en quien pretende postularse como guía y líder de todo un país.

Quien no haya sido capaz de ver cómo ha cambiado este país, y el mundo, en los últimos años, quien no pueda analizar lo que significó el 15-M difícilmente puede hacer un diagnóstico certero de la política española. No es que no tenga ya edad para gobernar, señor Tamames, es que tampoco la tiene para censurar
Moldear la realidad al gusto para reconciliarse con la propia trayectoria vital en su último tramo suele ser herramienta habitual en la edad avanzada. Lo triste es que Ramón Tamames la va a exhibir ante todos los españoles puesta al servicio de la extrema derecha. Lo más desasosegante, sin embargo, es que no es el único: Parte significativa de quienes protagonizaron con él los históricos años de la Transición comparten ese altivo desprecio por la actual clase política española y por dónde ha llevado a nuestro país, mostrándose incapaces de reconocer esta España compleja, plenamente europea y pionera en derechos del siglo XXI en la que habitamos y en cuya construcción ya no han participado.
Estos días previos al rocambolesco debate hemos tenido que escuchar a reputados analistas decir que la moción, pese a su inutilidad, tendrá la virtualidad de ofrecer un agudo diagnóstico político desde la generación que hizo posible la llegada de la democracia tras la dictadura, en un ejercicio de negociación y convivencia del que ahora son incapaces nuestros dirigentes. Los «enfurruñados» los llama certeramente José García Abad, editor de El Siglo, periodista y escritor que también vivió en primera persona esos años, en su Tribuna de esta semana cuya lectura recomiendo. Cita nombres y apellidos de algunos de estos ex (dirigentes políticos e intelectuales) que llevan tiempo firmando manifiestos contra el Gobierno apelando a la unidad de la patria y otros sacrosantos cimientos del Estado que estarían desvirtuándose en la actualidad, negando, de paso, legitimidad al actual mapa parlamentario, al Gobierno, a sus pactos y, con ello, a lo que votan la mayoría de españoles.
La edad biológica no lo es todo, pero cada generación tiene su oportunidad cuando le toca. y escasamente sensato es no reconocerlo. Quien no haya sido capaz de ver cómo ha cambiado este país, y el mundo, en los últimos años, quien no pueda analizar lo que significó el 15-M, quien no reconozca el abismo entre la vida que tienen por delante los veinteañeros de hoy y la juventud que vivimos en los 80 y los 90, difícilmente puede hacer un diagnóstico certero de la política española, El discurso de Tamames que se ha filtrado este jueves está inmerso en la visión de esa España que no existe e interesa tanto a la ultraderecha de Santiago Abascal. No es que no tenga ya edad para gobernar, señor Tamames, es que tampoco la tiene para censurar.
Periodista y directora de ‘El Siglo’ desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas ‘Cambio 16’ y ‘El Nuevo Lunes’ y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid