
Julio Rodríguez López
Después de registrar una intensidad reducida en el periodo comprendido entre 2013 y 2020, la inflación ha reaparecido en España en 2021, de forma semejante a lo que está sucediendo en numerosos países del mundo. Se trata en principio de una inflación de costes asociados con la salida de la pandemia de Covid-19. Los mayores costes se están trasladando de forma rápida a los precios de consumo, favorecidos por la presencia de una demanda reactivada, que también resulta estimulada por las expansivas políticas monetarias de los bancos centrales. El debate sobre el carácter transitorio o permanente de la mayor inflación genera abundantes incertidumbres, por la posible incidencia que sobre la política monetaria puede tener una inflación prolongada.
Escasean los microchips, hay escasez de contenedores y está siendo lento el suministro de productos intermedios a las empresas productoras de bienes finalistas, lo que produce aumentos en los precios y reducciones en los niveles de producción, lo que puede dar lugar a que el crecimiento económico general en 2021-2022 sea inferior al previsto
En los nueve primeros meses de 2021 el aumento acumulado del índice de precios de consumo (IPC) en España ha sido el 3,1%, mientras que la variación interanual de septiembre de 2021 sobre el mismo mes del pasado ejercicio ha ascendido al 4%. Entre 2013 y 2020 el aumento medio anual de los precios de consumo en España ascendió al 0,45%, destacando el descenso anual del 0,5% registrado en 2020.
El mayor aumento del IPC en 2021 ha estado impulsado por el grupo correspondiente a productos energéticos, cuya variación anual en septiembre ha sido el 28,8%. Entre 2013 y 2020 el grupo citado registró un descenso medio anual del 14,3%. Los productos industriales aumentaron en un 5,4% en septiembre, lo que indica que los mayores precios de los combustibles se están trasladando a los precios de venta en la industria, mientras que los servicios han mantenido un aumento interanual bastante más moderado, el 0,9%.
El aumento de los precios de consumo en la Eurozona fue el 3,4% en septiembre de 2021. El aumento de Alemania en septiembre fue el 4,1%, el de Francia estuvo por debajo, con un 2,7%, mientras que en Estados Unidos el aumento en cuestión ha sido el 5,4%. Según el Fondo Monetario Internacional (‘Perspectivas Económicas’, octubre 2021) son varios los factores causales de la reaparición de una tasa de inflación significativa. Entre ellos destacan en primer lugar las restricciones de oferta, asociadas con decisiones empresariales adoptadas en 2020 en la etapa de mayor confinamiento derivado de la pandemia.
Como consecuencia de la rápida recuperación de la demanda son abundantes las empresas que están sufriendo retrasos en los suministros, escasean los microchips, hay escasez de contenedores y está siendo lento el suministro de productos intermedios a las empresas productoras de bienes finalistas. Estas restricciones de oferta no sólo están produciendo aumentos en los precios, sino que también están dando lugar a reducciones en los niveles de producción, lo que puede dar lugar a que el crecimiento económico general en 2021-2022 sea inferior al previsto.
Un segundo factor causal de la mayor inflación es el importante aumento registrado en los precios de las materias primas. Dentro de estas últimas los precios del petróleo y gas natural han registrado los mayores aumentos, el 60% en 2021, aumento más intenso que el de las materias primas diferentes a petróleo y gas, cuya variación en 2021 ha sido del 30%. Se han producido asimismo aumentos de los precios de los productos alimenticios, en especial en los países con mayor inseguridad alimenticia. No se han apreciado todavía reacciones defensivas por parte de los salarios, aunque todo indica que se pueden producir tales reacciones si se intensifican las subidas de precios.
La inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni los alimenticios, ascendió en España en septiembre al 1%, lo que revela que todavía no se ha producido la traslación de los mayores precios de combustibles y suministros al conjunto de la economía. La previsión de inflación de Funcas para 2021 es de un aumento del IPC en España del 4,8%, y del 1,2% para la inflación subyacente.
Los bancos centrales han anunciado una menor intensidad en las operaciones de compra de deuda y de aportación de liquidez a los bancos. En las declaraciones de los responsables de dichas entidades predomina la idea de que la actual inflación tiene carácter transitorio y que a mediados de 2022 los aumentos de precios que ahora se están observando sufrirán una desaceleración. En todo caso las previsiones sobre subidas de precios están sometidas a una elevada incertidumbre (G. Gopinath, economista-jefa del FMI, ‘El País’, 17 de octubre).
De persistir en 2022 la evolución actual de los precios ello puede llevar a que se adelanten las elevaciones de los tipos de interés respecto de las previsiones hechas hasta hace poco tiempo. Tales elevaciones no se esperaban hasta dentro de unos dos años y ahora parecen anticiparse a 2022, todo ello en un contexto en el que son muy numerosos los países con elevados niveles de deuda pública. La mayor inflación es un factor de reducción de los ritmos de crecimiento previstos.
La reaparición de la inflación tiene lugar en un momento en el que se han acelerado las elevaciones de los precios de las viviendas. En 2020 los precios reales de las viviendas crecieron a nivel mundial en un 5,3%, el mayor ritmo de aumento anual observado en los últimos 15 años, según el FMI. En España los aumentos de los precios de las viviendas han llegado con retraso, pero ya se ha observado una aceleración en el primer semestre de 2021.
Los mayores precios de las viviendas inciden sobre la evolución de los precios de consumo, y ello de forma más acusada en el resto de países desarrollados que en España, donde el peso del alquiler en el IPC es muy reducido. El tratamiento de los alquileres en el IPC es insatisfactorio en España. En Europa Occidental los aumentos de los alquileres entran en el IPC, mientras que en España el impacto de los mayores alquileres en dicho indicador resulta muy reducido, circunstancia que debería de corregirse.
La inflación ha reaparecido, pues, en España y en el resto de la Eurozona, arrojando con su mayor incremento dudas significativas sobre la persistencia de la expansiva política monetaria actual. Los estrangulamientos de la oferta afectan al alza a la inflación y reducen el crecimiento de la economía. Los precios de la vivienda han vuelto a subir, lo que acentúa el carácter de la vivienda como activo en el que se refugia una parte importante del ahorro de la economía. Esta evolución refuerza las dificultades de acceso a la vivienda a numerosos hogares en España. El panorama económico se ha ensombrecido a pesar de la evidente recuperación de la actividad y del empleo.
Vocal del Consejo Superior de Estadística del INE. Doctor en CC. Económicas por la UCM (1977). Es Estadístico Superior del Estado, en situación de excedencia, y Economista Titulado del Banco de España, en situación de jubilación. Ha sido consejero de Economía de la Junta de Andalucía, presidente del Banco Hipotecario de España, presidente de Caja de Ahorros de Granada, presidente del Consejo Social de la Universidad de Granada y gerente de la Universidad de Alcalá de Henares. Actualmente es miembro de Economistas frente a la Crisis y de la Plataforma por una Banca Pública.