Tema de Portada de El Nuevo Lunes / Nuria Díaz
El sector del automóvil también se ha puesto a la cola de quienes piden al Gobierno un plan de choque que los ayude a superar la crisis producida por el coronavirus y que se manifiesta ya en el desplome de la producción en casi un 25%, una previsión de caída de las matriculaciones del 45% para final de año y el fantasma de las deslocalizaciones asomando en el horizonte. Por todo ello, ANFAC y el resto de patronales del ramo ha entregado a la ministra de Industria, Reyes Maroto, un documento que contempla desde la petición de ayudas europeas a un plan de choque nacional con incentivos fiscales, créditos blandos y flexibilidad laboral.
El cierre temporal de plantas y concesionarios en todo el mundo como consecuencia de la pandemia del Covid-19 ha traído consecuencias devastadoras para el sector, que lleva varias semanas encadenando malas noticias. La última, aunque aún no hay confirmación oficial, la publicaba el diario japonés Nikkei, que aseguraba que Nissan estaría planeando desmantelar su planta de la Zona Franca de Barcelona. La noticia saltaba apenas días después de que se publicaran las estadísticas de ventas: el mes de abril se ha saldado con la peor cifra de matriculaciones de los últimos 20 años. Nunca en la historia reciente de las ventas de vehículos en el país se había registrado una cifra tan baja. Las matriculaciones de turismos y todoterrenos en abril se quedaron en 4.163 unidades, un 96,5% menos que en el mismo mes del año anterior, con los mismos días laborables. Deslocalizaciones, caída de las ventas y la tercera pata, la producción, también en picado. La producción española de vehículos caerá alrededor de un 25% este año en comparación con 2019 por el impacto del coronavirus. Según estimaciones de Anfac, se perderán unos 700.000 coches en total frente al año pasado, cuando se ensamblaron 2,82 millones de unidades, Dichas cifras colocan la situación en el mismo entorno de fabricación de los “peores años” de la crisis económica.
Según estimaciones de Anfac, se perderán unos 700.000 coches en total frente al año pasado, cuando se ensamblaron 2,82 millones de unidades, Dichas cifras colocan la situación en el mismo entorno de fabricación de los “peores años” de la crisis económica
Con este panorama, hace sólo unos días, el sector de la automoción en bloque se dirigía a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, para urgir al Gobierno a que adopte de manera urgente y cuanto antes un plan de choque de medidas para la recuperación del sector, con el objetivo de contener la crisis que aqueja al tercer sector industrial de la economía española, responsable del 10% del PIB y del 9% del empleo. Las asociaciones de fabricantes de vehículos y componentes, Anfac y Sernauto, y las de distribución y comercialización de vehículos, Faconauto y Ganvam, entienden, y así se lo han transmitido a la ministra, que el sector de la automoción “es clave para la recuperación económica de España” y que “al igual que sucedió en la crisis pasada, la salida de la crisis no será posible sin la recuperación de la automoción”. “Todo apoyo prestado al sector es doblemente eficiente: desde el punto de vista productivo, porque es un sector tractor sobre el resto de la economía y desde el punto de vista público, porque los apoyos al sector tienen un alto retorno de ingresos fiscales”, afirman las asociaciones en su carta a la ministra. No en vano, cada millón de euros destinado a ayudas a la renovación del parque supone 1,7 millones adicionales de recaudación fiscal, principalmente por IVA y Matriculación e inyecta 3,4 millones más al PIB nacional.
El plan de choque que las patronales han explicado a la ministra Maroto, pero también a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y al director del Departamento de Asuntos Económicos en Gabinete de la Presidencia del Gobierno de España, Manuel de la Rocha, plantea, entre otras, medidas ya conocidas para impulsar la demanda mediante incentivos a la compra de coches y otras de fuerte impacto fiscal.
Tecnología
Las empresas reclaman créditos blandos para la automoción al estilo de los del turismo y aplazamientos en las liquidaciones de impuestos, sobre todo a las pymes. También piden un apoyo específico para la industria. Las peticiones también incluyen facilidades para invertir en tecnologías ambientales y asociadas a la digitalización. Se trata de medidas, explican las asociaciones en su comunicado, «coyunturales, pero de gran impacto», como así han trasladado al Gobierno: medidas de choque, concentradas, y con un impacto inmediato en la recuperación del mercado y la actividad industrial. En el capítulo laboral, se plantea que los ERTE se extiendan al menos durante todo el periodo de arranque de la actividad en el sector. “Sin un plan de choque nacional e integral, la viabilidad del sector de automoción en España está seriamente comprometida. Necesitamos que se ponga en marcha de manera urgente. Es imprescindible garantizar la supervivencia de un sector que sostiene medio millón de empleos directos y que factura casi 100.000 millones de euros en el país cada año y que se encuentra en una situación de especial debilidad. Hemos sido la única industria en cerrar totalmente sus fábricas desde la declaración del estado de alarma y la que más complicado está teniendo el reinicio de la actividad. El sector de la automoción es absolutamente estratégico para España y el impacto de no hacer nada por esta industria sería gravísimo, en términos económicos, sociales y medioambientales”, afirma José Vicente de los Mozos, presidente de Anfac. En una reciente mesa redonda ‘on line’ organizada por Anfac, De los Mozos insistía en la importancia de lanzar un plan de incentivos a la compra desde Europa, porque el 80% de los vehículos que se producen en España están destinados a la exportación. En este apartado, el secretario general de Industria y Pyme, Raúl Blanco, que participaba en la misma, señalaba que a nivel europeo se tratará de defender que el 10% del plan de recuperación que se diseñe en la UE vaya destinado al sector automovilístico, una opción muy bien acogida por el sector.
Las empresas reclaman créditos blandos para la automoción al estilo de los del turismo y aplazamientos en las liquidaciones de impuestos, sobre todo a las pymes. También incluyen facilidades para invertir en tecnologías ambientales
Pero el sector tiene aún más frentes. El principal: el medioambiental. Por el momento, Anfac considera que la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética, cuyo primer proyecto acaba de ser remitido por el Consejo de Ministros a las Cortes, es una iniciativa positiva en el marco del cumplimiento de los objetivos de descarbonización del parque en 2050, objetivos con los que el sector de la automoción está plenamente comprometido. En palabras de José López-Tafall, director general de Anfac, “la ley era muy necesaria pues configura un marco nacional a nivel normativo y fija los objetivos de largo plazo. A su vez, es el punto de partida para diseñar las herramientas necesarias para convertir esos objetivos en realidades”.
El coronavirus desempolva el debate sobre
el ‘patriotismo’ de la producción
La voz de alarma en España saltó la pasada semana tras asegurar el diario japonés ‘Nikkei’ que Nissan está planeando desmantelar su planta de la Zona Franca de Barcelona, que opera por debajo del 30% de su capacidad de producción desde hace tiempo y que parece que ya no le sale rentable mantener, quedando en peligro más de 3.000 puestos de trabajo directos y 20.000 indirectos.
La empresa asegura que todo son “conjeturas” y que dará cuenta de su estrategia a corto y medio plazo este jueves 28 de mayo aprovechando la presentación de resultados correspondientes al ejercicio fiscal 2019/2020.
Lo que si se conoce es que la compañía nipona está elaborando un plan de reestructuración para ahorrar 2.600 millones de euros al año en costes fijos y todo apunta a que la factoría catalana podría ser parte de él.
El problema es que podrían no ser los únicos. El coronavirus ha vuelto a poner sobre la mesa un debate que parecia olvidado y es el de donde es más beneficioso tener las plantas de producción . Países como Francia ya han dicho que supeditarán las ayudas estatales a la vuelta al país de la actividad productiva. Declaraciones que han preocupado y mucho en España .
Aquí, operan Renault y PSA y entre ambas suman 23.600 empleados solo contando los que están ligados directamente al área de producción.
El ‘Financial Times’ informaba hace unos días de que la firma del rombo está analizando trasladar la fabricación de los modelos Captur y Kadjar, que se ensamblan en Valladolid y Palencia, respectivamente, al Reino Unido.
El temor está más que justificado. Las fábricas de coches dan trabajo a más de 60.000 personas además de ser un elemento dinamizador de las regiones en las que están ubicadas.