Con su dimisión, Mónica Oltra ha evitado que su procesamiento erosione profundamente al gobierno de la Generalitat valenciana y enrede los primeros pasos de Yolanda Díaz en su proceso de escucha. Por el momento, se ha cerrado la vía de agua. Pero no hay que perder de vista que, con Oltra fuera de la política, Compromís pierde a su principal activo y se complica la supervivencia del gobierno valenciano que preside Ximo Puig tras las elecciones del año próximo. Además, Yolanda Díaz pierde a uno de sus grandes apoyos políticos y la gran defensora de la integración de Compromís en la plataforma que busca liderar la vicepresidenta.
Pocas horas después de que el presidente valenciano, Ximo Puig, llamara a una “reflexión colectiva” ante la investigación abierta contra su vicepresidenta, Mónica Oltra ha decidido hacer mutis por el foro para evitar males mayores. La indignación es máxima en Compromís, porque entienden que Oltra está siendo objetivo de la persecución política a través de los tribunales que anteriormente ha afectado a otros políticos, especialmente del espacio de Unidas Podemos. José Luis Roberto Navarro, uno de los abogados de la menor que sufrió los abusos del ex marido de Oltra, es el líder del partido ultra, extraparlamentario, España 2000. Y como acusación popular se ha personado la asociación Gobiérnate, presidida por Cristina Seguí, otra conocida ultraderechista valenciana, fundadora de Vox y ex pareja del diputado Javier Ortega Smith. Pero ante la gravedad de las acusaciones -haber encubierto esos abusos- y el cariz del caso -la Fiscalía aprecia indicios “relevantes”-, Oltra ha atendido las peticiones que se multiplicaban a su alrededor pidiéndole que renunciara.
“No le voy a dar la coartada al PSOE para sacar las políticas de izquierda del gobierno”, afirmó Oltra en su despedida
Puig ha respondido con palabras de gratitud a la decisión de su ya ex vicepresidenta y ha calificado de “clave” el papel de Oltra en “el cambio político para la regeneración de las instituciones y para la mejora de la vida de los valencianos”. En los días anteriores ya había dado a entender que, si Oltra no daba el paso, tomaría decisiones. Y haber cesado a su vicepresidenta habría obligado a Compromís a salir del Ejecutivo, dejando herido de muerte al principal gobierno autonómico que le quedan a las izquierdas en España. “No le voy a dar la coartada al PSOE para que saque las políticas de izquierda del gobierno”, afirmó Oltra en su despedida ante los medios.
Pero con su decisión, Compromís pierde a su gran activo político, la persona sobre la que ha gravitado esa formación que, sin su liderazgo y su impacto mediático, probablemente no habría alcanzado la representación que hoy tiene. Oltra consiguió tener protagonismo en la vida política nacional desde un parlamento autonómico, algo muy complicado, gracias a sus famosas camisetas irreverentes, muy críticas contra la corrupción instalada en la valencia gobernada por Francisco Camps. Bajo su liderazgo, Compromís, que era sólo una marca electoral, se ha convertido en un proyecto político sólido que ha pasado de los 6 diputados con los que contaba en 2010 a los 17 con los que cuenta en la actualidad.
El equilibrio político en Compromís, intacto
En este escenario, cunde la inquietud en las filas del PSPV, que necesita que los partidos a su izquierda gocen de buena salud. Sin Oltra, es posible que la otra pata de Compromís, el Bloc Nacionalista Valencià -el partido de la vicepresidenta, Iniciativa del Poble Valencià, es una escisión de IU- ahonde en los postulados valencianistas en detrimento de las posiciones progresistas que ha defendido hasta ahora Oltra. Están por ver las posibilidades de esa opción electoral. Como también está por ver que Unidas Podemos, el otro miembro del tripartito que gobierna la Comunidad Valenciana, consiga superar la barrera del 5% para mantener la representación en las Corts valencianas. Sin un liderazgo potente y lastrada por los conflictos internos, UP consiguió el 7% de los votos en 2019.
De momento, y a pesar de las tensiones entre Iniciativa y el Bloc -que el año pasado mudó su nombre a Més-Compromís-, los equilibrios políticos en Compromís se mantienen intactos. El relevo de Oltra, tanto en la vicepresidencia, como en la portavocía del Consell y en la Consejería de Igualdad, será la diputada en Corts Aitana Mas. Esta alicantina de 31 años era la preferida por Oltra y la dirección de Iniciativa y llega al Ejecutivo valenciano con experiencia política, a pesar de su juventud. Esta graduada en ingeniería de Obras Públicas y máster en dirección y gestión de eventos, comunicación y relaciones institucionales, fue directora general de Transparencia y Participación del Consell en la anterior legislatura y concejal de su localidad, Crevillente, entre 2011 y 2015. Su tirón en la organización fue creciendo hasta el punto de que, en las primarias que Compromís celebró en 2019 para articular las listas autonómicas, fue la persona más votada. Por delante incluso de la persona que a día de hoy ocupa la Consejería de Economía, Rafael Climent.
Díaz, sin su ‘anfitriona’
Los equilibrios políticos en Compromís quedan intactos, con la joven diputada en Corts Aitana Mas como relevo de la vicepresidenta
No hay que olvidar que Oltra ha sido hasta ahora uno de los grandes apoyos de Yolanda Díaz en su camino como candidata a las generales. De hecho, ejerció de anfitriona del acto de la vicepresidenta que más impacto mediático ha tenido hasta ahora y que sentó las bases -simbólicamente al menos- de lo que puede ser la candidatura que pretende edificar. Fue hace un año cuando surgió de Iniciativa la idea de organizar un acto como el que el pasado mes de noviembre, bajo el título ‘Otras políticas’, congregó en el Teatro Olympia de Valencia a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la portavoz de Más Madrid en la Asamblea de la región, Mónica García; y a la diputada autonómica ceutí Fátima Hamed, del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, junto a Díaz y Oltra como moderadora del debate. Tanto Oltra como Iniciativa querían exhibir músculo ante el inminente proceso de reorganización de las fuerzas progresistas.
Fueron también la ex vicepresidenta valenciana y su partido, Iniciativa, quienes defendieron mantener la alianza electoral con Unidas Podemos en 2019 cuando la otra pata de Compromís, el Bloc, apostó por concurrir de la mano de Iñigo Errejón. Finalmente, se terminó imponiendo la posición del Bloc, mayoritario en Compromís, pero Oltra sigue siendo una de las grandes defensoras de un entendimiento entre todo el espacio político a la izquierda del PSOE, como sucedió en 2016. Sin ella en primera línea, habrá que ver cómo se compone un sudoku que en Andalucía ha costado mucho cuadrar. Tanto costó que el pulso se prolongó hasta el último minuto, literalmente, y Podemos terminó quedándose fuera por presentar la documentación fuera de plazo. Sus representantes tuvieron que incorporarse a las listas como independientes y el logo de la formación morada no ha podido figurar en los carteles electorales y en las papeletas. Un desastre que ha lastrado las ya reducidas expectativas que los sondeos recogían.
Estos paupérrimos resultados que han dado lugar a un muy heterogéneo grupo parlamentario que debe gestionar todos los recelos que ha dejado todo lo sucedido en los últimos meses. IU consiguió llevarse el gato al agua -con el apoyo de Yolanda Díaz y Más País- e Inmaculada Nieto fue la candidata, pero a costa de conceder a Podemos un acuerdo muy ventajoso que, al final, le ha dado tres diputados -los cabezas de lista de Cádiz, Córdoba y Granada- de los cinco que tendrá el grupo parlamentario de Por Andalucía. Los otros dos serán la propia Nieto y Esperanza Gómez, líder de Más País en Andalucía y número uno de la lista por Sevilla. En la anterior legislatura, y tras la expulsión de Teresa Rodríguez y los suyos al Grupo Mixto, los seis diputados eran de IU.
Así las cosas, a la vista de lo sucedido en Andalucía, a las izquierdas no le sobran liderazgos consolidados y que apuesten por el entendimiento para sumar fuerzas. Oltra era una de esas personas y, con ella fuera de juego, el proyecto político de Yolanda Díaz nace un poco más débil.