Lucía Hernández.
La calidad del cine español está cogiendo altura a tenor de su creciente reconocimiento académico internacional. 2022 ha sido un año de éxito para nuestro cine, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras: ahora podemos ver a nuestros intérpretes contando historias sinceras y comunes, que dan pie a identificarse como espectador y a estar más dentro de ellas. Pese a la ausencia de películas españolas en la gran gala de los Oscar que tendrá lugar este 13 de marzo, los cineastas españoles están de enhorabuena por el gran recorrido de sus obras al margen de Hollywood.
Para sorpresa de muchos, las nuevas historias de los también nuevos cineastas están calando en el extranjero y ha conseguido que varios proyectos hayan obtenido premios en festivales internacionales. Algunas de las que más hemos oído hablar, son ‘Alcarrás’, de Carla Simón, que se llevó el año pasado el Oso de Oro de Berlín, ‘As Bestas’, de Rodrigo Sorogoyen, el gran éxito de los Premios Goya, que ha arrasado en Tokio y en Francia con el premio César a la mejor película de habla extranjera, ‘Mantícora’ de Carlos Vermut que también ha llegado a Tokio y Toronto y se ha llevado el premio a mejor película en los galardones del festival de Punta del Este y la reciente representación española de Sofía Otero, de 9 años, que se ha llevado el Oso de Plata en la Berlinale por su interpretación en la película ‘20.000 especies de abejas’, de Estíbaliz Urresola Solaguren.
Mientras, en España los datos del Ministerio de Cultura reflejan una recaudación en 2022 de 82 millones de euros, una cifra que dobla al año anterior, que registró 41 millones. Los espectadores subieron de 7,1 millones a 13 también de un año para otro, aunque a pesar del aumento, no ha alcanzado todavía la cifra pre pandemia de 96 millones de euros y 16 millones de espectadores. La realidad es que algunas obras han compensando la presencia de otras que no han recaudado tanto. Por el momento las películas de Santiago Segura, como ‘Padre no hay más que uno’ o ‘A todo tren’ son una cuarta parte de la recaudación del cine español, junto con Tadeo Jones 3, ‘Los renglones torcidos de Dios’ y ‘El cuarto pasajero’, que se encuentran entre las cinco más vistas.
La recaudación de 2022 de películas españolas en salas de cine fue de 82 millones de euros, el doble que el año anterior
Los ingredientes del éxito de este nuevo cine son comunes: una mirada intimista, que cuenta historias específicas, representando los códigos y la cultura de nuestro país y con la perspectiva de nuevos directores. Los cineastas han dejado de imitar los éxitos comerciales y se han centrado en apostar por lo que creen y de momento está saliendo bien. Las historias que nos cuentan van sobre la maternidad, el choque entre lo urbano y lo rural, confusiones de identidad, desahucios o dilemas sobre el futuro. Además en el nuevo cine no sólo vemos Madrid o Barcelona, también nos dejan ver historias de provincias, como Carla Pereda en ‘Cerdita’ que nos presenta la historia de bullying de una chica en la calurosa Extremadura, ‘Voy a pasármelo bien’, el film musical de David Serrano que está ambientado en Valladolid o `El agua´ de Elena López Riera que se graba en la Orihuela natal de su directora.
De la misma manera que estos estrenos han cogido peso en los festivales internacionales, la nueva generación de directores también va haciéndose un hueco en el panorama. Los cineastas explican que parte del éxito viene de proyectos que se propusieron en la pandemia que están ahora saliendo a la luz. Además, como explicaba Rodrigo Sorogoyen en un coloquio organizado por DAMA (Derechos de Autor de Medios Audiovisuales) también es causa de un cambio generacional. “Ha surgido una nueva generación que está haciendo muy buenas pelis y muy buenas segundas pelis”, señala, y añade: “Ha surgido ahora y está aquí para quedarse”.
‘As bestas`, de Sorogoyen, ha ganado en Francia el César a mejor película extranjera., ‘Mantícora’, de Vermut, el premio a mejor película en Punta del Este y la joven actriz de ‘20.000 especies de abejas’, Sofía Otero, el Oso de Plata en la Berlinale
Ha habido también otro éxito que merece la pena recalcar y es el del aumento de nombres de mujeres en las taquillas y los festivales. En esta nueva tanda de buen cine se quedan nombres de mujeres como la ya mencionada, Carla Simón, Pilar Palomero con ‘La maternal’ y Alauda Ruiz de Azúa con su ópera prima ‘Cinco lobitos’, una de las más presentes en los Premios Goya. Las cuotas de género en el cine empiezan a dar sus frutos y por primera vez en los Goya ha habido más mujeres que hombres nominadas en las categorías de mejor película y mejor dirección novel. María Luisa Gutiérrez, presidenta de la la Asociación de Cine (AECINE) declara, “Creo que estamos en un buen momento pero también creo que hay que seguir peleando y remando

mucho porque sigue habiendo muchísimas más películas dirigidas por hombres que por mujeres” y según dice, “lo natural es que si somos la mitad del mundo, contemos la mitad de las historias”. Y es que los nombres no solo nos dan cifras que hacen ver mejor la situación, sino que aportan un nuevo punto de vista desde un sitio al que estábamos menos acostumbrados a ver, desde lo íntimo de la mirada de las mujeres.
A pesar de toda la acogida que todavía estamos celebrando de los recientes festivales, sigue habiendo un problema sin resolver con nuestro cine y es que la recompensa de los premios no coincide con la de la taquilla. Las películas dirigidas a niños y familias, lo menos complejo, sigue siendo lo que más vende y esto probablemente no va a cambiar. Los expertos y los amantes del cine tienen esperanzas de que este último año no haya sido solo una racha de buena suerte y como dice Sorogoyen, esté para quedarse. Pero para hacerlo hay que quitarse el prejuicio de los triunfos en pantalla, de que el resultado determina lo bueno. Porque, si no, entonces volveremos a lo de antes, los directores que se rinden a lo comercial porque es lo que se pide pero aún así decir “que el cine español es malo”. Por ahora parece que la nueva generación está dando de lado a los prejuicios, se están atreviendo a salir de lo que funciona y están empezando a dejarnos un legado del que poder presumir. La directora de `Cinco lobitos´ declara, “estamos intentando contar historias que nos emocionan a nosotros, pensando también en lo que puede emocionar al espectador…yo soy optimista. Yo creo que esto puede empezar a cambiar”.
Las historias y las formas de contarlas están ganando en la nueva manera de entender el cine en España y de momento nos han dado un empujón para seguir por el mismo camino. No podemos seguir con las mismas quejas, ya no salen siempre las mismas caras, no sólo se habla de la guerra civil y no sólo sabemos hacer comedia fácil. Ahora las películas españolas también cuentan nuestras historias, en nuestras ciudades y con nuestras costumbres, de una manera sencilla, sincera y propia, sin intentar imitar a otros países y sin ceder a lo que vende.