A. M.
Los partidos nacionalistas han conseguido que las autonomías gestionen la tercera fase de la desescalada a cambio de apoyar al Gobierno en la votación para prorrogar el estado de alarma hasta el 21 de junio.
Pedro Sánchez también ha cedido en este punto ante la presión de las Comunidades Autónomas. La gestión de la Fase 3 recaerá en los presidentes autonómicos y no en el ministro de Sanidad, Salvador Illa, como ocurría en las anteriores fases. Ellos serán la autoridad delegada del mando único y a ellos corresponderá dirigir la última fase de la desescalada y decidir cuándo pasar a la “nueva normalidad”. También participarán en el manejo de los fondos de recuperación que establezca la Unión Europea, y podrán “pedir al Gobierno de España que levante el estado de alarma antes del 21 de junio en caso de que la situación epidemiológica lo permita», manifestó el presidente, Pedro Sánchez.
Todas las Comunidades recuperarán su plena autonomía el 21 de junio, cuando finalice el estado de alarma. El Gobierno se reserva hasta esa fecha la capacidad de limitar la circulación entre provincias para impedir el aumento de contagios. A partir de ese día los españoles podrán moverse entre provincias si ambas están en la Fase 3. Euskadi será la única excepción donde la unidad territorial será la Comunidad Autónoma, por lo que se podrá circular entre Guipúzcoa, Vizcaya y Álava. Este hecho ha despertado desconfianza entre otros presidentes autonómicos que piden el mismo trato.
El Ejecutivo espera que la movilidad se recupere como muy tarde el 1 de julio, y los expertos recomiendan dos semanas más de limitación de la movilidad, por lo que Sánchez ha pedido a los líderes territoriales que mantengan la prudencia hasta alcanzar la «nueva normalidad».