Podrá hallar o no indicios de delito en el caso de las mascarillas del Ayuntamiento de Madrid, pero Adolfo Carretero ha dejado claro lo que piensa de Alberto Luceño y Luis Medina, los comisionistas que se llevaron seis millones de dinero público por intermediar con un empresario malayo para la venta de un material sanitario de precio desorbitado y calidad manifiestamente mejorable.
“¿Se enteró de que los guantes eran una porquería?”, fue una de las preguntas del juez que investiga a los pretendidos empresarios por estafa agravada, falsedad documental y blanqueo de capitales, además de alzamiento de bienes en el caso del hijo de Naty Abascal y el fallecido duque de Feria, que se presentó como “bróker de materias primas”.
Los investigados trataron de justificar una operación que calificaron de legal y normal, pero Carretero arrojó sus dudas a bocajarro. “¡Para usted! ¡Será normal para usted!”, le dijo a Luceño a propósito de las millonarias comisiones.
El juez incluso recordó el mensaje donde el exsocio de Medina se felicitaba de la operación con la coloquial expresión “¡pa la saca!”, si bien se puso más serio formulando una pregunta con la que se erigía portavoz de la indignación popular: “¿Y a usted le parece normal ganar un millón de euros por un contacto?”