Hace apenas dos meses, el Gobierno estuvo a punto de quedar herido de muerte en la votación de la reforma laboral. Ahora, la guerra de Ucrania y sus consecuencias económicas han reconciliado a PSOE con sus aliados, tanto dentro como fuera del Gobierno. Aunque Yolanda Díaz se ha quejado amargamente de la marginación que le había impuesto Pedro Sánchez en las últimas semanas, la negociación se ha apurado y ha habido acuerdo en cuestiones sustanciales, como la limitación del precio de los alquileres. Mientras, PNV, ERC y EH Bildu ya han anunciado su disposición favorable al real decreto ‘anticrisis’. A pesar de que no ha existido una verdadera negociación con ellos, ha sido suficiente con mejorar la disposición y comunicación por parte del Gobierno, muy escasa hasta ahora.
“No sea tan llanero solitario”. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, le lanzaba este mensaje al presidente del Gobierno la semana pasada, resumiendo el sentir de los socios del Gobierno e, incluso, de Unidas Podemos. Hace apenas una semana, Yolanda Díaz se quejaba amargamente de que todavía no había podido hablar con el presidente, largo y tendido, sobre los pasos a dar para abordar la crisis social, económica y energética. Llovía sobre mojado, porque el sector morado del Gobierno se había sentido ninguneado por la decisión de Sánchez de aumentar el gasto militar al 2% del PIB y por el anuncio sobre el Sáhara. Finalmente, las negociaciones de los segundos niveles, que se agilizaron a lo largo de la semana pasada –con los secretarios de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, y Derechos Sociales, Nacho Álvarez, llevando el peso de los contactos con Economía y Presidencia- las terminaron desbloqueando Sánchez y Díaz en el tiempo de descuento.
“Está bien que (el Gobierno) reaccione, salga del ensimismamiento y atienda a los socios”, reconocía el portavoz de Más País, Iñigo Errejón
Prueba de la sintonía reconstruida es que el real decreto aprobado por el Consejo de Ministros recoge acuerdos de mucho calado, como el de limitar las subidas de los alquileres al 2% -UP proponía congelarlos-. No hay que olvidar que esta cuestión ha sido el gran escollo en las negociaciones de uno de los proyectos estrella del Gobierno: la Ley de Vivienda, que no tiene asegurada su aprobación -ERC se muestra muy reticente- y que ahora se enfrenta a una ardua tramitación parlamentaria.
Otro de los puntos sensibles estaba en el tope al precio del gas, respecto al que Nadia Calviño se había declarado “sorprendida” por la propuesta del ministerio liderado por Ione Belarra de fijarlo en 30 euros el MW/h, antes de que el Gobierno se pronunciase. Este jueves, para sorpresa de más de uno, la cifra final acordada por el Ejecutivo español con el portugués y que se va a presentar en Bruselas se ciñe a esos 30 euros propuestos por los morados. El ambiente es otro en el seno del Gobierno. Anticipándose a la invitación de Aitor Esteban, Pedro Sánchez ha empezado a tender la mano a sus socios, tanto dentro como fuera del Ejecutivo.
Moncloa abandona el aislamiento
“Todos tendremos nuestros matices, pero un ‘no’ rotundo es muy difícil de argumentar”, resumía Aitor Esteban, no del todo cómodo con el poco margen de acción que le ha concedido el Gobierno, pero con un tono muy diferente, mucho más conciliador, al que empleó la semana anterior en la comisión de Exteriores del Congreso, en la que recriminó duramente al ministro José Manuel Albares la decisión sobre el Sáhara. Son varios los enfados que acumulan los dirigentes del PNV en los últimos tiempos -quedar excluidos del acuerdo Gobierno-PP sobre la renovación de las instituciones fue un mazazo- y el Ejecutivo ha hecho gestos, con Félix Bolaños al teléfono, para reconducir la situación. Ha sido el ministerio de Presidencia quien ha liderado la labor de engrasar la aprobación del real decreto, con un trabajo que ha sorprendido gratamente a todos los socios, a pesar de las diferencias que subsisten.
El escenario parlamentario es mucho más positivo para Pedro Sánchez que hace unos días y sienta las bases de cara a la negociación de los Presupuestos de 2023
El cambio de tono se ha notado en todos los grupos, incluso en el siempre contundente Gabriel Rufián, que no se ha ahorrado críticas por la “incapacidad” del Ejecutivo para “comunicarse de forma normal”, pero ha reconocido un giro con respecto a otras ocasiones. Esta vez, el portavoz de ERC, ha asegurado que el Ejecutivo les ha transmitido “muchos más detalles”, en lo que es “un cambio que hay que agradecer”. Los gestos del Gobierno y la vocación por tender puentes han llegado también hasta los socios más pequeños, como Más País. Todos han coincidido en señalar que ha habido una interlocución que no ha existido en otras ocasiones. “Está bien que (el Gobierno) reaccione, salga del ensimismamiento y atienda a los socios”, explicaba su portavoz, Iñigo Errejón, señalando que “en nuestro caso la comunicación ha sido fluida y constante, con ideas generales, aunque no en detalle”.
Tanto ERC como EH Bildu han valorado positivamente las medidas del Gobierno pero coinciden en demandar más ambición fiscal hacia las rentas altas y las grandes empresas y que el real decreto se prorrogue más allá del 30 de junio. En la unidad de acción que llevan construyendo esta legislatura, ERC y EH Bildu han presentado un plan de choque alternativo en el que, por ejemplo, recogen un “impuesto especial a las energéticas del 12% sobre los beneficios declarados” o nuevos tipos para los bancos que “no hayan devuelto el rescate bancario concedido”. Habrá que ver si hay posibilidad de entendimiento en estas cuestiones en las prórrogas y reformas que necesitará el decreto, algo que ya asumen en el Gobierno que probablemente tendrá que darse. Pero, en cualquier caso, el escenario parlamentario es mucho más positivo para Pedro Sánchez que hace unos días. Un escenario sobre el que se pueden empezar a poner las bases de cara a la negociación de los Presupuestos de 2023, que le servirían al presidente para completar la legislatura, como siempre ha asegurado que intentará.
La guinda sería la abstención del nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo en la votación del real decreto. La portavoz de los populares, Cuca Gamarra, nueva número dos del partido, dejaba todas las posibilidades abiertas, a pesar de que el texto no incluya la rebaja de impuestos que se recogía en las conclusiones de la conferencia de presidentes celebrada en La Palma. “A ese clavo me agarro”, señaló Sánchez.