Manuel Capilla.
Lo que no se pudo en seis meses se ha podido en 48 horas. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han puesto los cimientos del primer Gobierno de coalición de izquierdas desde la II República, en un movimiento totalmente inesperado e ignorado para muchos de los que se consideran muy cercanos a ellos. Sánchez admite las principales reivindicaciones moradas: la coalición, la representación proporcional en el gabinete y la presencia de Iglesias. A cambio, el líder de Podemos hace suya una solución a la crisis política catalana desde la Constitución y asume los compromisos presupuestarios con Bruselas. Pero para asegurar la investidura falta por resolver la ecuación ERC, que afronta un fuerte debate interno pero que no cierra la puerta, a la espera de las órdenes de Oriol Junqueras desde la cárcel.
“El Gobierno está más atado de lo que parece”, afirman desde Unidas Podemos. Eso sí, “se va a hacer todo con el mismo método”. Es decir, los periodistas nos vamos a ir enterando de improviso, como ha sucedido con el acuerdo. De los nombres y la estructura del Gobierno sólo se da por segura una vicepresidencia para Pablo Iglesias y una representación de Unidas Podemos en el Gobierno proporcional a sus escaños en relación a los del PSOE. Es decir, uno a tres. ¿Cuántas carteras supone eso? Está por ver, porque todavía no está definido el número de ministerios que compondrán la estructura del Gobierno. Pero para Iglesias es toda una victoria política que Sánchez haya terminado aceptando un gobierno de coalición, con una representación proporcional y con él como vicepresidente. Esa es la demanda que viene haciendo desde enero de 2016, en esa famosa rueda de prensa que tanto se le criticó.

En la acera socialista, la estupefacción era mayúscula. Y, en algunos casos, hasta de indignación por tener que transigir con la coalición y, encima, con Iglesias en el gabinete, algo que no se hubiera producido si se hubiera llegado a un acuerdo antes del 10-N -recuerdan algunos-. Prácticamente nadie en la cúpula del partido ni en el Gobierno tuvo conocimiento de lo sucedido hasta que ya se había consumado, en una operación relámpago tejida por el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, y la portavoz parlamentaria y vicesecretaria general, Adriana Lastra. Y es que en la vorágine política actual, un Redondo que empezaba a ser crucificado por considerársele máximo responsable de la fallida repetición electoral, en pocas horas remonta el vuelo para consolidarse como una figura clave en Moncloa y en el escenario político nacional. Tanto, que estuvo en la foto de la firma del acuerdo. Pocos jefes de gabinete presidenciales han dejado tanta huella como él.
Silencio estruendoso de Calvo
Otro tanto se puede decir de una Adriana Lastra que esta semana está haciendo sombra a figuras como la de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, o el ministro de Fomento y secretario de Organización, José Luis Ábalos, al que ha relevado a la hora de pilotar los contactos con otros grupos parlamentarios.
De la temperatura del estado de ánimo de la vicepresidenta da cuenta el hecho de que su último tuit antes de conocerse el acuerdo es del día anterior, 11 de noviembre, en relación a su entrevista en ‘Julia en la Onda’. Allí, entre otras cosas, Calvo llamaba a Ciudadanos a “hacer una reflexión muy profunda y ver a qué quiere dedicar el trabajo de su reducido grupo parlamentario. A la gobernabilidad de España o a seguir abrazando a la ultraderecha”.

Después, el silencio hasta el miércoles, cuando compartió la tribuna que firma en el medio belga Le Soir, en la que habla sobre la extradición de Carles Puigdemont, y retuits del perfil oficial de vicepresidencia sobre su intervención en el I Congreso Internacional de Género, organizado por el gobierno canario. Sobre el acuerdo, ni una palabra. Y lo tenía fácil. Solamente tenía que retuitear alguno de los tuits al respecto de la cuenta de Sánchez, como hicieron José Luis Ábalos o Dolores Delgado. Hasta Josep Borrell tuvo tiempo para ello desde Cuba, donde acompaña a los Reyes en su viaje oficial.
‘Quid pro quo’ favorable a Iglesias
Aunque las «pautas se ultimarán en el momento oportuno», Sánchez sí quiso recalcar en la firma del acuerdo que se trata de un acuerdo «para cuatro años», de legislatura, basado en la «cohesión, la lealtad y la solidaridad gubernamental». Una cohesión y una lealtad basada en renuncias por parte de ambos, Sánchez e Iglesias.
Mientras el presidente en funciones acepta la coalición a la que tanto se ha resistido y da marcha atrás en el veto a Iglesias, el líder de Podemos asume dos líneas maestras fundamentales, las que más inquietud causaban en el Gobierno y en el PSOE. Por un lado, el hecho de que “se fomentará el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución”. Por otro, el principio de “equilibrio presupuestario” y que la “evaluación y el control del gasto público es esencial”.
Eso sí, a cambio, en el texto hay pinceladas importantes en las que se adivina la mano de Irene Montero, redactora principal del acuerdo por parte de Unidas Podemos. Por ejemplo, el hecho de que la vivienda –uno de los pocos ministerios que se da por hecho que estará en manos de la formación morada- se entenderá “como derecho y no como mera mercancía”. También aparece la intención de “controlar la extensión de las casas de apuestas” –uno de los principales ejes políticos de Unidas Podemos en los últimos tiempos- o el añadido final al párrafo dedicado a la política económica, en el que el futuro gobierno se compromete a “una reforma fiscal justa y progresiva que nos acerque a Europa y en la que se eliminen los privilegios fiscales”.
Cosecha de diputados para la investidura
El problema es que a Sánchez e Iglesias les queda mucho camino por recorrer para garantizar la investidura del primero y que el Ejecutivo eche a andar. Entre PSOE y Unidas Podemos sólo suman 155 escaños, muy lejos de los 176 que conceden la mayoría absoluta en la Cámara. Pero también a una distancia considerable de los 152 de PP, Ciudadanos, Vox y Navarra Suma que votarían en contra. A ellos se sumarán muy probablemente los ocho de JxCat y los dos de la CUP, con lo que harían un total de 162. Y para que Sánchez saliera investido en una segunda vuelta hacen falta más votos positivos que negativos. Por tanto, el objetivo es superar esos 162 escaños.
Los más seguros son los tres de Más País, aunque Joan Baldoví, el diputado de Compromís –que ya empieza a negociar por su cuenta, desvinculado de Iñigo Errejón- lo ha condicionado a que haya una propuesta del Gobierno sobre financiación autonómica. Ya hacen 158. El Partido Regionalista de Cantabria, que fue el único que voto a favor en julio, también se da por hecho, como Pedro Quevedo, diputado de Nueva Canarias –que fue en las listas del PSOE y en estas elecciones lo ha hecho en las de Coalición Canaria-. Vamos por 160.
Desde Unidas Podemos, señalan a ‘El Siglo’ que a un año de las elecciones vascas EH Bildu no se puede permitir votar en contra “porque el PNV y nosotros nos los comeríamos en las urnas”
Ana Pontón, líder del BNG, ha subrayado que “están por el desbloqueo y por un gobierno de progreso”, aunque exige un compromiso del Gobierno con Galicia; 161. Y Aitor Esteban, portavoz del PNV, ha asegurado que serán “responsables”. Nadie prevé que el voto de los nacionalistas vascos no termine siendo favorable, con lo que ya harían un total de 167. Quedaría así investido Sánchez siempre que los 13 diputados de ERC y los 5 de EH Bildu se abstengan. En sus manos quedará la investidura y el Gobierno, justo lo que no querían muchos en el PSOE que recuerdan que estamos donde estamos porque el grupo que ahora lidera Gabriel Rufián tumbó los Presupuestos de 2019.
En el caso de EH Bildu, por mucho que Arnaldo Otegi haya elevado el tono en las últimas horas y haya condicionado su voto a la autodeterminación, a los presos y al desarrollo de “políticas progresistas”, nadie cree que vayan a votar en contra. Desde Unidas Podemos, señalan que a un año de las elecciones vascas no se lo pueden permitir “porque el PNV y nosotros nos los comeríamos en las urnas”. Así que todas las miradas se concentran en ERC.
Tardà marca el camino de ERC
“Debería tocarle, pues, al republicanismo profundizar en la praxis del diálogo y del no bloqueo en cuanto a la acción a desplegar en Madrid”. Así se expresaba Joan Tardà –que suena como candidato en las elecciones catalanas- en un artículo publicado esta semana en El Periódico. El ex portavoz republicano en el Congreso vuelve a señalar el camino para su partido, como ya viene haciendo en los últimos tiempos, poniendo palabras a lo que sus dirigentes no se atreven a verbalizar–o no quieren o no saben-. Continúa Tardà: “Y, en nuestro país, comprometerse (aunque vuelvan las acusaciones de ‘botiflerisme’ por parte de ‘indepes’ nacionalistas), a garantizar las iniciativas del catalanismo no independentista, y de igual manera, por razones democráticas, deberá exigir a la contraparte una actuación idéntica hacia la opción independentista”.
Rufián salía de su reunión con Lastra ratificando el ‘no’ de su partido y exigiendo la mesa de diálogo y el abandono de la “vía represiva”. Los más optimistas observaron que no demandaba la celebración de un referéndum ni una amnistía.
La cuestión empieza a ponerse más espinosa al final del artículo: “En la actual fase del ‘procés’, Esquerra, convertida ya en la fuerza política mayoritaria del independentismo, es la única fuerza que cuenta con las condiciones adecuadas para protagonizar, lo antes posible, el imprescindible y crucial paso adelante de vertebrar un gobierno y unas mayorías parlamentarias que se sustenten en una base social más amplia […]. Un Gobierno de frente amplio autodeterminista que, de otro modo, aspire a buscar un diálogo franco con el PSC para el logro de una negociación con el Reino de España de carácter bilateral que haga posible la resolución democrática del conflicto a través de un plebiscito en que autonomistas/federalistas, por un lado, e independentistas, por otro, puedan votar favorablemente su propia opción”.
Pendientes de Junqueras

ERC “no va a exigir que se incluya alguna medida concreta” para dar luz verde a la investidura de Sánchez, explican desde Unidas Podemos, y señalan que “cuando consulten a Junqueras, demandarán gestos, pero no van a reventar todo el proceso”. ¿Qué gestos? Pere Aragonès ya ha señalado el camino en una entrevista concedida el miércoles a Catalunya Ràdio: «O hay una mesa de negociación política, o nosotros no podemos abstenernos». El vicepresident ha subrayado que la negociación debe ser «igualitaria» y con «libertad» para hacer las propuestas que se consideren y que haya «garantías» en el cumplimiento de lo que se trate en la mesa. Es decir, se vuelve al escenario que descarriló a principios de año, el del ‘affaire relator’, que aglutinó la entente PP-Ciudadanos-Vox y que levantó ampollas en el ala conservadora del PSOE.
En Unidas Podemos tienen claro que ahora estamos en la “fase de desinflamación”, que para más adelante quedará “cuándo se podrá votar algo de común acuerdo”. Quizá, como contrapartida –en línea de lo suscrito en el acuerdo del lunes, que habla de un problema “de convivencia” en Cataluña-, ERC tenga que aceptar que la mesa de diálogo también se construya en Cataluña.
Rufián salía de su reunión con Lastra ratificando el ‘no’ de su partido y exigiendo la mesa de diálogo y el abandono de la “vía represiva”. Algunos, más pesimistas, se quedaron con eso. Otros, más optimistas -y leyendo un poco entre líneas-, observaron que no exigía la celebración de un referéndum ni una amnistía. Lastra y Rufián se emplazaron a seguir reuniéndose.
Es precisamente la buena relación que tienen Lastra y Rufián, junto a la que también mantiene el propio Rufián con Irene Montero, sobre la que se quiere edificar buena parte del acercamiento a ERC. También va a ser relevante la cercanía que ha forjado Iglesias con Junqueras, al que ha visitado en la cárcel, asistido por el portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens, que también mantiene muy buenas relaciones con la cúpula de Esquerra. Las personas conocedoras de las negociaciones aseguran que esto no ha hecho más que empezar. Veremos.