Destacado Económico / N. L.
El Consejo Europeo ha puesto una inyección de adrenalina a la Comisión Europea y a los países miembros de la Unión instándolos a potenciar el patriotismo europeo. Hay que recordar que el Consejo Europeo tiene la fuerza de estar integrado por los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países que integran la Unión, lo que indica que en el trasfondo de la Unión como comunidad en creciente integración late el hecho de que todavía sigue siendo una conferencia intergubernamental en la que siguen mandando los Estados miembros.
Sin embargo, la Unión mantiene exquisitas las formas y ha concedido al presidente del Consejo todos los honores, pero sus poderes son limitados. Es considerado jefe de Estado y se le atribuye la máxima representación de la Unión en el ámbito internacional a nivel de jefes de Estado o de Gobierno sobre cuestiones relacionadas con la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la UE, junto con el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, que ayuda a poner en práctica la PESC y garantizar su unidad, coherencia y eficacia. Preside las cumbres internacionales, normalmente junto al presidente de la Comisión Europea.
La cortesía llega hasta el extremo de que en sus propuestas “invita” a la Comisión y no exige.
El cargo de presidente del Consejo Europeo se convirtió en un cargo permanente y a tiempo completo tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009. Ya no se accede por turno como a la presidencia de la Unión y es elegido por votación cualificada de sus miembros. Ocupa el cargo en la actualidad Charles Michel, exjefe del gobierno belga cuyo mandato improrrogable más de dos veces comenzó el 1 de diciembre de 2019 y fue reelegido el 24 de marzo de 2022.
Un mecanismo de corrección del mercado para proteger a los ciudadanos
En la reunión del 15 de diciembre, el Consejo ha hecho alarde de orgullo europeísta e instado a los países miembros a fortalecer la autonomía respecto a los combustibles rusos y en términos de resistencia frente al proteccionismo de Estados Unidos, aunque no cite a este país explícitamente, y señala la necesidad de potenciar los instrumentos propios de defensa.
Propone que se establezca un mecanismo de corrección del mercado para proteger a los ciudadanos y la economía frente a precios excesivamente elevados, algo que hubiera sido una herejía en la política ultraliberal que ha predominado en la Unión hasta la epidemia del Covid-19.
En lo que pone más énfasis el Consejo es en la potenciación de los recursos económicos, especialmente en el ámbito de la energía.
En vista de las próximas temporadas de llenado y calefacción, el Consejo Europeo subraya la importancia de reforzar la coordinación. En particular, considera necesario seguir trabajando en los siguientes aspectos:
a) La rápida puesta en marcha de la agregación de la demanda de gas y del mecanismo de compra conjunta a través de la plataforma de energía de la UE, así como la aceleración de las conversaciones con socios fiables para garantizar el suministro de gas de cara al invierno de 2023-2024, con vistas a la celebración de contratos a largo plazo.
b) El llenado eficiente de las instalaciones de almacenamiento de gas y la supervisión estrecha de las trayectorias de llenado.
c) El seguimiento estrecho de los objetivos de reducción de la demanda de gas.
d) La preparación temprana de los planes de contingencia para el invierno 2023-2024
Un plazo a la Comisión: “A más tardar al finalizar enero de 2023”
El Consejo reitera la importancia de intensificar la inversión en innovación, infraestructuras e interconexiones, almacenamiento, energías renovables y proyectos de eficiencia energética, con el fin de eliminar gradualmente la dependencia de la Unión respecto de los combustibles fósiles rusos, acelerar la transición ecológica y garantizar la seguridad del suministro.

Aguarda con interés la propuesta y la evaluación de impacto que presentará la Comisión a principios de 2023, sobre la reforma estructural del mercado de la electricidad de la UE —en particular, en relación con el precio de la electricidad del precio del gas— para adaptarlo plenamente a un sistema energético descarbonizado y facilitar la adopción de energías renovables.
Habida cuenta de los efectos que tienen los elevados precios de la energía en Europa, el Consejo Europeo subraya la importancia de salvaguardar la base económica, industrial y tecnológica de Europa y de preservar unas condiciones de competencia equitativas a escala mundial. En particular, destaca la importancia que reviste, en el contexto mundial actual, una política industrial europea ambiciosa encaminada a adaptar la economía europea a las transiciones ecológica y digital y a reducir las dependencias estratégicas, sobre todo en los ámbitos más sensibles, sin dejar de garantizar unas condiciones de competencia equitativas.
En este contexto, el Consejo recuerda la necesidad de dar una respuesta coordinada para reforzar la resiliencia económica de Europa y su competitividad mundial preservando al mismo tiempo la integridad del mercado único.
En este sentido, y con el fin de responder a los efectos de los elevados precios de la energía, el Consejo Europeo invita a la Comisión a que realice un análisis y presente propuestas a más tardar al finalizar enero de 2023 con objeto de movilizar todos los instrumentos pertinentes a escala nacional y de la UE, así como de mejorar las condiciones marco para la inversión, en particular mediante la simplificación de los procedimientos administrativos.
Reducir la brecha entre Europa y sus competidores y responsabilizarse de su propia seguridad
Además de las medidas a corto plazo, la Unión Europea debe abordar los retos a largo plazo, en particular la brecha de crecimiento e innovación entre Europa y sus competidores mundiales. En lo tocante a este asunto, el Consejo Europeo invita a la Comisión a que presente, a principios de 2023, una estrategia a nivel de la UE destinada a impulsar la competitividad y la productividad.
En consonancia con Conclusiones recientes del Consejo Europeo y consecutivamente a decisiones anteriores, la Unión Europea se está responsabilizando en mayor medida de su propia seguridad y, en el ámbito de la defensa, está siguiendo una línea de acción estratégica y aumentando su capacidad para actuar de manera autónoma. A ello contribuirá el refuerzo de la base industrial y tecnológica del sector europeo de la defensa.
El Consejo subraya la importancia del vínculo transatlántico, que se refleja tanto en la Brújula Estratégica de la UE como en el Concepto Estratégico de la OTAN. El Consejo ha hecho balance de los trabajos realizados para aplicar sus conclusiones anteriores, las orientaciones impartidas en Versalles los días 10 y 11 de marzo de 2022 y la Brújula Estratégica, así como las conclusiones y recomendaciones de la Comunicación conjunta sobre el análisis de los déficits de inversión en materia de defensa y el camino a seguir.
Considera necesario acelerar estos trabajos. En este contexto, el Consejo Europeo pide al Parlamento Europeo y al Consejo que adopten rápidamente el Reglamento por el que se establece el refuerzo de la industria europea de defensa mediante la adquisición común.
El Consejo Europeo, presidido por Charles Michel, ha hecho alarde de orgullo europeísta e instado a los países miembros a fortalecer la autonomía respecto a los combustibles rusos y señala la necesidad de potenciar los instrumentos propios de defensa. Propone que se establezca un mecanismo de corrección del mercado para proteger a los ciudadanos y la economía frente a precios excesivamente elevados, algo que hubiera sido una herejía en la política ultraliberal que ha predominado en la Unión.