¡Vaya gente! / Mara del Prado
“El gran espectáculo de Meghan Markle y el príncipe Harry”, titula Hola la noticia sobre la visita de los duques de Sussex a Europa “con su propio ‘reality’ tras visitar a la reina en Windsor. La revista no disimula que la pareja no le gusta, pero no puede evitar hacerse eco en sus páginas de la noticia, la apertura en La Haya de los Juegos Invictus, que el benjamín de Lady Di y Carlos de Inglaterra fundó en 2014 en homenaje a los militares veteranos o heridos. Al fin y al cabo, es la primera vez que han pisado juntos suelo europeo desde que emigraran a Estados Unidos y, de hecho y para no levantar más polémica, hicieron antes escala en el Reino Unido para visitar a Isabel II.
Cumplido el protocolo, pusieron rumbo a la ciudad neerlandesa para centrarse en el ‘show’; ante más de 500 atletas de diferentes países, relata la publicación, la exactriz americana presentó a su marido, al que “no podría amarlo y respetarlo más”, y dijo que aquello era “servicio y dedicación”, lo que Hola interpreta como una crítica sutil a la soberana británica porque empleó esta expresión cuando el Megxit fue oficial. Después apareció Harry que, hablando de las aspiraciones de su primogénito Archie, hizo llorar a su mujer.
Todo ello grabado por los cámaras que preparan un documental del matrimonio para Netflix ante la atenta mirada de un equipo de seguridad que contaba con exguardaespaldas de Obama incluidos. Casi nada. Como la lujosa maleta que Meghan se llevó de viaje y que estaba valorada en miles de euros.
El tono cambia al pasar la página. “Los duques de Cambridge y los príncipes George y Charlotte toman el relevo de la reina en la tradicional misa de Pascua”, titula la publicación a propósito de su protagonismo en el servicio religioso celebrado en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, al que no asistió Isabel II por sus recientes problemas de movilidad. Sí acudieron los duques de Wessex con sus hijos, Eugenia de York, Peter Phillips con sus hijas, Lady Sarah con su marido y su hijo… ¿Y el príncipe Carlos y Camilla? Habría sido una buena ocasión para demostrar quién es el heredero al trono. Al pueblo británico y parece que también al príncipe Guillermo.
Cuenta Vanitatis que, coincidiendo con su 40 cumpleaños, está a punto de publicarse su biografía William At 40: The Making Of A Modern Monarch (Guillermo a los 40: la creación de un monarca moderno), donde Robert Jobson, experto en la Casa Real británica, cuenta que se siente “al mismo nivel” que su padre y la duquesa de Cornualles ha de recordarle quién va a ser el próximo rey.
El duque de Cambridge, explica el autor, “tiene la mecha demasiado corta” y, “a veces, su nivel de beligerancia ha sorprendido a su padre, quien siempre ha detestado las confrontaciones. El resultado es que Carlos tiende a andar con cuidado cuando trata con su heredero y no logra detenerlo por su falta de respeto”. De hecho, “su temperamento feroz puede estallar en cualquier momento, generalmente cuando está frustrado o cuando se trata de problemas relacionados con su familia”.
¿Ángel o demonio? Ninguno de los dos, seguro. Aunque trate de forjarse una imagen inocente a costa del díscolo Harry.