Javier Quintana.
El magistrado progresista Cándido Conde-Pumpido fue elegido el pasado miércoles nuevo presidente del Tribunal Constitucional, después de imponerse en la votación a María Luisa Balaguer por un único voto. Ostentará el cargo los próximos dos años y medio, sustituyendo a Pedro González-Trevijano.
Después de que el bloque progresista no llegara a un acuerdo para aglutinar sus votos en torno a uno de los dos candidatos, finalmente Conde-Pumpido ha salido vencedor de la votación. El candidato obtuvo seis de los once votos, ganando así el voto de todos los progresistas menos el de la propia Balaguer, que votó por sí misma. El bloque conservador optó por la opción de esta magistrada, considerando que Conde-Pumpido está más próximo al PSOE que ella (el magistrado fue Fiscal General del Estado durante el gobierno de Zapatero).
Asimismo Inmaculada Montalbán, también progresista, ha sido nombrada vicepresidenta del órgano. Con esta elección, el sector conservador se queda sin representación en los cargos más importantes del órgano. En el caso de haberse acordado una candidatura única era de esperar que el conservador Ricardo Enríquez, hasta ahora presidente en funciones del TC, ocupara el puesto de vicepresidente. La designación es una clara respuesta del sector progresista al desencuentro en las negociaciones con los conservadores.
El voto de María Luisa Segoviano, del bloque progresista, era la incógnita que quedaba por resolver en la votación. Finalmente la magistrada votó por Conde-Pumpido, decantando la balanza a favor de este último.