
Àlex Sáez
Es pronto para conocer si las elecciones andaluzas marcan un cambio de ciclo político en España. Lo cierto es que la inesperada mayoría absoluta de Juanma Moreno afianza al Partido Popular en la comunidad más poblada de España y refuerza las opciones de Nuñez Feijóo.
La sensación de alivio dejando a la ultraderecha fuera del Gobierno en Andalucía o de una posición determinante es compartida incluso por buena parte de la izquierda. Ello debilita la futura oposición en Andalucía a la izquierda e impide los argumentos del miedo en futuras contiendas electorales, pero otorga tranquilidad democrática.

El escenario próximo de elecciones municipales y autonómicas y de generales en el horizonte obligan a una profunda reflexión a la izquierda y muy especialmente al Partido Socialista y al presidente Pedro Sánchez
Llegado a este punto, el escenario próximo de elecciones municipales y autonómicas y de generales en el horizonte obligan a una profunda reflexión a la izquierda y muy especialmente al partido socialista y al presidente Pedro Sánchez.
La próxima semana con la cumbre de la OTAN, pero también la futura presidencia del Consejo de la Unión Europea y los éxitos indudables de la entrada en vigor de la isla energética de España y Portugal, están construyendo una imagen de solvencia y liderazgo europeo e internacional del presidente de Gobierno.
Sin embargo, las medidas anticrisis tendentes a paliar los efectos de la guerra de Ucrania y de la inflación de precios, así como los grandes anuncios de inversiones de los fondos europeos, no parece que resulten suficientes para combatir las dificultades y la precariedad que se ha instalado en tantas familias españolas.
El reto inmediato de la izquierda y también de los próximos años es combatir la desigualdad creciente. Es evidente que los parámetros de redistribución de rentas y de mejora de la igualdad de oportunidades están desapareciendo los últimos años. La crisis sanitaria, la guerra en Ucrania y sus consecuencias en relación a los precios y las amenazas de congelación del crecimiento económico traerán como consecuencia ensanchar las diferencias y desigualdades entre rentas y calidad de vida entre españoles.
La gran contribución de la socialdemocracia al crecimiento de nuestro país es precisamente el combate a tantas desigualdades, y debe volver a ser el eje de nuestras políticas públicas. Además resulta imprescindible que los ciudadanos sientan que más allá de la gestión macroeconómica de la crisis, las medidas que se tomen surtan efectos tangibles en sus economías domésticas azotadas por la inflación de precios, la carestía de la energía y el próximo repunte de los intereses financieros que afectará a los préstamos de sus viviendas.
Asistimos también a una crisis de las ideologías. Ya no resulta tan evidente la adhesión a las opciones de derechas o izquierdas en función de las ideas políticas de cada elector. En mi opinión ello exige un rearme de políticas publicas basadas en el reto de las desigualdades crecientes.
Es oportuna la lectura del reciente libro de Jordi Sevilla (‘La España herida, las 6 brechas sociales’, Deusto), donde describe y plantea alguno de éstos escenarios de desigualdad en base a seis binomios (pobres/ricos; mujeres/hombres; jóvenes/mayores; rural/urbano; análogicos/digitales; turbocapitalismos/retrocapitalismos) y da algunas interesantes ideas de cómo corregirlos.
Es por ello urgente una reorientación de la agenda de la izquierda a fin de focalizar la acción de gobierno en una mayor cercanía a los problemas de los ciudadanos y a dar respuestas a éstas desigualdades. Ello no resulta necesariamente incompatible con la política de grandes gestos y de liderazgo en la política exterior y europea.Pero la falta de respuesta a los problemas reales acercaría a la derecha a su objetivo de retomar el Gobierno de la Nación. Hay margen de mejora y tiempo por delante.
Àlex Sáez es abogado especialista en Responsabilidad Civil y Derecho del Seguro. Consejero de Presidencia de Foment del Treball. Fue diputado a Cortes en la VIII, IX y X legislatura.