Hubo un tiempo en que los líderes socialistas estaban preocupados por que sus hijos votaban a Podemos. Algunos incluso, abandonaron la familia del PSOE para involucrarse en la dirección de la formación morada. Sin embargo, con el declive de Podemos, los descendientes de los líderes y cuadros históricos del PSOE brillan con luz propia en la órbita de la socialdemocracia. El último en aparecer en escena ha sido Berna León, hijo de quien fuera secretario de Estado con José Luis Rodríguez Zapatero, que está al frente del think tank Future Policy Lab. Junto a él, aparecen apellidos ilustres como el de Juan Lobato, al frente del PSOE de Madrid, Manuel De la Rocha, responsable del área económica de Moncloa, o Natalia Fabra, asesora de cabecera del Gobierno en materia energética.
El 18 de mayo se presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid Future Policy Lab, un think tank que se define en su web como “un centro de pensamiento intergeneracional, dirigido por líderes de varias disciplinas que sirve como altavoz para que las propuestas de las nuevas generaciones puedan llegar al debate público”. Esta definición es clave, porque señala la brecha que se abrió allá por 2015, cuando Podemos reclutó a los hijos de los que fueran dirigentes socialistas. La preocupación la resumió Josep Borrell cuando afirmó que “nuestros hijos votan a Podemos”. Algunos, como Pablo Bustinduy -hijo de Ángeles Amador, ministra de Sanidad entre 1993 y 1996- o Ramón Espinar -hijo del quien fuera primer presidente de la Asamblea de Madrid- ocuparon puestos destacados en Podemos.

El declive de la formación morada, sin Pablo Iglesias al frente, con Iñigo Errejón fuera y ante el riesgo de ocupar un papel secundario en el proyecto político de Yolanda Díaz, ha devuelto a los hijos del PSOE a la órbita del partido de sus padres. Es el caso de Berna León, hijo de Bernardino León, exsecretario de Estado de Exteriores en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, en los que ganó tanta influencia que terminó por convertirse en el principal asesor del presidente en esta materia. A sus 26 años, su hijo es un jovencísimo talento de las ciencias sociales y las relaciones internacionales, que lleva tiempo prodigándose en medios españoles como la Ser, El País o Infolibre. A su labor como investigador y profesor del Centro de Estudios Internacionales de Sciences Po París, Berna suma ahora su papel como director de un Future Policy Lab llamado a constituirse en referencia intelectual del espacio socialdemócrata y progresista en España.
Future Policy Lab -que nace con el apoyo de la consultora de comunicación más relevante de España, Llorente y Cuenca- no tiene vinculación directa con el PSOE ni tampoco aspira a sustituir a la Fundación Alternativas. De hecho, su mirada trasciende las fronteras estrictamente socialistas, como demuestra el curso ‘Las desigualdades: una introducción transdisciplinar’, que León organizó junto a dos expertos también involucrados en el Future Policy Lab, Javier Soria y Javier Carbonell. Consiguieron traer a Madrid para la inauguración al mediático economista Thomas Piketty y sentarlo a debatir con Yolanda Díaz. El curso se cerró con otro debate entre el secretario de Estado y responsable de Economía de Podemos, Nacho Álvarez; la portavoz del PSOE en el Senado, Eva Granados; y el diputado de Más Madrid en la Asamblea de Madrid Héctor Tejero.
Junto a León, en la dirección de Future Policy Lab está Borja Barragué, profesor de Filosofía Política y Jurídica en la UNED y autor de ‘Larga vida a la socialdemocracia’, una obra en la que analiza la creciente desigualdad en las sociedades occidentales y la amenaza que eso supone por las democracias. La desigualdad es uno de los temas de investigación prioritarios para este think tank, cuyo primer informe se titula ‘Derribando el dique la meritocracia’. En él, se analiza como gran parte de las desigualdades son el producto de nuestra suerte en “tres loterías”, el estatus socio-familiar, la genética o el reconocimiento social de nuestras habilidades.
Entre los ‘senior fellow’ que van a dirigir sus informes y líneas de investigación aparece el politólogo Pablo Simón, profesor en la Carlos III de Madrid y colaborador habitual de medios como La Sexta, la Ser o El País; la economista y miembro del Consejo Asesor de la Airef, Olga Cantó; o Irene Lebrusán, socióloga y especialista en vivienda, que formó parte de la Oficina de Prospectiva y Estrategia del Gobierno.
Manuel de la Rocha, peso pesado en Moncloa

Junto a Nadia Calviño, Manuel de la Rocha se ha consolidado como la otra figura de peso del área económica en el entorno del presidente del Gobierno. Secretario general de Asuntos Económicos y G20 y es una persona clave en la distribución de los fondos europeos en España. Por su parte, Manuel de la Rocha padre es un histórico dirigente socialista, portavoz en los años ochenta de la corriente Izquierda Socialista, ex alcalde de la localidad madrileña de Fuenlabrada y ex diputado, entre otras responsabilidades. Desde mediados de los años 90 se dedicó a su despacho de abogado laboralista, desde donde trabó muy buenas relaciones con la UGT de Cándido Méndez. Hace cuatro años volvió a la primera fila política para competir con Pepu Hernández en las primarias por la candidatura socialista al Ayuntamiento de Madrid.
Manuel De la Rocha hijo acompaña a Sánchez desde su primera etapa en la secretaría general del PSOE, cuando se hizo cargo de la secretaría de Economía hasta la defenestración del hoy presidente, en 2016. Llegó a esa responsabilidad tras sumar varios años como fue asesor de política multilateral en la Dirección General de Políticas de Desarrollo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación y posteriormente de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Cuando ganó las primarias por segunda vez, Sánchez prefirió a Manu Escudero para ocupar esa cartera y De la Rocha regresó a su puesto como economista del Icex. Pero, tras la moción de censura, el presidente lo recuperó para ponerlo al frente del departamento de Asuntos Económicos del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, la conocida como oficina económica de Moncloa, que tanto poder acumuló en los tiempos en los que la pilotaba Miguel Sebastián.
A lo largo de estos casi cuatro años, este madrileño, nacido en los 70 ha ido ganando galones y responsabilidades en el organigrama de Moncloa, incluso a pesar de la profunda remodelación que supuso la salida de Iván Redondo el pasado verano. Ha sido el ‘sherpa’ del presidente en las cumbres europeas en las que se han diseñado los fondos europeos y, ya con el rango de secretario general, fue el cerebro del Plan de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia y el encargado de realizar su seguimiento. Por sus manos y las de su equipo pasan buena parte de las relaciones en esta materia con las comunidades autónomas y con las empresas para el reparto de los fondos europeos de recuperación. Junto a la propia Calviño, la responsable de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, coordina la acción del Ejecutivo en esta materia.
Juan Lobato, revulsivo del PSOE de Madrid

El nuevo secretario general del PSOE de Madrid ha asumido el timón del partido en su momento más difícil y con dos objetivos claros: “lo primero que tenemos que hacer de cara al futuro es tener ganas de ganar. […] Lo segundo, es tener una posición política mucho más moderna, mucho más transversal y que llegue a las grandes mayorías”. Así se expresaba Juan Lobato en una entrevista concedida a El Siglo en el arranque de las primarias que le enfrentaron al alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala. Este funcionario del Cuerpo de Técnicos de Hacienda, de 37 años, consiguió el 61% de los apoyos en las primarias celebradas en octubre, a la que comparecía con el aval de haber arrebatado al PP la alcaldía de Soto del Real, una localidad de la sierra madrileña que estuvo gobernada por el PP desde el final de la dictadura. Lobato se convirtió en su primer alcalde socialista desde la II República, con sólo 30 años, en las elecciones de 2015.
Su padre, Juan Lobato Varela, abogado, es uno de los socialistas madrileños que pilotaron Ayuntamiento y Comunidad tras el final de la dictadura y antes de que llegará la hegemonía popular en los 90. Fue concejal bajo los mandatos de Enrique Tierno Galván y Juan Barranco, entre otras responsabilidades -fue el primer delegado de la Junta de Andalucía en Madrid-, y recientemente se ha visto atacado por Isabel Díaz Ayuso a cuenta del ‘caso mascarillas’, por el que Tomás Díaz Ayuso se habría embolsado casi 300.000 euros. Lobato Varela es abogado en la empresa funeraria a través de la que el Ayuntamiento de Madrid pagó 11 millones de euros a los empresarios Alberto Luceño y Luis Medina, lo que ha aprovechado la presidenta para acusarlo, a pesar de que su firma no aparece en los documentos y él niega que tuviera conocimiento de los contratos.
Natalia Fabra, asesora de cabecera en energía

Natalia Fabra ha participado en el diseño de las medidas que el Gobierno ha tomado en esta legislatura para tratar de atajar la subida del precio de la factura eléctrica, desde su labor en el consejo asesor de la vicepresidenta Nadia Calviño. Fabra es una experta ajena a la Administración pero bien relacionada en el PSOE. Catedrática de Economía de la Universidad Carlos III, “trabaja en el área de la Organización Industrial, con énfasis en el estudio de la economía de la energía y el medioambiente, así como en temas relacionados con la regulación y la política de defensa de la competencia”, según explica la propia web de la universidad.
Natalia Fabra es hija de Jorge Fabra Utray, economista de la órbita socialista y también experto en energía. Fue presidente de Red Eléctrica con Felipe González, consejero de la Comisión Nacional de la Energía bajo los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y, desde 2017, también forma parte del Consejo de Seguridad Nuclear. Además, es el presidente de Economistas Frente a la Crisis. El hermano de Natalia Fabra, Jorge Fabra Portela, por su parte, pasó por el equipo de Moncloa y ahora trabaja en el Ministerio de Economía.