
Sin Maldad / José García Abad
En el discurso de fin de año del presidente del Gobierno, pronunciado unos días después del mensaje de Nochebuena del Rey que prometía que la ética está por encima de consideraciones familiares, Pedro Sánchez aseguró que el Gobierno y La Zarzuela trabajan en un proyecto para continuar “con la línea de modernización de la Monarquía instalada por Felipe VI” e insinuó la promulgación de una ley de la Corona.
Añadió el presidente que “el Rey quiere una Monarquía constitucional adaptada a la España del siglo XXI. Renovación, rendición de cuentas, ahí está trabajando Felipe VI. Vamos paso a paso. Ya irán conociendo cómo se materializa la hoja de ruta de renovación de la Corona en cuanto a transparencia y ejemplaridad”.
Por su parte, el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, ha asegurado que la formación registrará en los próximos meses una ley de la Corona que regule “qué puede hacer el Rey y qué no” y garantizar “más transparencia” a la institución monárquica que, en su opinión, no tiene suficientes controles democráticos.

Hay cosas que el Rey puede hacer para acabar con las zonas todavía oscuras, como dar cuenta de su patrimonio personal y desde luego asegurar que no tiene cuentas en el extranjero sin necesidad de que, como indicó Jaume Asens, “no puede ser que nos enteremos de las cuentas corrientes que tiene el rey emérito por una investigación criminal”
Pero hay otros asuntos que no se pueden tocar sin modificar el Título II de la Constitución, referente a la Corona, que está fuertemente blindada como la cuestión fundamental: la irresponsabilidad judicial del monarca
Hay cosas que el Rey puede hacer para disipar las zonas todavía oscuras, como dar cuenta de su patrimonio personal y desde luego asegurar que no tiene cuentas en el extranjero sin necesidad de que, como indicó Jaume Asens, “no puede ser que nos enteremos de las cuentas corrientes que tiene el rey emérito por una investigación criminal”.
Sólo sabemos que Don Juan Carlos ha decidido pagar a la Agencia Tributaria casi 700.000 euros para regularizar su situación fiscal.
Pero hay otros asuntos que no se pueden tocar sin modificar el Título II de la Constitución, referente a la Corona, que está fuertemente blindada como la cuestión fundamental: la irresponsabilidad judicial del monarca.
Un rey irresponsable, pero no hasta tal punto
Con el culebrón del rey emérito se está poniendo claro que los constituyentes no previeron que la inmunidad real pudiera llegar tan lejos. O si algunos lo previeron, porque no faltaban republicanos en el Parlamento, no se atrevieron a ir más lejos por cortesía, por no hacer a Don Juan Carlos el feo de establecer más clara y minuciosamente que su inmunidad no le servía para robar un banco o entrar en corrupción; en blanqueo de dinero o en cohecho.
La Constitución dictamina que “la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2”.
El artículo 64 establece que “los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del presidente del Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el presidente del Congreso” y aclara que “de los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden”. Lo único que puede hacer el Rey por su cuenta es “nombrar y relevar libremente a los miembros civiles y militares de su Casa”.
O sea, que según el dictamen de los letrados del Congreso de los Diputados recogido al pie de la letra por la Mesa del mismo, Don Juan Carlos no puede ser sometido a una comisión de investigación tal como habían reclamado el conglomerado de Unidas Podemos junto a los nacionalistas e independentistas.
Como he señalado, con la Constitución en la mano, los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes. De sus actos serán responsables las personas que los refrenden.
Obviamente, ni el presidente Sánchez ni sus ministros han refrendado las prácticas corruptas que se le atribuyen al Emérito. Los constituyentes y la doctrina jurídica daban por sentado que la irresponsabilidad del monarca se refería exclusivamente al plano político sin que se extendiera a los delitos comunes.
Si se abre el melón habrá que rectificar otros aspectos bochornosos de la Constitución como el sistema machista en el orden de sucesión en la Jefatura del Estado. En estos momentos Don Felipe y Doña Letizia tendrán que abstenerse de generar un hijo varón que arrebataría la condición de princesa de Asturias que ostenta Doña Leonor ya que el varón disfruta de prioridad sobre la mujer, algo que se ha suprimido hace tiempo en las monarquías europeas.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.