L. M.
Esta semana se ha cumplido un año desde que el volcán de Cumbre Vieja erupcionara por primera vez. Durante 85 días los habitantes de La Palma tuvieron que convivir con el rugido, el fuego y el olor del volcán. La lava acabó con más de 3.000 edificios y cubrió 1. 200 hectáreas de la isla.
Mientras que los cargos públicos se dedicaron a homenajear a los vecinos y a inaugurar una exposición de imágenes de lo sucedido, los afectados por el volcán conmemoraron el aniversario manifestándose en las calles de la isla. La Plataforma de afectados critica la gestión de las ayudas por parte de las administraciones públicas y también la falta de empatía para subsanar los daños.
También en este primer aniversario, los vulcanólogos del Instituto Geológico y Minero de España alertan de que a pesar de que el volcán lleva nueves meses sin actividad, aun pueden producirse pequeñas reactivaciones de la actividad volcánica, puesto que se siguen registrando movimientos sísmicos. Además, el volcán continúa emitiendo gases y las temperaturas todavía son elevadas en el interior de las coladas de una parte de la isla.
Ante esta situación, los expertos han recomendado mantener el ‘nivel amarillo’ en las zonas de La Bombilla y Puerto Naos, sobre todo porque los gases que todavía emana el volcán son dañinos para las personas.