Juana M. Vera Meizoso (Santiago de Compostela)
¿Qué es la Inteligencia Artificial? ¿Qué es un algoritmo, cómo funciona? ¿Cómo influyen ambos en nuestras vidas? Las respuestas a estas preguntas se hallan en ‘More than human’, exposición creada por el Barbican Center de Londres y coproducida por el Forum Groningen de los Países Bajos. Situada en el edificio de Afundación de A Coruña, reúne los proyectos de investigación más destacados de la actualidad y nos sumerge en los avances creativos y científicos de Inteligencia Artificial realizados en el Massachussets Institute of Technology (MIT), en los Sony Computer Science Laboratories, en el Google Research y en el Departamento de informática del Imperial College de Londres o DeepMind Tecnologies. La exposición, que llega por primera vez a España, se podrá visitar hasta el próximo día 5 de febrero.
“Comprender y recrear la inteligencia humana utilizando máquinas”, se lee al inicio de la exposición More than human (Más que humano), en una pared de la planta baja del edificio de la sede de Afundación de A Coruña. La frase hace referencia al objetivo de la Inteligencia Artificial. Poco después se lee la pregunta: ¿Dónde acabamos nosotros y dónde empieza la tecnología? ¿Estamos dando forma a la tecnología o es ella la que nos da forma a nosotros? El texto acaba con esta sentencia: “Nuestra inteligencia ya no es la única”.
Nos hallamos en The dream of AI (El sueño de la Inteligencia Artificial), primera sección de la exposición, en donde descubrimos el Gólem, una figura de arcilla creada en tiempos antiguos por los judíos para obtener de ella milagros y protección. El uso de la magia era esencial para lograr que el Gólem escuchara las súplicas. Sobre el Gólem hallamos en esta sección un ejemplar de El increíble Hulk, cómic de Marvel sobre el tema y los Suvenires Gólem: Pokemon Golem, Snow Golem o Ben Golem, figuras creadas en este siglo y situadas en una vitrina cercana al cómic de Marvel.
Mientras contemplamos estas pequeñas figuras escuchamos la videoinstalación que Stefan Hurtig y Detlef Weitz crearon para el Museo Judío de Berlín, en el año 2016. Imágenes de películas de ciencia ficción, de Frankestein o de la interacción entre robots y seres humanos forman parte de este trabajo, imágenes amables al inicio de la videoinstalación y destructivas al final de la misma. Stefan Hurtig y Detlef Weitz nos sitúan ante el eterno dilema: ¿quemar libros o crear libros? Porque las máquinas de su videoinstalación crean y destruyen, como nosotros. En esta parte de la exposición también se puede contemplar la figura de arcilla Dogu, hallada en el yacimiento de Chiba, y el visitante también se acerca a Kami, fuerza o espíritu de la naturaleza que supera a la inteligencia humana. El Kami hace referencia al sol, a los océanos, a los árboles, a las montañas, a las rocas y a los animales, fuerzas Kami que, según la tradición sintoísta, se respetan y viven en armonía.
Los juegos se han usado como referencia para poner a prueba la capacidad de un ordenador para comprender y realizar tareas a un nivel casi humano
A través de los objetos e imágenes mencionados nos acercamos al deseo histórico del ser humano de dar vida a seres inertes (Gólem, Dogu, Frankestein), deseo que nos ayuda a entender nuestra actual percepción y relación con la tecnología. La alquimia medieval y sus “homúnculos”, pequeños seres que inspiraron a Mary Shelley cuando creó el personaje de Frankestein, es otra parte de esta sección, en donde también hallamos la relación de lo gótico con lo siniestro, a través de los ‘Cuentos de Hoffmann’, en concreto de su cuento titulado The Sandman. La creación del cero en el año 1670 y la Uncanny Vallei Theory de Masahiro Mori, teoría que nos muestra cuánto podemos soportar la presencia de alguien o algo similar a nosotros, ponen fin a esta sección. Es importante destacar que a partir del cero se creó el sistema binario moderno usado por los ordenadores. Según I Ching, inspirador de la creación occidental del cero, “toda la materia puede ser retratada usando el cero y el uno”.
La exposición continua en la tercera planta del edificio de Afundación con la sección titulada Mind Maschines. The imitation game (Descifrando enigma), película de Morten Tyldum (2014), o Victoria, filme de James Larssons (2016), son algunas de las cintas, cuyos videoclips se pueden contemplar al inicio de esta sección, donde se muestra cómo la Inteligencia Artificial cobró forma gracias a los avances informáticos y matemáticos de los siglos XIX y XX, y cómo estos se han desarrollado en el siglo XXI, otorgando a la tecnología capacidades espectaculares.
La máquina Bombe de Alan Turing, la máquina de cifrado Enigma, utilizada por los alemanes durante la II Guerra Mundial y la máquina analítica de Charles Babbage pueden contemplarse en esta sección porque sin ellas no se hubiese llegado al uso actual de los algoritmos, que en la exposición se definen como el “conjunto de instrucciones que sigue un ordenador para resolver un problema o alcanzar un objetivo. Los programadores introducen algoritmos y los ordenadores producen un resultado, un output”. En una pared de esta sección se lee: “Se creyó que el pensamiento racional podía convertirse en reglas formuladas. En la primera red neuronal artificial”. Al tiempo que el visitante reflexiona sobre estas dos frases puede contemplar, a través de paneles de información, la evolución de la computación desde la primera máquina de cálculo hasta el Big Data de inicios del siglo XXI, cuando el ser humano se sumergió en el Machine learningy en el Deep learning.
La exposición continúa en la segunda planta del edificio de Afundación con la tercera sección titulada Data Worlds. Al inicio de esta sección se nos pregunta: ¿por qué vemos lo que vemos cuando vemos? Y, ¿qué ve un computador?, ¿cuál es la diferencia entre su forma de ver y la nuestra? Rubedo, juego de lenguaje inteligente creado en el año 2019, proyecto presente en esta sección, se usa para dar forma a las redes neuronales más representativas de la forma de pensar humana. En esta sección se profundiza en el origen del juego y se profundiza en la importancia del juego en la evolución de la Inteligencia Artificial. “Los juegos se han usado como referencia para poner a prueba la capacidad de un ordenador para comprender y realizar tareas a un nivel casi humano”, se lee en el panel informativo que acompaña al vídeo donde se explica el origen de juego chino Go.
Poco después descubrimos al ordenador Deep Blue, que venció a Garry Kasparov, jugador de ajedrez, en el año 1997. Fue a partir de esta victoria cuando se puso en marcha la modernización financiera y la de la investigación farmacéutica. Junto a Deep Blue descubrimos también el brazo robótico creado por Denso Corporation, en el año 2014, para jugar al Shogi, juego japonés. Hoy ya existe la Copa Mudial de Fútbol de los Robots. Ywain, de quien podemos ver una copia en la exposición, es un robot jugador de fútbol que ha competido en Holanda (2013), en Brasil (2014), en China (2015), en Alemania (2016), en Japón (2017) y en Canadá (2018). Se espera que en el año 2050 tenga lugar la primera Robocup del mundo o partido de fútbol entre robots y seres humnos.
En el año 2050 se espera poder celebrar la I Copa Mundial de Fútbol entre seres humanos y robots
En la primera planta del edificio de Afundación se halla la sección Endless Evolution, en dónde descubrimos que la Inteligencia Artificial es ya parte de nuestras vidas cotidianas. Se halla en la conducción de vehículos, en la búsqueda de la pareja ideal, en nuestros teléfonos móviles, en nuestros hogares, en los pequeños robots que ya nos ayudan a realizar tareas domésticas, etcétera. “¿Cómo percibe la inteligencia artificial lo que sientes?, se lee una pared de esta parte de la exposición, en donde también se nos pregunta ¿cómo afectará la inteligencia artificial a la privacidad, a la libertad y a la verdad? El genoma humano o la Enzima Crispr/cas, que altera el ADN y rediseña plantas y ratones, y potencialmente seres humanos, también forman parte de esta última sección de More than human. Un lugar en donde comprendemos que nuestra inteligencia ya no es la única y que la inteligencia artificial es casi humana. Casi. La pregunta que surge ahora es que se halla en ese casi, el ver o el mirar.