¡Vaya Gente! / Mara del Prado
“Sólo pido que todo el mundo se olvide de mí”. Con una manera de hacerse la interesante como otra cualquiera, Carmen Martínez-Bordiú habla con Hola para celebrar su 70 cumpleaños y decir que ha desaparecido de los medios porque ha querido, para vivir esta etapa de su vida “como quiero”. La duquesa de Franco vive a 30 kilómetros de Lisboa (Portugal) desde el verano de 2018, en un chalé con piscina y 2.000 metros cuadrados de parcela frente al Atlántico desde donde ve practicar surf a su novio australiano 34 años más joven. Entre las ventajas de quedarse en casa y las dificultades para visitar a su hija Cynthia Rossi en París y a su hijo Alfonso de Borbón en Madrid, no sería extraño que prolongase el confinamiento más allá de la pandemia.
Para padres desapegados, Ernesto de Hannover y Fernando Fernández Tapias. El primero ha llevado a su hijo mayor a los tribunales y le reclama cinco millones de euros y sus castillos; el todavía marido de Carolina de Mónaco y primo de la reina Sofía acusa a su heredero de “ingratitud” y exige revocar las donaciones que le hizo entre 2004 y 2007: el castillo de Marienburg, la propiedad más importante y sede de la Casa Güelfa, y otras posesiones como los castillos de Calenberg y de Herrenhausen.
Entre las razones esgrimidas por el padre contra su hijo, cuenta Hola, figura su destitución como miembro de la junta de Welfenstiftung, en Liechtenstein, que administra la propiedad austriaca de la familia, “violando gravemente los derechos e intereses legales del demandante”. O que Ernesto Jr. de Hannover quisiera vender Marienburg por el simbólico precio de un euro. Al parecer, no podía hacerse cargo de los gastos y negoció con la compradora Llemak Inmobilien que lo conserve para el público tras una restauración de 30 millones de euros.
El acusado ha declarado al semanario Bunte que “la demanda es insustancial y las acusaciones que contiene son falsas” y el demandante, de 66 años, permanece a la espera de la evolución de la demanda desde una cabaña de caza en Austria donde vive aislado y gravemente enfermo, dice la revista española.
A sus 82 años, Fernando Fernández Tapias asegura estar “como una rosa”, pero sus hijos mayores han pedido su incapacitación. El pasado martes se veían las caras en el Juzgado de Primera Instancia nº 65 de Madrid porque éstos intentan evitar que su hermano Juan Carlos, nacido de un segundo matrimonio del naviero con Juana Courel y más conocido como Tito, se convierta en el nuevo presidente del Grupo Tapias. Una posibilidad cierta después de haber sido relevados en los últimos años de sus cargos ejecutivos en las sociedades de su padre, con el que no tienen relación en la actualidad.
Acusado por Fernando, Borja e Íñigo, fruto de su primer matrimonio con Chiqui de la Riva, de no estar en plenas condiciones para tomar ciertas decisiones, el empresario conocido como Fefé ha contado con el respaldo de su tercera mujer, Nuria González, con Iván, el hijo que tienen en común y que ha declarado que su padre está en sus cabales, y con Florentino Pérez en calidad también de testigo.
Constructor, presidente del Real Madrid y gran amigo del naviero, últimamente y a falta de palcos vip donde reunirse está desvelando hasta dónde llegan los lazos del madridismo -recuerden la comida con el directivo de La Sexta, Antonio García Ferreras, el exjuez Baltasar Garzón y la fiscal general del Estado, Dolores Delgado– más allá de los predios de Bernabéu.