
Empar Pablo
Cada mes de noviembre ponemos el foco en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, pero en la actualidad, la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo. La desigualdad entre los géneros persiste allí donde miremos. Acabar con ello requiere esfuerzos enérgicos para combatir la discriminación profundamente enraizada, que a menudo es consecuencia de actitudes patriarcales y de las normas sociales que éstas conllevan.
Utilicemos un nombre ficticio. Por ejemplo, Ana. Pues bien, la Ley 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género fue pionera y muy importante, pero en su ámbito de actuación presentaba ciertos límites. Verdaderamente gracias a esta norma se institucionalizó el concepto de violencia de género y se concibió la violencia como estructural, sí, pero al mismo tiempo se dejaba fuera al resto de violencias que las mujeres padecemos. Ana –y muchas otras Anas– habían sufrido violencia por ser mujeres. Sin embargo, no se reconocía que el acoso sexual que sufrían, efectivamente, lo fuera. Esa violencia tenía lugar en su puesto de trabajo.
Según la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE, el 90% de estos acosos los sufren las mujeres y la última Macroencuesta de Violencia contra las Mujeres (2019) nos dice que el 17,3% de las mujeres han sido acosadas en su centro de trabajo, y que en el 98,2% de los casos los acosadores han sido hombres
Quiero centrarme en este elemento lanzando una pregunta que es, a la vez, un reto mayúsculo. ¿Qué podemos hacer para la erradicación del acoso sexual y acoso por razón de sexo en el ámbito laboral en España? Es una lacra y un factor deshumanizador. Una carga de profundidad silenciada y poco estudiada contra la igualdad, y una injusticia sistémica contra la mitad de la Humanidad. Y sí, todos y todas podemos hacer mucho. Desde el ámbito personal hasta la totalidad de colectivos e instituciones. Y de entre todos estos colectivos, los sindicatos de clase debemos ser los primeros agentes para el cambio. CCOO se reconoce en este papel porque formamos parte del movimiento feminista desde antiguo.
Pero, ¿de qué hablamos cuando contamos cuestiones relacionadas con el acoso sexual en el ámbito laboral? Hay conductas físicas como tocamientos, pellizcos y amenazas o promesas de premios para obtener favores sexuales. También hay conductas verbales que pueden materializarse en forma de comentarios sobre la apariencia física de la víctima, su edad, vida privada o también como invitaciones sociales reiterativas o insultos basados en el sexo de la víctima. Y existen las conductas no verbales como la exhibición de material sexualmente explícito. Terribles y execrables todas, en cualquier caso.
Estos actos son delitos penales recogidos en el artículo 184 y siguientes dentro del Capítulo III de Delitos contra la Libertad e Indemnidad Sexuales. Y resulta evidente, que son figuras delictivas que se producen en el ámbito laboral y a los que se debe hacer frente sindicalmente.
Desde 2007, con las obligaciones que indica la Ley de Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, las delegadas y delegados de CCOO hemos acordado muchos protocolos de prevención y tratamiento del acoso sexual y por razón de sexo mediante la negociación colectiva como representación legal de las personas trabajadoras. Se trata no sólo de tener un procedimiento de tratamientos de las denuncias, sino de informar y sensibilizar a las personas trabajadoras. En este sentido, una parte importante de los protocolos consiste en identificar y determinar las condiciones en las que se produce un acoso sexual. Una condición es que el acoso es un comportamiento no deseado por la víctima.
En definitiva, es el mundo del trabajo organizado quien debería llevar a cabo y protagonizar un itinerario útil frente a este fenómeno desconocido y silenciado. Y en CCOO nos hemos comprometido a originar una estrategia transversal de prevención, sensibilización, identificación, actuación y erradicación de este grave obstáculo social desde lo que nos es propio, la acción sindical. De este modo, hemos puesto en marcha el Observatorio de Acoso Sexual y por Razón de Sexo.
Sabemos que el 18% de los acosos recibidos han sido en el centro de trabajo teniendo en cuenta el grado de infrarregistro existente. Según la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE, el 90% de estos acosos los sufren las mujeres y la última Macroencuesta de Violencia contra las Mujeres (2019) nos dice que el 17,3% de las mujeres han sido acosadas en su centro de trabajo, y que en el 98,2% de los casos los acosadores han sido hombres.
Esta es una iniciativa pionera. Nos mueve por un lado la falta de visibilidad y por otro la asunción de la responsabilidad sindical. Contamos con una red de expertas colaboradoras procedentes del ámbito académico y jurídico para diseñar procedimientos de recogida de información entre todas las delegadas y delegados y representantes sindicales, e indicadores a recoger de modo que la información sea veraz, rigurosa y precisa. Iremos creando una base datos de referencia y se normalizará un sistema de indicadores mediante el establecimiento de criterios de coordinación para homogeneizar la recogida y difusión de datos.
El sindicalismo de clase es sinónimo de compromiso con la sociedad en la que desarrollamos nuestra tarea constitucional. No puede ni debe ser de otro modo y queremos contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres particularmente el ámbito laboral.
Diplomada en Relaciones Laborales por la Universitat de València. Máster en Prevención de Riesgos Laborales (técnica superior en Ergonomía y Psicosociología) por la Universitat Politècnica de València. Máster en Género y Políticas de Igualdad por la Universidad Rey Juan Carlos I. Community Management por la Fundación UNED. Formadora Ocupacional por FOREM PV. Vinculada a CCOO desde 1996 de forma militante en la Secretaría de Juventud de CCOO PV. Se incorpora como miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal de CCOO PV en el 8º Congreso como secretaria de Juventud del País Valencià. En el 9º Congreso asume la Secretaría de Comunicación y Política Lingüística en CCOO PV. En el 10º congreso se incorpora a la Dirección Confederal estatal de CCOO como secretaria de Movimientos y Redes Sociales. En el 11º Congreso es nombrada secretaria de Comunicación, cargo que mantiene actualmente en el 12º Congreso de CCOO.