Ricardo Martín.
Hasta la megamanifestación acaecida en Madrid el pasado 13 de noviembre, parecía inexorable que Isabel Díaz Ayuso, la política más mediática y popular de la derecha española, tenía en su mano lograr una holgada mayoría que la acercara a la mayoría absoluta en las elecciones de mayo de 2023. ¿Existe alguna posibilidad de que la izquierda: Más Madrid, PSOE, Unidas Podemos- logren desalojar a Ayuso de la Puerta del Sol?. ¿Es invencible la política más mediática del escenario partidista español, presente por derecho propio en portadas de la Prensa internacional?. ‘El Siglo’ explora el escenario más caliente de las próximas autonómicas con la opinión de expertos en comunicación y demoscopia.
Isabel Natividad Díaz Ayuso (Ávila, 1978), hija de Leonardo y Mabel, recriada en Chamberí (Madrid), Licenciada en Periodismo y experta en comunicación digital; inició su carrera política muy joven, desempeñando distintas responsabilidades en el PP madrileño y en el PP nacional, alcanzando la Presidenta de la Comunidad de Madrid el 14 de agosto de 2019, gracias al apoyo de Ciudadanos y VOX.
Confirmada en la Presidencia el 18 de junio de 2021, duplicando en sólo 24 meses los votos alcanzados en 2019, tendrá que revalidar su extraordinaria victoria del 4 de mayo de 2021 dentro de 6 meses, en la cita electoral de municipales y autonómicas del 28 de mayo de 2023.
Los sondeos que hasta ahora se han publicado aseguran una mayoría cómoda del PP madrileño cuando quedan 6 meses para la cita electoral, si bien las expectativas con las que parte Díaz Ayuso pueden jugarle una mala pasada. De hecho, los analistas consultados por El Siglo son unánimes al afirmar que si perdiera uno solo de sus 65 escaños actuales saltaría en pedazos su imagen de talismán de la derecha y su pleno de victorias electorales y políticas desde el 4 de mayo de 2021 quedaría en agua de borrajas.
Directa a La Moncloa gracias al Covid-19
La Presidenta madrileña inició precisamente ese 4 de mayo que la llevó a la Puerta del Sol con el 44,3% de los votos una carrera fulgurante hacia La Moncloa, reclamándose desde el minuto uno la contrincante directa del inquilino monclovita, el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, al que provocó con audacia en innumerables ocasiones hasta erigirse en blanco de los ataques de la Presidencia del Gobierno, sustituyendo de facto el liderazgo de su Presidente y mentor en el Partido Popular, Pablo Casado.
Si Ayuso perdiera uno solo de sus 65 escaños actuales saltaría en pedazos su imagen de talismán de la derecha
El sprint hacia La Moncloa tuvo dos hitos importantes: la gestión exitosa de la pandemia del Covid-19, que la aupó a la Presidencia de la Comunidad de Madrid tras la anticipación electoral forzada en 2021; y la decapitación del líder del Partido Popular y Presidente de la formación, Pablo Casado. El frenazo a toda una carrera jalonada por éxitos sin cuento en apenas 3 años, llegó con la elección de Alberto Núñez Feijoo (Orense, 1961) como Presidente del Partido Popular el 2 de abril de 2022, con el respaldo del 98,35% de los delegados presentes en el Congreso Nacional.
Los barones prefieren a Feijoo
La candidatura de Díaz Ayuso para suceder a Pablo Casado al frente del PP español estuvo presente en los debates entre los barones regionales tras la obscena defenestración del heredero de Mariano Rajoy. Los líderes regionales, que han ido ganando poder desde la salida de Aznar de la presidencia del PP en mayo de 2002, acabaron apoyando por unanimidad a Alberto Núñez Feijoo, incluida la presidenciable Díaz Ayuso, obligada a dar un paso atrás en sus aspiraciones, tras constatar que su persona no concita el favor de sus homólogos.
Naturalmente, los liderazgos regionales tienen un contrapunto más poderoso que ellos: lo que comúnmente se llaman “las bases”, los militantes, precisamente a los que acudió Pedro Sánchez cuando la mayoría de líderes regionales del PSOE apoyaron su defenestración, con la connivencia de Susana Díaz y líderes históricos como González y Guerra.
Si la presidenta decidiera forzar a la militancia del PP a elegir liderazgo nacional, al estilo de lo que hizo Sánchez, el resultado sería abrumadoramente favorable a ella: tal es el entusiasmo que despierta entre las bases
¿Acudiría Díaz Ayuso a la “estrategia Sánchez” si algún día decidiera echar un pulso a los barones regionales?. Fantasía o probabilidad, lo que es seguro es que el resultado sería abrumadoramente favorable a la Presidenta; tal es el entusiasmo que despierta entre las bases de la derecha y la ultra derecha de nuestro país.
En lo que coinciden politólogos y expertos en Comunicación es en que Díaz Ayuso espera su ocasión para tratar de liderar el Partido Popular nacional y recuperar su hoja de ruta a La Moncloa. Y sus opciones dependen, inexcusablemente, del resultado –de bueno a excelente- que tendrá que lograr en las autonómicas del 28 de mayo de 2023.
El ‘humor’ de los españoles, clave electoral del 28-M
El experto en comunicación de Políticas Públicas, Adolfo Jiménez, señala que la clave de las próximas elecciones es “acertar con el marco”; es decir, ganará quien se aproxime más al relato o al marco que encaje con la voluntad del electorado. En su opinión, lo más probable es que el PSOE se aferre a las políticas sociales y los servicios públicos bien financiados, y a la gobernanza económica del Ejecutivo en estos meses; mientras el Partido Popular prefiera un relato directamente cultural e ideológico, del tipo de contraponer liberalismo a comunismo; o unidad frente a fragmentación de España.
Para Pablo Simón, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III, será muy importante el “humor” de la sociedad española en el momento de acudir a las urnas. Lo previsible es que la candidata Ayuso no tenga más remedio que unirse a la campaña-paraguas electoral de Génova, cuya línea troncal es convertir municipales y autonómicas en un plebiscito “Sánchez, quédate; Sánchez, márchate”; lo que sería un contratiempo para la Presidenta, en tanto en cuanto ya no se podría identificar ante sus electores como referente del “antisanchismo”.
Además –señala Simón- no sabemos si el castigo a Sánchez, en un contexto diferente al de la pandemia del COVID-19, funcionará de forma tan eficaz como el 4-M de 2021. Dependerá del contexto internacional, de la evolución de la economía, de la respuesta del Gobierno a nuevos retos que puedan ir apareciendo, como las “minas” que el propio Sánchez ha ido colocando en estas semanas con decisiones audaces con los cambios legislativos en materia de sedición, malversación o la polémica Ley del “sí es sí”.
El contexto del próximo 28-M está en las antípodas del de hace cuatro años: la economía, el gasto en servicios sociales y la exigencia de mejor sanidad está ya en la agenda de los electores
Destaca el profesor Simón que el contexto (el marco) se presenta en las antípodas de aquel 4 de mayo de 2021, en que Ayuso arrasó en Madrid. Cita expresamente que el contexto postpandemia sitúa en primer plano las políticas sociales, y el debate “menos impuestos o mayor protección del Estado” no parece muy favorable a los ultraliberales como la Presidenta Ayuso: “un apoyo creciente al gasto público y a la protección del Estado está haciendo que los españoles sean cada vez más suspicaces hacia las bajadas de impuestos no selectivas”.
Sánchez ya no es “odiado”
Por otro lado, concluye Pablo Simón, el 4 de mayo de 2021 todo dependía de “ella”, de Díaz Ayuso-, que al anticipar las elecciones cogió por sorpresa a sus adversarios; en tanto el 28-M-2023 la Presidenta de Madrid será “una más”, concurrirá con un conjunto de Comunidades Autónomas, municipios… y con el protagonismo inexcusable del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo, y las líneas estratégicas marcadas por Génova, 13.
Otro consultor político de máxima relevancia, que prefiere no identificarse, considera trascendental el marco, o el relato prevalente, del 28-M-2023, y centra el cambio de clima político en España a partir de la reacción del Ejecutivo tras la invasión de Ucrania: “El principio de realidad suele ser la tumba de los populismos, y la guerra ha servido para que un gobierno de izquierdas pueda desplegar toda una agenda de políticas públicas muy agresiva, que el electorado está valorando según se pone de manifiesto en el consenso de encuestas publicadas recientemente”.
Ayuso –señala el consultor- espera un “momentum revolucionario”, algo parecido al COVID-19, pero la situación ya no es la misma que en el período 2020-2021. “El Gobierno Sánchez domina la agenda económica y ha reaccionado con reflejos frente a las preocupaciones cotidianas del electorado: combustibles, transportes, energía eléctrica… y exhibe con orgullo un apoyo sin precedentes de la Comisión Europea a sus planes en materia económica”
También habría que tener en cuenta –subraya- que Sánchez puede no ser muy querido entre la población, pero tampoco es “odiado”, percibiéndose ahora un tono indudablemente crítico pero no de indignación colectiva hacia el líder socialista.
Si Feijoo y Abascal pactan, ¿qué pinta un tercero?
Finalmente, alega, “se puede percibir un acercamiento entre el PP y Vox para construir la alternativa a Sánchez; y con Feijoo y Abascal bien avenidos, ¿qué pinta un “tercer elemento”?. En el futuro, y si las elecciones del 28-M-2023 no la refrendan como un talismán de la derecha española, Isabel Díaz Ayuso podría ser irrelevante a efectos de la disputa por un liderazgo nacional, concluye este consultor de Comunicación.
Expertos avisan del peligro para el PP de una fagocitación del voto de VOX por parte de Díaz Ayuso: “Podría ocurrir que VOX no alcanzara el 5%», y ella necesitaría unos resultados extraordinarios para seguir gobernando
De auténtico “proceso de reunificación de la derecha” califica José Pablo Ferrándiz, Director de Opinión Pública y Estudios Políticos de IPSOS, lo que está ocurriendo con la entente Núñez Feijoo-Abascal. El directivo de IPSOS pone el foco en el peligro electoral que supondría para el PP una fagocitación del voto de VOX por parte de Díaz Ayuso: “podría ocurrir que VOX no alcanzara el 5%, y se quedara en el 4,7 o el 4,5%, lo que obligaría a la Presidenta de Madrid a tener unos resultados realmente extraordinarios, una mayoría absoluta para gobernar”.
Los porcentajes van a contar mucho en las elecciones autonómicas, y habrá que ver la futura configuración del Parlamento regional madrileño, si –como es muy probable- Ciudadanos no llega al 5%, o Unidas Podemos tampoco alcanza ese porcentaje.
Al respecto, José Pablo Ferrándiz sentencia que si no hubiera sido por el desembarco de Pablo Iglesias en las elecciones del 4-M en Madrid, con toda seguridad UP no habría logrado representación en la Cámara de Vallecas. En las autonómicas del año que viene, Unidas Podemos corre el riesgo de quedarse sin escaños, si el espacio más allá del PSOE y de Más Madrid no logra ser identificado claramente por los electores de izquierda.
La victoria de la izquierda depende de Lobato
Imposible no hay nada, argumenta José Pablo Ferrándiz, pero derrotar al PP en Madrid, hoy por hoy es más difícil que hacerlo en otras regiones. “Imposible no es, pero improbable sí”, responde a la pregunta de: “¿podría perder Ayuso las elecciones?”.

En opinión del directivo de IPSOS, va a depender del PSOE, a cuyo candidato, Juan Lobato, atribuye una gran responsabilidad en la posible alternancia en Madrid: “básicamente –argumenta- porque quien falló en las elecciones de 2021 fue el Partido Socialista. Más Madrid cumplió sobradamente –convirtiéndose por ello en segunda fuerza política de la Comunidad de Madrid, empatada en escaños con el PSOE-, y a UP le salvó la agresiva campaña de Iglesias”.
El PSOE, tal como aseguraba José Félix Tezanos recientemente a EL SIGLO- avanzará significativamente en Madrid, y lo hará gracias a antiguos votantes que, después de la decepción de 2021 y las políticas desplegadas por Díaz Ayuso, podrían volver a confiar en este PSOE renovado en sus candidaturas, con Lobato y Maroto de cartel electoral.
De hecho, la manifestación del pasado 13 de noviembre en Madrid no solo representa un serio aviso hacia las políticas fallidas del Gobierno Ayuso en materia de Sanidad, supuso también una desautorización a las políticas del ejecutivo regional, y particularmente de la Presidenta, a la que ya no se considera “víctima” de las políticas de Pedro Sánchez.
Aquellas referencias a Madrid como “aldea gala” y de Ayuso como Juana de Arco parecen herramientas en almoneda, cosa del pasado, y buena parte de la ciudadanía que confió su voto al PP en plena crisis sanitaria puede haber empezado a plantearse volver a confiar en un PSOE moderado y con propuestas de centro-izquierda como el que encarna Juan Lobato.
La manifestación del 13 de noviembre en Madrid no solo representa un serio aviso hacia las políticas fallidas del Gobierno Ayuso en Sanidad, también que parte de su base electoral ya no la consideran «víctima»del gobierno Sánchez en esta materia
El “voto prestado” podría abandonar a Ayuso
En realidad, concluye José Pablo Ferrándiz, Díaz Ayuso puede no ser invencible, puede no lograr la mayoría absoluta, aunque no hay que descartarla… “pero lo que está claro es que la Presidenta es la única líder de la derecha en España capaz de representar todo el espectro del centro derecha y la derecha; y eso puede valerle, con el peligro latente de que VOX no logre representación en la Asamblea de Vallecas”.
La movilización de la izquierda, para repetir aquella victoria de Gabilondo frente a Díaz Ayuso en 2019, es decisiva. Y la clave está en arrebatarle a la Presidenta de Madrid el “voto prestado” de votantes tradicionales de la izquierda. En las elecciones de la aplastante victoria de Ayuso se produjo por primera vez en democracia una identificación espontánea de este electorado de izquierda con una dirigente de derecha que no lo parecía en absoluto.
Diaz Ayuso, en su momento más trumpista, apareció como un personaje antielitista y antigubernamental, cimentando su fuerza electoral tanto en jóvenes cayetanos, de barrios pudientes que no se identificaban con el PP “maricomplejines”, como en trabajadores poco cualificados de barrios obreros a los que convencía su desparpajo y lenguaje “cheli”.
Ayuso apostaba por el empleo, los establecimientos abiertos, la economía de los humildes, frente al “elitista Sánchez”, tan obsesionado por la salud y las políticas restrictivas que “hundían la economía de las familias”. En esa disyuntiva cargada de demagogia: ¿dónde se situaron los trabajadores precarios, los estudiantes becados, los parados sin esperanza, la inmigración semiesclavizada?. Obviamente, del lado de quien hablaba de oportunidades de empleo y de apostar por la economía como prioridad, dando la espalda a las restricciones sanitarias que imponía Sánchez desde La Moncloa.
En opinión de Luis Arroyo, presidente de Asesores de Comunicación Pública, Ayuso “ganó con contundencia cuando pilló con el paso cambiado a la oposición, sin candidato preparado en el PSOE y adelantando elecciones. Pero, en realidad, a día de hoy Ayuso es muy controvertida, nada unificadora, una bomba andante y eso a medio plazo pasa factura”.
La gestión, asignatura pendiente
A la pregunta de si la Presidenta madrileña es invencible, Arroyo responde que “es vulnerable y representa una de esas figuras extremas que duran una temporada porque enseguida se ven sus costuras fundamentalistas”.
En cualquier caso, el capital político de Ayuso, que la perfila como “imbatible” o “invencible”, es una evidencia. Las encuestas la atribuyen una “cómoda victoria” el 28-M-2023, superado el via crucis judicial, con cerca de 30 procesos en distintos ámbitos judiciales de los que ha salido indemne. Despejada la sombra de la corrupción, que ha estado presente en sus dos legislaturas, y es “cosa juzgada”, deberá afrontar el “principio de realidad” (su gestión en el día a día de las competencias autonómicas: Sanidad, Educación, impuestos, inmigración, la salud mental, el Madrid rural, las ayudas sociales, el Medio Ambiente, o la Vivienda…), que a 6 meses de la cita electoral se presenta como su gran reto.
Todo el mundo da por sentado que Isabel Díaz Ayuso mantiene sus aspiraciones de sentarse en el sillón de La Moncloa, pero antes deberá superar o igualar el resultado que la llevó a convertirse el 4 de mayo de 2021 en una de las figuras políticas más importantes de España.