Pedro Sánchez. Presidente del Gobierno
“Europa ha sabido dar la respuesta necesaria:unidad en la solidaridad con Ucrania, unidad en ladefensa de un orden internacional basado enreglas y unidad frente al chantaje energético”
Hoy, treinta y un años después, la guerra de Putin no es sólo un delirio imperialista y una violación flagrante de la soberanía e integridad territorial de Ucrania: es una guerra que busca herir y someter a Europa.
Y ante ello, Europa ha sabido dar la respuesta necesaria: unidad en la solidaridad con Ucrania, unidad en la defensa de un orden internacional basado en reglas y unidad frente al chantaje energético. Y es así como la evolución de la guerra no está siendo la que Putin había previsto. No lo está siendo en sus objetivos militares en territorio ucraniano, y tampoco en si intención de debilitar la Unión Europea como proyecto de paz, estabilidad y prosperidad que tiene sus principales cimientos en los valores democráticos, los derechos humanos y el multilateralismo respetuoso con el derecho internacional.
En la década anterior al estallido de la pandemia, la respuesta europea a la gran recesión se basó en un dogmatismo neoliberal que sembró en las sociedades europeas una profunda huella de desigualdad social y desafección política.
“España ha tenido un papel decisivo. Hemospasado de agachar la cabeza ante la imposición derecortes a liderar los debates que están marcandoel futuro de Europa, como se está viendoclaramente con la ’excepción ibérica»
Pero Europa aprendió la lección. El esfuerzo de inversión a través de los fondos NextGenerationEU, la mutualización de la deuda o el hito de la vacunación son la demostración de que hay otro camino alternativo y radicalmente distinto en cuanto a resultados del emprendido una década atrás. Ese mismo espíritu unitario es el que está guiando la respuesta a la guerra en Ucrania.
España ha tenido un papel decisivo en este cambio de paradigma. Hemos pasado de agachar la cabeza ante la imposición de recortes a liderar los debates que están marcando el futuro de Europa, como se está viendo claramente con la `excepción ibérica´ y la propuesta de reforma del mercado eléctrico. Y siempre con la mano tendida y la solidaridad por bandera.
“Los grandes desafíos globales —la emergenciaclimática y la desigualdad en todas sus formas—no podrán abordarse sin el patrimoniodemocrático y de bienestar que está en eI ADN delproyecto europeo”
El mundo que viene necesita una Europa fuerte. Primero, porque es garantía de multilateralismo eficaz y de un orden internacional basado en reglas y no en las veleidades de autócratas dispuestos a violentar los avances de la comunidad internacional en este ámbito. Y segundo, porque los grandes desafíos globales -la emergencia climática y la desigualdad en todas sus formas- no podrán abordarse sin el patrimonio democrático y de bienestar que está en el ADN del proyecto europeo. Ahí estará España, abriendo paso a esa esperanza y centrada por convicción en el corazón del proyecto europeo.