Debe ser muy duro ser un padre de la patria y ver cómo la están maltratando. Así que no es de extrañar que Felipe González y José María Aznar se junten para lamerse las heridas de ‘jarrones chinos’, como han hecho esta semana en un acto organizado por Sociedad Civil Ahora. Las críticas de González duelen más porque se dirigen a un gobierno del partido que el lideró, aunque eso sí, deja claro que él no se siente representado, “aunque alguno se enfade”.
Por ejemplo, González ha ironizado con la inclusión de Pablo Iglesias en la comisión delegada del Gobierno para asuntos de Inteligencia: “Me está costando trabajo ver la relación entre la comisión del CNI con la Agenda 2030, pero la encontraré”. Además, González ha admitido estar “preocupado” con la Mesa de Diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. “Todo el mundo sabe que no hay espacio para la amnistía, no hay espacio para la autodeterminación y si a alguien se le ocurre reformar la Constitución para que eso ocurra yo haré campaña en contra”, ha afirmado González.
«Tú no lo hubieras hecho ni yo tampoco», le ha espetado Aznar, en referencia a la negociación. En su habitual tono mesurado y ecuánime, Aznar ha subrayado que la Mesa de Diálogo tiene «muy graves consecuencias» y constituye un «elemento devastador para el sistema».